El término
'comida chatarra' se refiere a los
alimentos ultraprocesados que contienen pocos nutrientes necesarios para el ser humano, pero tienen una alta concentración de grasas, azúcares y sodio.
Desafortunadamente, hay un gran bombardeo visual y auditivo de información que hace que las personas las consuman por diferentes motivos.
De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Situación Nutricional (ENSIN), más de la mitad de los colombianos tienen sobrepeso o son obesos, lo que configura de plano un problema de salud pública.
Parte de esos desenlaces son promovidos por la el consumo de alimentos que literalmente enferman. Hoy en día, comer alimentos procesados y comidas rápidas, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), puede producir más muertes de forma prematura que las que ocasiona fumar cigarrillos.
Así perjudica la salud
Uno de los efectos que producen estos alimentos es la mala digestión inicial, y posteriormente causan estreñimiento por su escaso contenido de fibra, condiciones que favorecen progresivamente la aparición de otras molestias digestivas y consecuentemente nutricionales.
A lo anterior se suma que existen alimentos con preparaciones industriales (ultra procesados), que estimulan el apetito de una manera artificial, siendo esta una de las razones por la que la ingesta se aumente a la par que los rendimientos económicos que inducen la promoción publicitaria de estos productos.
Pizzas, almojábanas, hamburguesas, gaseosas, papas fritas y otros de paquete, barras energéticas, jugos comerciales, entre otros, forman parte de alimentos de elevado consumo y baja nutrición, que además alteran funciones orgánicas y facilitan la aparición de enfermedades por su elevado contenido de grasas malas, azúcar y sal.
Como se ha probado de manera suficiente en contexto científico, estos ingredientes son enemigos directos del sistema cardiovascular porque elevan la tensión arterial, endurecen las arterias, facilitan la formación de trombos y émbolos, destruyen el tejido renal y del corazón, y de los vasos sanguíneos pequeños. Además, mantienen el organismo en un estrés permanente que impide el desarrollo de defensas y facilitan el avance de otros males.
En concreto, la mayoría de las sustancias utilizadas en este tipo de alimentos conducen a que aumente el riesgo de padecer Síndrome Metabólico, diabetes, elevación de los niveles de colesterol y triglicéridos, producir problemas arteriales, tanto a nivel periférico, como accidentes cerebrovasculares e infartos cardiacos.
Investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Minnesota examinaron los hábitos alimenticios de los adultos que viven en Singapur para determinar los riesgos para la salud de consumir comida rápida (chatarra) al estilo occidental y encontraron que consumir comida rápida una vez a la semana aumenta en 20 por ciento el riesgo de morir por enfermedad coronaria.
Dicho riesgo se aumenta al 50 por ciento si el consumo es dos o tres veces por semana, según el estudio publicado en la revista Circulation y se dispara al 80 por ciento para quienes comen comida rápida cuatro o más veces por semana.
La situación empeora porque los consumidores habituales de comidas rápidas pueden tener varios factores de riesgo o antecedentes de problemas cardíacos lo cual los hace más propensos a infartos en edades más tempranas.
La alimentación debe ser balanceada en todos los nutrientes que se consumen, especialmente en los niños, a quienes como premio les prometen llevarlos el fin de semana a comer hamburguesa, con papas y gaseosa, o perro caliente, los cuales son altamente tóxicos e inflamatorios, por la composición de estos.
Desconocimiento
Desafortunadamente la falta de conocimiento y educación en muchas personas les impide tomar decisiones acertadas a la hora de comprar y consumir este tipo de alimentos.
La alimentación debe ser balanceada en todos los nutrientes que se consumen, especialmente en los niños
Basta ver, por ejemplo, las limitaciones para en el análisis y entender la información nutricional de las etiquetas que podría orientar no solo sobre los contenidos, sino también sobre si son buenos o dañinos para la salud.
Generalmente, lo primero que se evalúa es la cantidad de calorías que contienen, y solo con eso se piensa que un contenido bajo de calorías es mejor, lo cual es un error que exige que los etiquetados sean más explícitos en estos productos tal como lo define la ley aprobada recientemente en el país.
Recomendaciones
Hacer ejercicio regular y evitar al máximo el consumo de alimentos procesados, de paquete y de bebidas y jugos industriales. Asimismo, consumir al día cinco porciones entre frutas y verduras.
La Asociación Americana del Corazón recomienda mantener el consumo de grasas saturadas a menos del 7 por ciento y el consumo de grasas trans a menos del 1 por ciento de las calorías diarias de una persona.
Del mismo modo, evitar el sodio de los alimentos salados más comunes (pan, embutidos, pizza; hamburguesas, perros calientes y sándwiches). También es recomendable elegir carnes magras con menos del 10 por ciento de grasa.
Finalmente, no se saltarse las comidas, pues esto puede contribuir a consumir alimentos poco saludables cuando tenga hambre).
GABRIEL ROBLEDO KÁISER
Cardiólogo, director del Centro Cardiológico de Bogotá (CCB)