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La enfermedad de transmisión sexual que podría generar un cáncer
Uno de cada dos adultos sexualmente activos tuvo el virus del papiloma humano o lo va a tener.
Cáncer y enfermedades de transmisión sexual Foto: iStock
El virus del papiloma humano (VPH) es la infección de transmisión sexual más común. Hay cerca de 200 variantes de VPH, pero solo 14 de ellas, y en especial la VPH16 y VPH18, son las de mayor riesgo oncogénico y las que tienen más probabilidades de derivar en un cáncer de ano, pene, vagina, vulva, orofaringe o, el más frecuente, el cáncer de cuello de útero.
Para prevenir una infección, es necesario mantener la profilaxis a la hora de tener relaciones sexuales. Sin embargo, los especialistas resaltan que la mejor manera de protegerse es aplicarse la vacuna contra el VPH.
“El contagio del VPH es sexual o de transmisión vertical de la madre al niño a través del pasaje por un canal de parto con condilomatosis. Durante el o sexual, el virus que está en las secreciones, en las superficies de la mucosa o del tejido afectado, penetra a través de zonas con micro lastimaduras. Aunque, en un tejido sano e inmunológicamente fuerte, por más que el virus esté, no siempre va a contagiar”, explica Andrea Velazco, jefa de Patología Cervical del Servicio de Ginecología del Hospital Italiano de Buenos Aires, Argentina.
Las claves para saber si tiene una infección de transmisión sexual Foto:iStock
Una vez que se generó el contagio, la diferencia entre los VPH de bajo y alto riesgo oncogénico, es decir, los que tienen más o menos posibilidades de convertirse en un cáncer, variará según la capacidad del virus para persistir en el tejido y alterar sus células. La gran pregunta es cómo diferenciarlos y a qué síntomas hay que estar alertas.
Por ejemplo, en países como Colombia, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Demografía y salud en el año 2015 “a diario mueren 700 mujeres víctimas del cuello uterino y además tan solo el 40 por ciento de jóvenes entre los 13 y 16 años saben cómo funciona el proceso para comprobar si están contagiadas”.
La gran mayoría de los que contraen el VPH no presentan síntomas, pero que la manifestación clínica más frecuente son las verrugas en la zona genital, anal, la boca o la garganta, según señala Velazco.
El virus papiloma humano (VPH) generalmente puede ser el causante del cáncer del cuello uterino, la vagina, del ano y del pene. Sin embargo, se ha evidenciado que este también puede causar cáncer de garganta y la práctica del sexo oral podría ser la responsable, según la organización ‘Aarp’. Foto:iStock
“Si a una persona se le diagnostica una infección por VPH no se hace nada, pero sí se tratarán las enfermedades relacionadas. Por ejemplo, las verrugas se tratan, no por su potencial malignización, sino por la replicación viral, por la morbilidad que dan y la alteración anatómica que provocan. En cambio, cuando el virus genera una enfermedad preneoplásica, que podría ser una lesión escamosa intraepitelial de grado alto, esto significa que hay células de cuello uterino que son anormales o que podrían volverse cancerosas, el tratamiento va a consistir en la resección del tejido afectado, dejando al paciente sano, sin enfermedad VPH relacionada, aunque podría seguir teniendo el virus en el organismo y que este se vuelva a manifestar en el futuro”, detalla Velazco.
Existen test que pueden diagnosticar infección por virus de VPH, como también determinar si esa variante es, o no, de alto riesgo oncogénico. “Se podría hacer un test del ADN del VPH y quedarte solo con los pacientes que tengan un VPH con alto riesgo oncogénico. Pero es un test caro para usarlo de pesquisa, aunque en el primer mundo se utiliza. Si no contamos con esa herramienta y como método de control debemos hacer el Papanicolau (pap), que busca cambios en las células del cuello uterino”, indica Velazco.
El pap, si bien es menos sensible que el test de VPH, es una excelente herramienta para la detección temprana de enfermedades precursoras del cáncer de cuello uterino, y se debe empezar a realizar tres años después del inicio de las relaciones sexuales y hasta los 65 o 70 años, afirma la especialista.
La vacunación contra el VPH, lejos de los números deseados
En todo el país fueron aplicadas 20.587 dosis de vacunas contra el VPH, según datos preliminares. Foto:Secretaría de Salud
Durante la cumbre de los Objetivos de Desarrollo del Milenio que se hizo en el 2010 en Colombia, se dio a conocer una introducción de la vacuna contra el VPH, la cual hizo parte de la Estrategia Mundial de Salud de Mujeres y Niños.
Hay que desmitificar que contraer el virus tiene que ver con promiscuidad o prejuicios por el estilo. Ese miedo a que a uno lo señalan por tener VPH hace que muchos tampoco se controlen
Dicha estrategia se dividió en tres fases: la primera tuvo como objetivo educar sobre este tema a niñas que estudien en colegios privados o públicos de cuarto grado de básica primaria y en la segunda fase del proceso se enfocó en niñas no escolarizadas ubicadas en zonas urbana y rural, a partir de 2013.
En Colombia, la vacuna contra el cáncer del cuello uterino “se aplica tres veces, ya que de esta manera se pretende evitar que esta enfermedad se desarrolle en una persona”, según indica Profamilia en su sitio web. Se la pueden poner mujeres y niñas de 10 años en adelante.
“El cáncer de cuello uterino se presenta mayormente en dos épocas de la vida de la mujer, alrededor de los 30 a 35 años y otros después de los 45. Se debe tener en cuenta que las adolescentes son un grupo de alta vulnerabilidad”, detalla Profamilia.
“Hablar del VPH es muy importante porque produce cáncer, sobre todo alrededor de los 30 años. Es muy triste diagnosticar un cáncer a un joven cuando esa persona se podría haber controlado o vacunado”, lamenta Carlos Humberto Pérez Moreno, presidente de la Federación Internacional de Patología Cervical y Colposcopía, quien participó del 19º Seminario Latinoamericano de Periodismo en Ciencia y Salud organizado por Merck Sharp and Dohme.
Por su parte, Andrea Schilling, médica gineco obstetra, especialista en ginecología infanto-juvenil, que también participó del evento, resalta una cuestión fundamental: “Uno de cada dos adultos sexualmente activos tuvo el virus o lo va a tener. Sin embargo, por ser una enfermedad de transmisión sexual, sigue siendo estigmatizada y es vergonzante contraerla. Hay que desmitificar que contraer el virus tiene que ver con la promiscuidad o prejuicios por el estilo, porque ese miedo a que a uno lo señalan por tener VPH, hace que muchos que no están vacunados, tampoco se controlen”.