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Entrevista

‘Cada día es más fina la diferencia entre el hombre y la máquina’

Rodrigo Quian Quiroga y las posibilidades de que la Inteligencia Artificial desarrolle consciencia. 

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. Foto: iStock

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“No hay que temerle a la Inteligencia Artificial (IA) ni pensar en que se volverá en contra nuestra para destruirnos, como sucede en las películas de ciencia ficción. Solo tenemos que ser conscientes de los desafíos que enfrentamos y de las transformaciones que vivimos y asumirlos como parte de nuestra evolución”, dice a EL TIEMPO el destacado neurocientífico argentino Rodrigo Quian Quiroga, profesor en el Instituto de Investigación del Hospital del Mar en Barcelona y exdirector del Centro de Neurociencia de Sistemas en la Universidad de Leicester, en Inglaterra.
“El miedo a la IA se origina en las películas de Hollywood. No la veo como una amenaza. Como toda herramienta o tecnología, no es buena ni mala. Es bueno o malo el uso que hagamos de ella”, añade.
El experto también explica que hay dudas sobre el futuro del empleo con relación a la IA, pero que, así como puede resultar fabuloso en unas aplicaciones, podría no serlo en otras.
El miedo a la IA se origina en las películas de Hollywood. No la veo como una amenaza. Como toda herramienta o tecnología, no es buena ni mala. Es bueno o malo el uso que hagamos de ella
Rodrigo Quian QuirogaNeurocientífico
“No creo en un escenario maléfico, empezando porque está muy lejos de que la IA tome consciencia, decida destruir a la humanidad y tenga una inteligencia parecida a la del ser humano, aunque podría adquirirla en un futuro aún lejano. No veo que algo que creamos se vuelva en contra nuestra. Ese es un argumento para una película de ficción”, afirma.
No obstante, hay preocupación. En una reciente cumbre mundial, sin Estados Unidos ni Reino Unido, 58 países, entre ellos China y de la Unión Europea, se firmó una declaración por una IA abierta, inclusiva y ética.
Ciencia

Quian Quiroga es profesor en el Instituto de Investigación del Hospital del Mar en Barcelona. Foto:Cortesía

En opinión de Quian Quiroga, lo que sí está sucediendo hoy es que la humanidad está evolucionando y enfrenta grandes desafíos, como los que se registraron con la revolución industrial, con cambios en lo económico, social y tecnológico a finales del siglo XVIII, o con la llegada del internet y las computadoras a finales de las décadas del 60 y 70 del siglo pasado, cuando se cerraron unas fuentes de trabajo, pero se abrieron otras.
“La IA pareciera ser un desafío, pero hay que ser conscientes sobre lo que está pasando y darse cuenta de que la matriz del trabajo cambiará. Muchos trabajos desaparecerán, otros aparecerán y los cambios sucederán”, pronostica.
En el pasado, “existía una diferencia tajante y radical entre las máquinas y los hombres, y lo que está pasando ahora con la IA nos obliga a plantearnos con más fuerza qué es lo que nos hace verdaderamente humanos, pues cada día es más fina la diferencia entre el hombre y la máquina”, reflexiona.
A la IA le hace falta lo que se conoce como inteligencia general, es decir, la capacidad de aprender nuevas tareas en contextos novedosos y sin entrenamiento, algo que el humano hace con frecuencia al enfrentarse a situaciones nuevas, utilizando el sentido común y la reacción.
Le hace falta el sentido común y la consciencia de su existencia”, precisa el neurocientífico, quien no descarta que una computadora pueda desarrollarlos en un futuro aún lejano porque considera que no existe un motivo por el que una máquina no pueda replicar el comportamiento de un cerebro.
Es probable, en su opinión, que la IA supere a la inteligencia humana si logra tener inteligencia general, que es la capacidad de desarrollar un sentido común.
La tecnología no tiene por qué dominarnos. Una computadora no va a competir por recursos que necesitamos los humanos, como tierra y comida
Rodrigo Quian QuirogaNeurocientífico
Sobre si se deben o no poner frenos o límites al avance de las computadoras, dice que no se puede hacer porque hoy cualquiera puede desarrollar en su casa o en una computadora portátil un algoritmo de IA.
“La tecnología no tiene por qué dominarnos. Una computadora no va a competir por recursos que necesitamos los humanos, como tierra y comida. La máquina solo necesita energía y eso es muy manejable. Por eso, no veo por qué una computadora necesitaría entrar en guerra con un humano. No hay que temerle a la IA, sino a lo que el humano pueda hacer con ella”, resalta.
A pesar de las transformaciones que vivimos y los desafíos que enfrentamos como especie, Quian Quiroga considera que el ser humano de 2025, aunque ha cambiado, no es mejor ni peor que el del pasado.
“Solo es distinto. Evolucionó en sus conocimientos, en sus respuestas a las grandes preguntas de la filosofía, en su visión sobre las máquinas. Hay cosas que hoy nos planteamos y antes no lo hacíamos o que ahora hacemos de otra manera. El ser humano de hoy no es mejor ni peor. Solo está cambiando, evolucionando”, dice.

Descubrimiento

Quian Quiroga descubrió en 2005 las neuronas del concepto, también llamadas neuronas de Jennifer Aniston, que se encargan de relacionar imágenes y generar recuerdos. Forman conceptos abstractos con base en estímulos específicos, como, por ejemplo, el nombre o retrato de un ser humano, como el de la famosa actriz, comediante, directora y productora de cine estadounidense.
Cerebro

Quian descubrió las neuronas del concepto, encargadas de relacionar imágenes y generar recuerdos. Foto:iStock

Las células conceptuales, otro nombre que se les acuña, pueden desempeñar un papel importante en la memoria episódica. “Su existencia pone en tela de juicio la hipótesis común de que los procesos cognitivos complejos requieren una interacción perfectamente organizada de múltiples neuronas”, según científicos de la Universidad Lobachevsky.
El famoso filósofo francés, René Descartes, que creó la geometría analítica, hizo aportes fundamentales a la mecánica, óptica, geología, antropología, medicina y es considerado como el fundador de la psicología, pensó que aquello que nos hacía humanos era la glándula pineal, que facilitaba, en su opinión, la comunicación entre el cuerpo y la mente.
Pero Quian Quiroga descubrió que las neuronas Jennifer Aniston, que son neuronas individuales en humanos, “responden a conceptos específicos como al nombre o retrato de una persona. No responden a detalles, solo al concepto”, explica.
Esa fue la primera fase de su descubrimiento. La segunda fue ver cómo esas neuronas están involucradas en la formación y codificación de la memoria y, en la tercera, se dio cuenta de que ofrecen una representación abstracta de la memoria humana, algo que jamás se ha visto en ningún otro animal.
Las neuronas Jennifer Aniston son lo que nos hace humanos. Tenemos un pensamiento más conceptual y abstracto comparado con otras especies y con las computadoras, que no tienen pensamientos abstractos ni entendimiento.
Con el tipo de neuronas que encontré, que nos diferencian de otros animales, se está asentando la idea de que hay algo especial en el ser humano que nos hace diferentes”, sostiene.
El neurocientífico ite también que solo es cuestión de tiempo para que los caminos de la fantasía y la investigación científica desdibujen sus fronteras… “Lo que era ciencia ficción hasta hace unos pocos años ya es ciencia”, afirma.
El descubrimiento de Quian Quiroga ha sido un importante avance en la comprensión de la memoria y ha permitido entender cómo el cerebro codifica y almacena la información, reconocen los expertos.
Libro

El investigador publicó 'Cosas que nunca creeríais: de la ciencia ficción a la neurociencia' Foto:Cortesía

El investigador argentino acaba de publicar su último libro de media docena de publicaciones: Cosas que nunca creeríais: de la ciencia ficción a la neurociencia, en el que busca, en diez capítulos, demostrar que “lo que era ficción hace algún tiempo se está volviendo realidad ahora”.
Al plantearnos las preguntas que toca la ciencia ficción y que está respondiendo la neurociencia, en el fondo estamos tocando grandes preguntas de la humanidad que planteó la filosofía, que están cambiando a gran velocidad y que vive una revolución gracias a la neurociencia.
Además, resalta que “estamos viviendo también una profunda revolución en relación con el funcionamiento del cerebro. Una revolución tan profunda, tan cercana a las raíces de nuestra propia esencia, que se nutre de las discusiones más trascendentales de la filosofía y que ha disparado, a la vez, la imaginación de escritores futuristas, siendo una fuente inagotable de infinidad de películas de ciencia ficción”, escribe Quian Quiroga en la descripción de su obra.
Estima que el aporte más novedoso de su libro es describir experimentos recientes que dan una visión distinta de los grandes problemas de la filosofía.
Quian Quiroga también ha escrito otros libros como Borges y la memoria, sobre las ideas del famoso escritor acerca de la memoria y a quien relaciona con experimentos que se hacen hoy en el laboratorio.
Escribió igualmente ¿Qué es la memoria?, un libro divulgativo sobre el funcionamiento de la percepción visual y la memoria, y un par de libros de texto como Codificación neuronal, entre otros.
Hasta el momento, después de investigaciones con monos y roedores, no se han encontrado las neuronas descubiertas por este neurocientífico, quien argumenta que jamás se van a encontrar porque son exclusivas del ser humano. “Son una base de la inteligencia del ser humano, que es mucho más abstracta y de alto nivel, comparada con la de un mono o cualquier otro animal”.
Gloria Helena Rey 
Para EL TIEMPO

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