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'Por encima de unos puestos, está la dignidad del partido’: Efraín Cepeda
El presidente del Partido Conservador explica por qué ya no son ‘socios’ de Gustavo Petro.
Cepeda afirma que, como colectividad, el Partido Conservador no tiene cuotas en el Gobierno. Foto: Carlos Ortega. Archivo EL TIEMPO
Efraín Cepeda, presidente del Partido Conservador, ite que la colectividad tuvo ‘representación’ en el Gobierno hasta cuando se declaró independiente. Ahora, afirma, no tienen ninguna cuota. No descarta que apoyen alguna iniciativa, "si consideremos que hay alguna que amerita apoyo, lo haremos, en uso de nuestra independencia".
¿Cómo explicarles a los colombianos que el Partido Conservador, que había advertido sobre los riesgos de elegir a Petro como presidente, se fue para esas toldas desde el primer día?
Se tomó esa decisión antes de que yo llegara a la presidencia del partido. Los argumentos fueron que podíamos impactar las reformas desde adentro.
Pero también se pueden impactar desde afuera, sin necesidad de quedar matriculado en un equipo que, francamente, no es históricamente el del Partido Conservador...
Sí, es cierto. Por eso, cuando llegué a la presidencia del partido, inmediatamente adopté una postura de independencia. El primer acto fue contra la reforma de la salud, una decisión de bancada. Dije que no acompañaríamos una reforma que es un retroceso de más de treinta años y que quiebra al sistema de salud.
¿Por qué no se declararon independientes desde el primer día en lugar de traicionar la doctrina conservadora?
Pensamos que no todas las iniciativas son buenas ni malas. Hay unas que no vamos a acompañar, y cuando consideremos que hay alguna que amerita apoyo, lo haremos, en uso de nuestra independencia.
¿O necesitaban entrar al Gobierno, más bien para no quedarse por fuera del ‘reparto’?
Hace ya cuatro meses somos independientes. Venimos actuando de esa manera. Le dijimos no a la reforma de la salud. No a la reforma laboral. Y sobre la pensional, consideramos que sí requerimos que muchos más colombianos se pensionen, por lo cual la acompañaremos, pero con las modificaciones que tenemos para proponer.
¿Por qué tan opositores a la reforma laboral, al punto de que ayudaron a sepultarla?
Efraín Cepeda, presidente del partido, durante la bancada. Foto:Prensa Partido Conservador
¿Para qué es una reforma laboral? Uno entendería que es para generar y formalizar el empleo. La tasa de desempleo informal hoy en Colombia está sobre el 58 %, y eso se llama subempleo. Y la de desempleo está por encima del 10, 12 %. La laboral debería ser para solucionar este problema. Pero no solo la reforma no genera empleo, como lo itió la ministra, sino que el Banco de la República, una institución absolutamente seria, independiente, libre de cualquier sospecha, determinó que además de no crear empleo, lo destruye y habló nada más y nada menos que de la pérdida de 450.000 empleos. Nosotros somos aquí el partido del orden, el que defiende la propiedad privada y la familia. Las primeras que se van a quebrar son las micro y pequeñas empresas, que son el 70 u 80 % del tejido empresarial nacional. Por eso dijimos no, verticalmente, a esa reforma, que ya naufragó en el Congreso de la República.
Al partido se lo tomó a comienzos de este gobierno un señor Trujillo, que usted quitó para asumir la presidencia, a buena hora. ¿Se tratará de un conservador-petrista con derecho a que le repartan torta?
No entro a juzgar a mis colegas, pero por supuesto mi manera de pensar es muy diferente y eso lo estamos demostrando con hechos. Posturas erguidas del Partido Conservador, en uso de esa independencia.
¿Será que el Partido Conservador de hoy tiene dos vertientes, una con puestos y otra sin puestos?
El Partido Conservador hoy, mayoritariamente, con una amplia mayoría de la bancada parlamentaria, va en búsqueda de su dignidad; de ponerles el oído a los colombianos, de escuchar a las regiones, lo que consideramos que es lo que conviene para el país.
¿Cómo va a recuperar el Partido Conservador el respeto y la credibilidad de sus seguidores, cuando se han visto espectáculos de desobediencia a las directivas del partido? Es que aquí tanto el Partido Conservador como el Liberal han tenido sus ‘Yidis’ y ‘Teodolindos’. Hasta hay un congresista conservador que aparece en las sesiones como un firmón con la disculpa de que lo único que hace es facilitar que se abra el debate...
Sin los votos de los conservadores que acataron la disciplina del partido, se hundió la reforma del trabajo. Igualmente, con la participación conservadora, se evitó que se hiciera el quorum para la reforma de la salud y quedó estancada en la plenaria de la Cámara. Este partido, que tiene 174 años, es serio. Tiene unos organismos independientes que se activan, que son la veeduría y el tribunal de ética, que consultan los estatutos del partido y el estatuto de oposición; ellos, en su independencia y en su leal saber y entender, produjeron una suspensión de noventa días a los parlamentarios que cometieron actos de indisciplina.
¿Usted a qué atribuye esos actos de indisciplina de del partido? ¿A una falta de liderazgo, o a la mermelada que reparte el Gobierno, que ya ha reconocido que no le importan los jefes de los partidos sino los parlamentarios (al menudeo), que “son los que votan”?
El impacto dentro del Partido Conservador de negociación directa con el Gobierno ha sido muy pequeño. La institucionalidad ha venido actuando, las votaciones que hemos tenido frente a estas reformas han sido unánimes, no porque todos estemos de acuerdo, de pronto tres o cuatro no lo están y no han asistido, pero las posiciones han sido unánimes dentro del directorio y dentro de la bancada. Ahora: fue solo un parlamentario, de 42, realmente, quien pactó.
¿Con qué consecuencias?
Se activaron los protocolos del partido y se produjo la suspensión. La veedora puede aplicar medidas cautelares, como una suspensión de noventa días extendible a otros noventa. Pero luego también llega al tribunal de ética, que podrá tomar, si lo encuentra razonable, unas decisiones más fuertes. Por lo pronto, ese parlamentario está sin derecho a voz y sin derecho a voto en el Congreso de la República. La veeduría es independiente del Directorio Conservador, independiente de la bancada. Son organismos que se activan por sí solos.
¿Usted cree que ese congresista, de apellido Quevedo, “el firmón”, ha quedado notificado de que actuó mal, o seguirá pensando en que gracias a su firma, que no tenía autorización del partido, “salvó la patria”?
Cuando se notifica la sanción, la secretaría de la mesa directiva de la Cámara la lee públicamente, se divulga nacionalmente y, por supuesto, es una sanción fuerte porque implica estar sentado en una curul sin poder pedir la palabra ni votar.
¿Usted, personalmente, sintió traicionada su jefatura del partido?
La verdad es que cuando hice la declaración rechazando la postura de ese parlamentario, muchos periodistas presentes me comentaron que me veían contrariado. Les dije, no, no solamente estoy contrariado, sino que estoy empu...
Entendemos la expresión... Pero es que se habla de que en un comienzo, este gobierno también tuvo ‘cariñitos’ con usted, entregándole el manejo de entidades como Coljuegos. A mí me da mucha pena hacerle esta pregunta: ¿Usted fue “dueño” de Coljuegos? ¿Hoy sigue siéndolo?
Es una entidad que venía a nombre del Partido Conservador desde el gobierno anterior, no fue entregada por este. Como era el Ministerio de Transporte y algunas otras superintendencias, que representaban al Partido Conservador en el Gobierno. Y a sabiendas de lo que podía suceder, optamos por la independencia, por encima de la representación conservadora. Eso lo he explicado a mi bancada, a mis colegas, que por encima de unos puestos está la dignidad del partido.
Efraín Cepeda, presidente del Partido Conservador, con la bancada. Foto:César Melgarejo. EL TIEMPO
¿Le quitaron Coljuegos?
Como todas las entidades del partido, salió el ministerio, salieron las superintendencias, y esa también. Todas salieron.
¿El ministro de Transporte era cuota de ese senador Trujillo que usted desplazó, a buena hora, repito, para asumir otra vez el liderazgo del Partido Conservador?
Él en ese momento, como presidente del partido, nos comunicó que el Gobierno Nacional había decidido entregar a una personalidad del conservatismo la representación del partido en el Gobierno, a través del Ministerio de Transporte. Y el doctor Guillermo Reyes es un militante antiguo del partido; de hecho, fue mi asesor en alguna de las presidencias anteriores. Tiene una trayectoria larga como conservador.
¿El congresista Trujillo sigue teniendo cuotas en el Gobierno?
Eso sí hay que preguntárselo al Gobierno, María Isabel. Pero el Partido Conservador, como partido, está sin cuotas en este Gobierno.
¿No tiene una sola cuota?
El Partido Conservador no. No sé si algún parlamentario, pero como partido no hay una representación.
¿Y usted tampoco?
No.
Si Petro vuelve a convocar al Partido Conservador porque necesita reconstruir sus mayorías parlamentarias y ofrece restituirle el Ministerio de Transporte, ¿usted lo pensaría?
Yo creo que no sería en esos términos. La postura del Gobierno debería implicar que nosotros podremos presentar los proyectos que ya estamos terminando de construir, tanto en materia laboral como de salud, subsanando los problemas que tienen hoy esos proyectos.
¿Entre el Partido Conservador, el Liberal y ‘la U’ ha habido ‘parche’ para afrontar lo que consideran dañino de las reformas?
Precisamente para la reforma de la salud hicimos una serie de reuniones con el Gobierno y los tres partidos. Anotamos cuáles eran nuestras posturas, que eran similares. Y llegamos a consensos en conversación personal, tanto con el Presidente de la República como con la ministra Corcho. Pero decían que sí y luego escribían otra cosa. Y a la final final, fue cuando con el ministro Prada y la presidenta de ‘la U’ terminamos de concertar unos temas. Nos dijo que él mismo los iba a escribir, pero el nuevo texto no solamente no representaba los acuerdos, sino que incluyeron trece puntos nuevos en la reforma que no habíamos debatido.
¿Y cómo pintan para el Partido Conservador las elecciones de octubre?
Lo que nos dice la dirigencia en las ciudades donde vamos es que se ha disparado la solicitud de avales, con esta postura erguida que hace más de cuatro meses ya tomó el Partido Conservador. Somos la fuerza número uno a nivel de Congreso, dentro de las listas. Tenemos la mayor bancada. Quince curules de Senado. El Pacto tiene veinte, pero es la suma de cuatro partidos.
Usted habla, senador Cepeda, de postura erguida, pero se echan de menos los debates del Partido Conservador. ¿Dónde están? ¿Dónde está esa vocación de poder del partido? ¿Van a seguir siendo vagones del tren de todo Gobierno? ¿Y van a dejar suelticos a los parlamentarios para que los negocien?
No, no, no. La vocación de poder incluso la reafirmamos en las elecciones anteriores, en la que hicimos una consulta para elegir candidato. La ganó Fico Gutiérrez, a quien apoyamos en primera vuelta; y en segunda, al ingeniero. Pero la pregunta es muy importante, porque en los departamentos que he visitado sentimos que el partido tiene una vocación de poder para llegar nuevamente con candidato a la Presidencia de la República, con gran opción, porque los péndulos en la política giran y en Colombia lo harán hacia la centroderecha.
Parecería que en los últimos años el Partido Conservador se ha contentando con migajas de los gobiernos. ¿Cuándo van a ir por el pan entero?
Bueno, tratamos de ir por el pan en el periodo pasado, y nos derrotaron. Insistiremos nuevamente en este periodo.
Efraín Cepeda, presidente del Partido Conservador Foto:Prensa Partido Conservador
A usted le ha tocado vivir dos ministros del Interior. ¿Cómo compara al “estadista” Alfonso Prada con un ministro de buenas maneras como es Luis Fernando Velasco?
Ambos tienen una actitud conciliadora; han hecho su mejor esfuerzo para consensuar las reformas, pero creo que por encima de ellos ha habido la voluntad de algunos ministros que no han dejado…
Conté que en la reforma de la salud intentamos un proceso de conciliación absolutamente fallido porque la ministra Corcho acordaba una cosa sobre la mesa y escribía otra. Y con el ministerio de Trabajo no ha tenido ningún o la bancada conservadora para la reforma laboral.
¿Cómo cree usted que le está yendo a este gobierno, en general?
El pueblo se pronunció a través de unas gigantescas marchas de oposición. El principio de la democracia es poner el oído en el pueblo. La voz del pueblo es la voz de Dios. Esperamos que el Gobierno haga caso a lo que el pueblo está expresando.
Cuénteme una chiva. ¿A quién van a apoyar para la alcaldía de Bogotá?
Todavía no hay decisión sobre eso, estamos apenas terminando de armar la lista al Concejo, pero por supuesto que tenemos que adoptar una posición de apoyo.
Pero será uno de los que ya hay...
Sí.
¿Me da una pistica?
No puedo hablar por toda una bancada. Será una decisión colegiada y yo ahí sí no tengo pistas.
¿Le suena Diego Molano? ¿O Juan Daniel Oviedo? ¿O Carlos Fernando Galán? ¿O Rodrigo Lara?
Ninguno de los cuatro se descarta para un eventual apoyo del partido.
Jorge Enrique Robledo no está en el abanico...
Él pertenece a la izquierda, y nosotros somos de centroderecha.
Pero si ustedes vienen de ser socios del gobierno Petro...
Entre esos cuatro candidatos que usted menciona está el que vamos a acompañar.
MARÍA ISABEL RUEDA
Especial para EL TIEMPO
Efraín Cepeda: ¿Tenemos una red de salud que atienda a las personas adictas?