Diego Andrés Rosselli, neuroepidemiólogo, investigador y profesor, ha alcanzado una hazaña sin precedentes en Colombia. El pasado 13 de julio, en Unguía, Chocó, culminó una travesía de 20 años, convirtiéndose en el primer colombiano en visitar los 1.105 municipios del país.
La odisea de este académico comenzó en 2004, cuando decidió explorar las principales ciudades de Colombia a bordo de su Land Rover, el ‘Tinieblo rezandero’. Con el tiempo, su misión –sin dejar de lado su quehacer como investigador– se expandió a cada rincón del país, enfrentando desafíos logísticos y financieros que habrían disuadido a muchos, documentando cada visita con una fotografía frente a cada iglesia local, dándole vida a un registro visual único de su viaje.
Su viaje no solo resalta la increíble diversidad cultural y geográfica de Colombia, sino que también pone de manifiesto las profundas desigualdades y desafíos que enfrentan muchas comunidades.
El cierre de su recorrido en Unguía, cerca de Santa María la Antigua del Darién, añade un simbolismo especial a su logro. Este lugar, la primera ciudad fundada por los españoles en tierra firme americana y punto de partida de importantes expediciones históricas, también refleja el espíritu de descubrimiento que impulsó a Rosselli a emprender su travesía. Su viaje no solo resalta la increíble diversidad cultural y geográfica de Colombia, sino que también pone de manifiesto las profundas desigualdades y desafíos que enfrentan muchas comunidades.
Roselli no es solo un viajero incansable, es un ejemplo de dedicación y compromiso con el país. Este viaje es un llamado general a redescubrir a Colombia, a valorar su rica diversidad y a enfrentar los desafíos con perseverancia. Su historia recuerda que, con determinación y pasión, cualquier empeño, por más ambicioso que parezca, puede hacerse realidad. Este médico andariego invita a mirar más allá de los obstáculos y a ver la belleza y el potencial que yacen en cada rincón de esta tierra.
Aplausos para el profesor, que hace dos décadas no se propuso pasar a la historia, pero que hoy ya ocupa un lugar en esa página reservada para quienes creen que mirar hacia adentro con pasión es otra forma de construir país.
EDITORIAL