En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

CLUB VIVAMOS
Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Hola, bienvenido

¿Cual es la ciudad colombiana clasificada como la más peligrosa del mundo?
¿Cómo va el juicio al expresidente Álvaro Uribe?
¿Accidente de bus en Calarcá?
Frío inusual en Bogotá explicado por el Ideam

Al acecho de nuestro dinero

No es que queramos gratis todo, desde luego que no, solo que no por todo se nos puede cobrar.

Alt thumbnail

Actualizado:

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon
En la autopista Norte de Bogotá, desde la calle 170 hasta la 190, sentido sur-norte, se ubican todas las mañanas decenas de policías de tránsito con el único fin de multar conductores. El trancón a esas horas es infernal, pero no hacen nada para que sea menos caótico el momento, incluso lo empeoran. No ayudan a dar paso, sino que empiezan a anotar a diestra y siniestra las placas de los vehículos en un dispositivo electrónico para ver cuál no tiene los papeles al día para castigar luego al ciudadano.
(También le puede interesar: Nosotros, los de la segunda línea)
Estos policías son como adolescentes en TikTok: no despegan la mirada de su ‘celular’, y al que descubren con algún incidente lo detienen para inmovilizar el vehículo e imponer el respectivo comparendo. Nada tiene que ver esto con una medida para mejorar el tráfico de la ciudad, no; lo hacen para sacar dinero, una meta que siempre han negado, pero que parece inherente en algunos uniformados.
Muy cerca de ese lugar también se ubican otras máquinas para sacarle dinero a la gente. No tienen identificación visible y están más bien camufladas entre los árboles para que los conductores no las vean. Describimos así las dizque cámaras ‘salvavidas’, un eufemismo que en realidad son aparatos para poner de 3 a 6 multas por minuto, otra de esas iniciativas que buscan recursos para cubrir más burocracia.
Está muy bien que el conductor que infrinja una norma sea multado. Igual sucede para quien va de verdad con exceso de velocidad (sufrí particularmente un grave accidente de tránsito por un matón al volante que aceleraba a 140 km/h, aproximadamente). Pero lo que molesta aquí es la intención de seguir exprimiendo los bolsillos de los ciudadanos, más en tiempos de inflación, desempleo e incertidumbre económica.
Si se ve desde una amplia perspectiva, parece que para los últimos gobiernos no ha sido suficiente con subir el IVA, aumentar el precio de la gasolina, implementar reformas tributarias de todo tipo, ampliar el número de declarantes de renta, cobrar valorizaciones de obras que no se hacen y aumentar el pago de varios impuestos que, como diría Benjamin Franklin, son la única cosa segura de la vida junto con la muerte.
La práctica gubernamental, empresarial y comercial ha sido recurrente y ha llegado desde muchos flancos. Por ejemplo, lo que ya normalizaron las aerolíneas es aberrante. Cobran ahora sin descaro por que uno pueda sentarse junto a la persona que viaja y por llevar una maleta. No demoran en hacer lo mismo los de las flotas, van a ver. Lo que han hecho algunos bancos tras la digitalización de procesos también deja mucho que desear: cobran por ir a pedirles a sus oficinas un certificado bancario, “15.000 pesos por imprimir una hoja, no hay derecho”, se quejaba hace poco en una sucursal una señora de la tercera edad a quien le fue imposible descargar desde la aplicación el certificado que necesitaba.
En Colombia, en Bogotá precisamente, se cobra como si viviéramos en Dubái. El arriendo de una habitación ya cuesta lo de un apartamento.
En un aeropuerto internacional me cobraron alguna vez por un sobrecito de salsa de tomate que quería para mi hamburguesa. Ese cobro también llegará a este país que no tiene ninguna pena en copiar maldades. Ya no se puede pedir un vaso de agua de la llave en un restaurante porque lo miran a uno mal y es preferible pagar por la botella. El cobro de las bolsas de plástico en los supermercados, si bien tiene un fin meritorio, se volvió otro negocio al fin y al cabo. En estos tiempos nos venden los celulares sin el ‘marranito’ para cargarlo en la pared; ¡toca comprarlo aparte! En Dunkin’ Donuts no me regalaron hace poco un vaso desechable para compartirle a mi hijo un jugo que allí mismo había comprado porque los vasos estaban “inventariados”. Una arepa de chócolo en Andrés Carne de Res cuesta 18.000 pesos. En Colombia, en Bogotá precisamente, se cobra como si viviéramos en Dubái. El arriendo de una habitación ya cuesta lo de un apartamento.
Vendrá el cobro por congestión vehicular y en algún momento tendremos que pagar por respirar en los sitios menos contaminados. “Pero ¿y cuánto pagas por el aire?”, contrapreguntaba a un periodista el candidato presidencial argentino Javier Milei. “¿Por qué (el aire) es gratis? Bueno, porque es superabundante, por eso el precio es cero”, agregaba el derechista. Esto último podría no ser una exageración, sino quizás una penosa profecía. El aire limpio y el agua potable se van a acabar. Y no es que queramos gratis todo, desde luego que no, solo que no por todo se nos puede cobrar.
JAVIER BORDA DÍAZ

Sigue toda la información de Opinión en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más
Sugerencias
Alt thumbnail

BOLETINES EL TIEMPO

Regístrate en nuestros boletines y recibe noticias en tu correo según tus intereses. Mantente informado con lo que realmente te importa.

Alt thumbnail

EL TIEMPO GOOGLE NEWS

Síguenos en GOOGLE NEWS. Mantente siempre actualizado con las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en Google News.

Alt thumbnail

EL TIEMPO WHATSAPP

Únete al canal de El Tiempo en WhatsApp para estar al día con las noticias más relevantes al momento.

Alt thumbnail

EL TIEMPO APP

Mantente informado con la app de EL TIEMPO. Recibe las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en tu dispositivo.

Alt thumbnail

SUSCRÍBETE AL DIGITAL

Información confiable para ti. Suscríbete a EL TIEMPO y consulta de forma ilimitada nuestros contenidos periodísticos.