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'Paz total': lo que Gobierno y grupos armados negocian en materia ambiental
Con freno a la deforestación, disidencias piden pista en los diálogos. ¿Qué pasa con otros grupos?
Sobrevuelo del Parque Natural Chiribiquete, La Macarena, Meta. Foto: Ministerio de Defensa
En enero de 2022, las columnas de humo eran evidentes y abundantes entre la serranía La Lindosa y Chiribiquete, en el departamento del Guaviare, territorio conocido como la entrada a la Amazonia y uno de los mayores focos de deforestacióndel país. Un año después, el panorama es otro. Salvo algunos puntos donde todavía es posible ver las quemas, la tala y la destrucción de la selva en este punto del país ha tenido un freno considerable.
Así lo reconoce el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y el monitoreo constante que hace sobre la región la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS), según el cual, durante el primer mes del año, cada día se registraron 437 incendios, un dato que, si bien no deja de ser alarmante, no se compara con las más de 630 alertas diarias que se presentaron en promedio durante enero de 2022.
Y así lo pudo comprobar EL TIEMPO en una visita realizada a la vereda de Cerro Azul, San José del Guaviare, a pocos kilómetros del llamado arco de deforestación amazónico (la zona donde se concentra la mayor parte de los núcleos activos de la deforestación de la Amazonia colombiana), donde, además, el pasado 20 de marzo, la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, y el alto comisionado para la Paz, Danilo Rueda, acudieron, junto al embajador de Medioambiente de Noruega, Espen Barth Eide, a un diálogo con las comunidades.
Una visita que, en su trasfondo, no solo buscaba la protección de los ecosistemas y el desarrollo comunitario, sino que además tenía como ingrediente especial el proceso de 'paz total' con las disidencias de las Farc que tienen influencia en la zona.
Y es que este cambio de dinámica ambiental tendría como una de sus causas (sostienen el Gobierno y observadores de la ONU y de ONG consultados por EL TIEMPO) el llamado del 'Estado Mayor Central' (Emc, las disidencias de las Farc que no firmaron los acuerdos de paz, lideradas por alias Iván Mordisco) a frenar la deforestación con el fin de allanar el camino de cara al proceso de paz. Eso sí, según pudo comprobar este diario, un freno a la destrucción del bosque mediante amenazas e intimidaciones a la población civil.
Por la cantidad de arte rupestre que hay en la zona se le ha denominado como la 'Capilla sixtina'. Foto:Cortesía Presidencia. Archivo EL TIEMPO
En la reunión, los funcionarios enviaron un mensaje al Emc con respecto a la relevancia que tendrá el tema ambiental en las negociaciones. De acuerdo con el alto comisionado, se espera que se conozca el anuncio del comienzo de estas de manera oficial en aproximadamente un mes.
"Hemos visto lo que este grupo ha hecho en la zona en cuanto al cese de acciones en contra del medioambiente. Y para nosotros desde el Gobierno esto es clave, porque entendemos que no puede haber una 'paz total' sin una paz ambiental", señaló Rueda.
Por su parte, la ministra Muhamad dijo: "Acá hay una comunidad campesina dispuesta a trabajar en otro modelo de desarrollo, que está entrando con el Estado colombiano a acuerdos de conservación. Sabemos que el Emc también ha respondido a nuestro llamado. Es importante para el país abrir esta mesa de negociación".
No se trata de un hecho menor, según explica Rodrigo Botero, director de la Fundación para la Conservación y Desarrollo Sostenible (FCDS), y también uno de los del equipo negociador del Gobierno en las negociaciones con varios grupos armados, incluido el Emc.
"Si bien en los diálogos del Caguán, en la época de Pastrana, el entonces ministro de Ambiente, Juan Mayr, asistía a la instalación de las mesas del diálogo, nunca logró desarrollarse lo ambiental como un tema estructural dentro de la agenda. Tampoco pasó con el acuerdo con las Farc. No incluir esto ocasionó un repunte en las cifras no solo de deforestación, sino de degradación ambiental en general. La presencia tanto del comisionado de Paz como de la ministra de Ambiente muestra la necesidad de desarrollar un tema de política pública en el marco de la 'paz total', en el cual el componente ambiental va a tener una repercusión directa sobre el inicio y el desarrollo de los diálogos", explicó Botero.
La agenda ambiental, explica el negociador, no solo se limita a un grupo armado ni a la deforestación en particular. De hecho, la idea es poder tratar las diferentes actividades con impactos en los ecosistemas que derivan del conflicto.
"Estamos hablando de todos los procesos de degradación ambiental que hay en el país —explica Botero— y de la necesidad de una restauración de ecosistemas que han sido degradados en el marco del conflicto. Con el Eln hay unos temas que ya hacen parte de la agenda y que tienen un cuerpo formal muy bien establecido. Con el Emc, lo que vemos por parte de la oficina del comisionado es que va a ser un tema estructural".
Punto de discordia
En Caucasia hay zozobra entre los pobladores Foto:Jaiver Nieto
Atender una agenda ambiental en unas conversaciones con una diversidad de grupos armados tan heterogéneos, con diversos intereses económicos e ilícitos, y distintos papeles en actividades que afectan el medioambiente, como la minería ilegal, no es algo sencillo, según reconocen tanto el experto como la ministra Muhamad (vea entrevista anexa). De hecho, se han convertido en puntos de tensión.
Ejemplo de ello es lo ocurrido en las últimas semanas en Caucasia y toda la región del Bajo Cauca, donde el 'clan del Golfo' promovió el paro minero y las acciones armadas en la región, en defensa de una actividad considerada nociva para el ambiente, como es la minería ilegal.
De hecho, ha sido la minería uno de los principales obstáculos no solo con el clan, sino también con el Eln (en el Pacífico) y con el Emc, grupo con el que aún no se discute su papel en actividades de minería de aluvión y en la extracción de coltán que protagoniza en la frontera con Brasil y Perú, lo que no solo ha causado focos de violencia y conflictividad, sino una degradación de las fuentes hídricas.
"También está el tema de la producción de coca en las áreas de los comandos de la frontera del Putumayo. Me parece que ese tema no está en el mismo nivel de discusión y maduración política en todos los grupos", destacó el director de la FCDS.
Y a todo esto se le debe sumar un ingrediente: la presencia del ministro de Ambiente noruego, Espen Barth Eide, en la visita no fue gratuita. Esto debido a que un nuevo acuerdo de paz con agenda ambiental podría garantizar que el país vuelva a recibir los recursos prometidos por el Gobierno de Noruega por pago por resultados, siendo este tal vez el principal cooperante de Colombia en asuntos ambientales.
En 2018, además de incrementar su ayuda económica, el país nórdico extendió su apoyo del 2020 al 2025. Sin embargo, en todo este tiempo, solo se ha cumplido una vez con las metas trazadas en lo relacionado con la deforestación.
"Noruega —le dijo Eide a este diario— no solo está involucrado en temas ambientales, sino que también ha trabajado en los procesos de paz en Colombia desde hace más de 20 años. Lo que hemos visto es que cuando hay un estado de conflicto, cuando llega la paz, o una paz relativa, estas zonas quedan en disputa. Es necesario que haya presencia del Estado, pero también un trabajo con las comunidades, para que estos lugares, críticos ambientalmente, no resulten vulnerados".
‘Protección de los ecosistemas será una prioridad’
Susana Muhamad, ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible. Foto:Ministerio de Ambiente
Tres preguntas a la ministra de Ambiente, Susana Muhamad.
¿Qué lugar ocupa el medioambiente en los diálogos de la ‘paz total’?
El tema ambiental, diferente al proceso anterior, va a jugar un rol protagónico en estos acuerdos de paz. En las conversaciones con el Eln se ha logrado que sea parte formal de la agenda de discusión, especialmente en las zonas como Arauca, el Catatumbo y en el Pacífico. No es fácil, es un tema que se junta con intereses económicos y de control territorial. En los diálogos exploratorios con el Emc, que empezaron el año pasado, el alto comisionado puso en la agenda en coordinación conmigo que se solicitara como gesto de buena voluntad el freno a la deforestación. Y hemos podido ver que sí ha habido una rebaja de la deforestación en esta zona.
¿Cómo avanzan las metas puestas por Noruega en materia de deforestación?
Hasta ahora, el Gobierno noruego solo hizo a Colombia un pago por resultados en la época de las negociaciones con las Farc, cuando hubo un descenso impresionante de la deforestación. Pero a partir de la firma del acuerdo de paz, lo que ha habido es un aumento de la deforestación con un pico en el año 2017, por lo que no hemos vuelto a recibir estos recursos. Por eso es muy importante incluir la sostenibilidad territorial ambiental en la mesa de diálogo.
Expertos dicen que la falla en procesos anteriores fue no lograr el control territorial. ¿Cómo hacerlo ahora?
Se ha demostrado que, por ejemplo, formas de gobernanza social y comunitaria como las comunidades indígenas o los consejos comunitarios negros han generado mayor preservación. Estamos proponiendo concesiones forestales de 30 años para los pueblos campesinos dentro de las reservas, porque formas de gobernanza social sólidas tienden a generar mejores condiciones para la preservación ambiental. Donde no hay gobernanza territorial es más fácil que penetren economías ilícitas.