En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

CLUB VIVAMOS
Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Hola, bienvenido

¿Cual es la ciudad colombiana clasificada como la más peligrosa del mundo?
¿Cómo va el juicio al expresidente Álvaro Uribe?
¿Accidente de bus en Calarcá?
Frío inusual en Bogotá explicado por el Ideam

El conocimiento y la fe

Una curiosa fobia a la tecnocracia ha llevado a prescindir de gente valiosísima.

Alt thumbnail

ESCRITOR Y PERIODISTAActualizado:

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon
Hay cosas que sabemos y cosas que creemos, y con frecuencia confundimos las unas con las otras. A veces se pelean entre ellas, y como buenos mediadores de paz buscamos por todos los medios conciliar evidencias y convicciones sometiendo las primeras a las segundas.
(También le puede interesar: Educar en tiempos difíciles)
En el plano personal aparecen conflictos internos complicados, pues las creencias instaladas desde la primera infancia comienzan a chocar con los conocimientos que se van adquiriendo a lo largo de la vida. Creemos en doctrinas religiosas, supersticiones o preceptos de orden político y social y a ellos ajustamos comportamientos y rituales como algo natural. Pero si tenemos una buena educación y ella nos permite desarrollar capacidades intelectuales, aprender a procesar información y someterla a análisis crítico, descubrimos que la realidad no siempre coincide con lo que nuestras creencias nos decían. Es entonces cuando el conocimiento tiene la oportunidad de guiar las decisiones que dan un determinado sentido a la vida.
Puede ser que alguien se niegue a recibir una transfusión de sangre porque su religión se lo prohíbe, que una comunidad decida inmolar a un niño para pedir a los dioses que llueva, que un sujeto transite un largo trecho de rodillas para pedir a un santo que le aumenten el sueldo o que un país pequeño sacrifique sus reducidas reservas de petróleo para salvar a todo el planeta. Eso está inscrito en el territorio de las creencias, los rituales o los símbolos, pero no del conocimiento juicioso y crítico de la realidad.
Desde luego, es más fácil ser creyente que mantener siempre el rigor del razonamiento que a lo largo de muchos siglos ha ido desarrollando la humanidad con el aporte lento y juicioso de muchas vertientes culturales. La educación es precisamente el proceso que hace posible a las nuevas generaciones apropiarse de esa herencia que permite comprender cómo funciona el mundo físico y social y avanzar en soluciones eficaces a los múltiples problemas que plantea la vida. Por eso no pueden separarse ciencia y educación, pues el ejercicio de la razón crítica viene de la mano con la capacidad de dudar y confrontar las creencias con la realidad.
La historia muestra que las hordas de creyentes suelen ser más fáciles de reclutar y conducir que las sociedades donde el conocimiento ocupa un lugar preponderante.
Este año de gobierno ha sido sorprendente: después de muchos discursos sobre la importancia de la educación, prometer universidad a cientos de miles de jóvenes, soñar con viajes a las galaxias y hablar del renacer de la ciencia, ha designado en cargos de altísima responsabilidad una colección de personajes de tan notoria carencia de conocimiento en sus áreas que da vergüenza. Pero es claro que son creyentes que compensan su ignorancia con su devoción. Una curiosa fobia a la tecnocracia ha llevado a prescindir de gente valiosísima que a lo largo de muchos años y gobiernos distintos sirvieron al país y acumularon conocimiento sobre temas importantes de agricultura, energía, salud, recursos naturales...
No resulta esperanzador para los jóvenes hacer grandes esfuerzos intelectuales y desarrollar carreras académicas esforzadas proyectadas al desarrollo del país si luego la política pública y los cargos de dirección del Estado terminan en manos de personas ineptas cuyos mayores méritos se han centrado en ser dóciles seguidores de algún hábil líder con delirios de grandeza y sensación de haber sido elegido como salvador universal.
Por desgracia, la historia muestra que las hordas de creyentes suelen ser más fáciles de reclutar y conducir que las sociedades donde el conocimiento ocupa un lugar preponderante y pretende irse dilucidando gradualmente a través de mecanismos de debate público, foros en los que prime la razón e instituciones democráticas capaces de poner el interés general por encima de las creencias y los apetitos particulares.
La paradoja es que hay que tener fe en que las cosas pueden mejorar y que el próximo año habrá un mejor lugar para la razón y la sensatez de la mano de los gobiernos locales.
FRANCISCO CAJIAO

Sigue toda la información de Opinión en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más
Sugerencias
Alt thumbnail

BOLETINES EL TIEMPO

Regístrate en nuestros boletines y recibe noticias en tu correo según tus intereses. Mantente informado con lo que realmente te importa.

Alt thumbnail

EL TIEMPO GOOGLE NEWS

Síguenos en GOOGLE NEWS. Mantente siempre actualizado con las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en Google News.

Alt thumbnail

EL TIEMPO WHATSAPP

Únete al canal de El Tiempo en WhatsApp para estar al día con las noticias más relevantes al momento.

Alt thumbnail

EL TIEMPO APP

Mantente informado con la app de EL TIEMPO. Recibe las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en tu dispositivo.

Alt thumbnail

SUSCRÍBETE AL DIGITAL

Información confiable para ti. Suscríbete a EL TIEMPO y consulta de forma ilimitada nuestros contenidos periodísticos.