Vivimos en un momento histórico en que se plantean “nuevos humanismos” y en el que debatimos sobre la urgencia de transformar la ciencia en Colombia. Por esto, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación ha construido una nueva misionalidad centrada en la implementación de políticas de investigación e innovación orientadas por misiones (Piiom), para abordar desafíos específicos que enfrenta la sociedad, en materia de Transición Energética, Derecho Humano a la Alimentación, Soberanía Sanitaria, Bioeconomía y Ciencia para la Paz.
Sin duda, estas misiones redundarán en efectos importantes para el desarrollo productivo del país y en la vida cotidiana de las comunidades y tendrán repercusiones en el futuro.
Las misiones se implementan con la intención de resolver problemas reales y urgentes como el cambio climático, la salud pública, la transición de economías ilícitas a economías lícitas y la desigualdad social, entre otros temas apremiantes para el país. Para lograr estos objetivos se movilizan recursos y se involucra una amplia gama de actores, incluyendo Gobierno, universidades, empresas y organizaciones de la sociedad civil.
Este enfoque estratégico busca no solo avanzar en la investigación científica y el desarrollo tecnológico, sino que también expresa las intersecciones antropológico-científicas como lo son el trabajo colaborativo, la democratización del conocimiento y el análisis colectivo de la realidad, en un diálogo continuo con discursos científicos y epistemológicos de punta, orientados hacia el bien de la nación e, incluso, del mundo.
Esto sugiere un cambio en la formación y la producción científica en nuestro país hacia formas más solidarias, éticas y responsables en el reconocimiento de los sistemas de conocimiento de los pueblos indígenas y afrodescendientes.
Para la implementación de las Piiom, Minciencias ha intensificado su agenda de convocatorias y programas estratégicos, orientados a la formación de talento humano, el fortalecimiento de los grupos científicos y la orientación de la producción científico-académica para resolver problemas urgentes de la sociedad. Lo anterior sustentado en el imperativo ético de garantizar una ciencia al servicio de la nación y no de la hegemonía tradicionalmente beneficiada.
Y esto sugiere un cambio en la formación y la producción científica en nuestro país hacia formas más solidarias, éticas y responsables en el reconocimiento de los sistemas de conocimiento de los pueblos indígenas y afrodescendientes, con el objetivo de garantizar una participación democrática en la generación de nuevos conocimientos y promover el fortalecimiento de las capacidades para la gestión de la Ciencia, Tecnología e Innovación en las regiones.
Esto no omite señalar que la intención de producir un cambio epistemológico en la ciencia de ninguna manera resulta tersa o sencilla, sino que se produce en medio de tensiones y luchas entre las concepciones preformadas de la ciencia y las que se están construyendo en el marco de un gobierno progresista como el nuestro.
En el Gobierno del Cambio, el conocimiento es la brújula para gestionar el presente y planificar un mejor futuro, para esto Minciencias ha fortalecido su articulación con universidades, agentes claves para el desarrollo científico y tecnológico.
También se ha afianzado el compromiso con las comunidades y el sector productivo, con el fin de trabajar juntos y lograr que el avance científico y formativo llegue a cada territorio de nuestro país, en la búsqueda de un actuar socialmente responsable. Estamos viviendo un giro histórico en el hacer político y científico del país, con efectos que transformarán y consolidarán con el tiempo una sociedad del conocimiento.
* Ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación