La preeclampsia puede hacer que la placenta no obtenga el suficiente oxígeno y sangre de la madre y causar que el feto tenga bajo peso, crecimiento intrauterino retardado. En casos raros las gestantes pueden presentar convulsiones o eclampsia, situaciones que pondrían en riesgo la vida de la madre y el bebé en camino.
La preeclampsia se puede producir a partir de la semana 20 de gestación, algunos de los síntomas que se presentan son: tensión alta, hinchazón y eliminación de proteínas por la orina o proteinuria.
Aunque es poco frecuente, esto también puede afectar a las mujeres después de dar a luz, en la mayoría de los casos la preeclampsia se presenta dentro de las 48 horas después del parto.
Esta complicación se presenta entre el tres y el siete porciento de los embarazos, se piensa que la afección empieza en la placenta.
Los factores que pueden llevar a que se desarrolle preeclampsia incluyen: trastornos autoinmunitarios, problemas vasculares, primer embarazo, antecedentes de preeclampsia, embarazos múltiples, antecedentes de diabetes, presión arterial alta o enfermedad renal y antecedentes de enfermedad tiroidea.
Síntomas
Esta complicación durante la gestación no produce síntomas visibles, por lo que habrá que asistir a los controles prenatales para detectarla. Aquí mostramos algunos que pueden indicar preeclampsia:
-Exceso de proteínas en la orina (proteinuria) u otros signos de problemas renales.
-Niveles más bajos de plaquetas en la sangre (trombocitopenia).
-Aumento de las enzimas hepáticas, que indican problemas en el hígado.
-Dolores de cabeza intensos.
-Cambios en la visión, que incluyen pérdida temporal de esta, visión borrosa o sensibilidad a la luz.
-Falta de aire, debido a la presencia de líquido en los pulmones.
-Dolor en la parte superior del abdomen, por lo general debajo de las costillas del lado derecho.
-Náuseas o vómitos.
Tratamiento
La preeclampsia se cura después de que el bebé nace y sale la placenta. Si se tienen más de 37 semanas el proveedor de salud puede sugerir inducir el parto o una cesárea.
En caso de que no se hayan cumplido las semanas para manejar el parto, el médico puede sugerir medicamentos para bajar la presión arterial en caso de tenerla alta. La gravedad de la preeclampsia puede cambiar rápidamente, de manera que se necesitará un seguimiento muy cuidadoso.
Complicaciones
Aunque la mayoría de los embarazos donde la gestante tiene preeclampsia llegan a término, pueden haber complicaciones como:
-Restricción del crecimiento fetal: si la placenta no recibe la cantidad suficiente de sangre, el bebé puede recibir un nivel inadecuado de sangre y oxígeno, y menos nutrientes.
-Nacimiento prematuro: la preeclampsia puede provocar un nacimiento prematuro no planificado (parto antes de la semana 37). Un bebé que nace de forma prematura presenta un mayor riesgo de sufrir dificultades para respirar y alimentarse, problemas auditivos y de visión, retraso en el desarrollo y parálisis cerebral.
-Desprendimiento de la placenta: con esta afección, la placenta se separa de las paredes internas del útero antes del parto. Un desprendimiento grave puede ocasionar un sangrado intenso, que puede poner en riesgo la vida de la madre y el bebé.
-Síndrome de HELLP: esta forma grave de preeclampsia afecta varios sistemas de órganos. El síndrome de HELLP pone en riesgo la vida de la madre y el bebé, y le puede ocasionar problemas de salud crónicos a la madre.
-Eclampsia: es la aparición de convulsiones o el inicio del coma sin signos ni síntomas de preeclampsia. La eclampsia puede producirse sin que anteriormente se hayan observado signos o síntomas de preeclampsia.
-Daño a otros órganos: puede dañar los riñones, el hígado, los pulmones, el corazón o los ojos, y causar un accidente cerebrovascular u otra lesión cerebral. La cantidad de lesiones causadas a otros órganos depende de la gravedad de la preeclampsia.
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Pamela Avendaño
REDACCIÓN TENDENCIAS