Colombia es el país de las aves. Entre los páramos, los árboles, los bosques y los cielos de la nación hay más especies que en ningún otro país del mundo. Según los registros, un aproximado de 1.940 especies, es decir, un 20 por ciento de las existentes en todo el planeta, vuelan, cantan, comen y reposan en alguna parte del territorio nacional.
Es por eso que en el año 2000 varias organizaciones no gubernamentales y grupos de investigadores universitarios, liderados por el Instituto de Investigaciones Biológicas Alexander von Humboldt, diseñaron la ‘Estrategia nacional para la conservación de las aves’ (Enca) 2000-2020, un documento que sentaba las pautas para la protección de estos animales.
Hoy, expertos del Instituto Humboldt, la Red Nacional de Observadores de Aves, la National Audubon Society y el Ministerio de Ambiente trabajan en el desarrollo de un nuevo documento para el periodo 2021 a 2031, con objetivos más ambiciosos, el involucramiento de más actores como la sociedad civil y el deseo de que se convierta en una política pública que ayude a la conservación. Así lo asegura Noemí Moreno, bióloga e investigadora de la National Audubon Society y una de las personas que trabajan en el desarrollo de la nueva Enca.
Resultados y objetivos
Según explica Moreno, cuando la Enca se planteó hace 20 años no se esperaban los resultados tan “satisfactorios” que hoy se ven, considerando los recursos, esfuerzos y el tiempo destinado para su implementación. La Enca no era un documento de política pública, sino una estrategia que apoyaba la protección y la documentación de las especies que se sabía vivían en el país. En aquel entonces se tenía un registro de 1765 especies.
Al revisar el cumplimiento de la estrategia, se vio que los cuatro objetivos propuestos se lograron en un 58 por ciento, un dato muy positivo, según los expertos.Lo que vieron los investigadores es que la creación del aviturismo y el involucramiento de las comunidades locales en la protección de las aves terminaron llevando a que se protegieran y se documentaran de manera más efectiva a estos animales en las zonas rurales.
Según señala Moreno, eso es debido a que el turismo local y la relación de las comunidades y los institutos de investigación con las aves son muy cercanos y han permitido que estos participen en su cuidado y mejoren su documentación, lo que ha llevado, por ejemplo, a un aumento del número de especies registradas en el país de 9,9 por ciento en los últimos 20 años.
Al tener los locales razones para proteger las aves, como, por ejemplo, que sean un factor que contribuye a su economía con la creación de turismo ecológico, estos también están dispuestos a participar en su conservación.
Así, según señala la investigadora, las comunidades han empezado a generar acuerdos de conservación con fincas cercanas para tener sistemas agrícolas que conserven áreas en las cuales habitan las aves; además, han realizado una documentación de las especies que allí existan y han desarrollado espacios de pedagogía para fomentar su cuidado en centros educativos.
“Las personas han encontrado razones para conservar las aves de sus ecosistemas”, asegura Moreno, quien añade que esto, además, es esencial. Las aves son un grupo de animales más fácil de ver que otro, y son indicadores de la salud de los ecosistemas por las funciones que cumplen”, sostiene.
La nueva Enca
Ahora viene la parte que a nosotros más nos interesa y es en estos talleres regionales pasar a construir una estrategia que no solo esté ligada a la parte académica
Luego de identificar las lecciones aprendidas de su anterior versión y los retos que se deben incluir en esta nueva estrategia, desde hoy se iniciaron varios talleres sectoriales y regionales que se harán de forma virtual, los cuales tienen como objetivo establecer rutas de cambio que buscarán centrar las acciones en la resolución de amenazas y problemas en la conservación de las aves y sus hábitats en Colombia. El país le apunta a sacar la conservación del área continental y llevarla también a zonas insulares, marinas y cuerpos de agua interiores.
La idea es que esta vez la estrategia no sea planeada solo desde el punto de vista de la ciencia, sino que se incluya también a los ciudadanos, a las empresas privadas y al Gobierno en su desarrollo.
“Ahora viene la parte que a nosotros más nos interesa y es en estos talleres regionales pasar a construir una estrategia que no solo esté ligada a la parte académica, sino a los diferentes sectores económicos, políticos, públicos y privados”, dijo Moreno.
Si bien la pandemia atrasó los tiempos que se tenían diseñados para la presentación de la Enca 2021-2031, lo que se espera es que en marzo del 2022 ya esté finalizada la nueva ‘Estrategia nacional para la conservación de las aves en Colombia’ y se inicie la fase de comunicación, promoción e implementación. Lo que pondrá al país a la vanguardia de la conservación de su avifauna frente al mundo.
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