La esquizofrenia es un trastorno mental grave que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) afecta a una de cada 300 personas en el mundo. Conozca cuáles son sus síntomas y cómo se trata.
Según el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, las personas que sufren este trastorno pueden parecer como si hubieran "perdido el o con la realidad", lo que puede ser angustioso para ellas y sus familiares.
Las formas en que se manifiesta esta enfermedad de la mente suelen dificultar la participación del paciente en actividades cotidianas o habituales, como la escuela o el trabajo.
Por esta razón, es importante reconocer sus síntomas, para consultar con un especialista en la mayor brevedad.
En ese sentido, la OMS reseña algunos síntomas comunes en la presencia de este trastorno, como la persistencia de ideas delirantes, donde la personas tiene la creencia errónea de que algo es verdad, a pesar de que se pruebe lo contrario.
También puede haber alucinaciones, un razonamiento desorganizado, que a menudo se manifiesta en forma de discurso confuso. Los pacientes con esquizofrenia tienden a tener también un comportamiento desorganizado, además de una agitación extrema o ralentización de los movimientos.
El diagnóstico de la esquizofrenia implica descartar otros trastornos de salud mental y determinar que los síntomas no se deben al abuso de sustancias, medicamentos u otras afecciones, según reseña la Clínica Mayo.
Por esta razón, los profesionales de la salud mental hacen una serie de pruebas a los pacientes con sospecha de esquizofrenia que incluyen una exploración física para descartar problemas del cuerpo, análisis como una resonancia magnética o tomografía y evaluaciones psiquiátricas.
Durante el proceso de diagnóstico, dice la Clínica, el profesional puede aplicar los criterios establecidos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (MSD), publicado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría.
La esquizofrenia requiere tratamiento de por vida, incluso si los síntomas desaparecen, dice Mayo.
El tratamiento para este trastorno se basa principalmente en medicamentos, específicamente los antipsicóticos, que son los que se recetan con mayor frecuencia, pues controlan los síntomas con su efecto sobre la dopamina.
Sin embargo, existen los antipsicóticos de segunda generación, que suelen ser preferidos por su menor riesgo de efectos secundarios graves. Entre ellos están el aripiprazol, asenapina, cariprazina y quetiapina.
También existe la posibilidad de tratar la esquizofrenia con antipsicóticos inyectables, que se istran cada dos o cuatro semanas, de acuerdo con el medicamento que se utilice y el tratamiento.
Una vez la psicosis retrocede en el paciente, el profesional de salud puede iniciar un proceso de intervenciones psicológicas y sociales, que pueden incluir una terapia individual, capacitación en habilidades sociales, terapia familiar y rehabilitación vocacional, así como apoyo para conseguir trabajo.
"Durante los períodos de crisis o de síntomas graves, es posible que se requiera hospitalizar al paciente para garantizar seguridad, alimentación correcta, horas de sueño adecuadas e higiene básica", asegura la Clínica Mayo.
Recuerde que los trastornos mentales, sin importar su gravedad, deben ser diagnosticados por profesionales de la salud, por lo que no se debe automedicar bajo ninguna circunstancia.
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO
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