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Rafael Vergara, así recuerdan sus amigos al incansable ambientalista del Caribe

Con poesía y sembrando 'palos de mango', amigos y conocidos de Vergara le dan hoy un último adiós.

Rafael Vergara recitando versos del libro de poesía de su autoría que fue publicado en 2019. El texto 'Al vuelo de sus deseo'  fue editado por su hija Saia Vergara.

Rafael Vergara recitando versos del libro de poesía de su autoría que fue publicado en 2019. El texto 'Al vuelo de sus deseo' fue editado por su hija Saia Vergara. Foto: Cortesía Saia Vergara

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PERIODISTA DE MEDIOAMBIENTE Y SALUDActualizado:

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Rafa fue un recio defensor de la Ciénaga de la Virgen, entabló más de 100 procesos jurídicos en causas ambientales, militó en el M-19 y trabajó de la mano con el gobierno del presidente Gustavo Petro en el desarrollo de la propuesta ambiental que el país espera ver en los próximos cuatro años.
Rafael Vergara Navarro nació en Cartagena, en 1949, en su propia casa porque su madre Gladys Navarro no alcanzó a llegar al hospital y desde entonces, solía decir, estaba luchando contra la muerte. Rafa, hijo del político liberal Rafael Vergara Támara, fue un luchador infatigable de las causas justas desde la palabra, el debate y el periodismo. 
“Hacía política en el mejor sentido de la palabra y siempre mantuvo ese vínculo entre lo político y lo ambiental. Él fue quizá unas de las primeras personas que en Colombia entendieron que la sostenibilidad en el futuro de la sociedad dependía en buena medida de la sostenibilidad ambiental”, cuenta Manuel Guzmán-Hennessey, investigador y su amigo desde hace más de 50 años. 
Colombia le debe un homenaje, dice. Uno que en vida planearon, pero nunca pudieron darle sus amigos y conocidos, y de lo que hoy se arrepienten. Guzmán-Hennessey asegura que Rafa era un asiduo participante de tertulias y discusiones sobre el futuro ambiental del país, en las que decía que se encontraba muy feliz por el hecho de que un gobierno de corte ambiental hubiese llegado finalmente a la Casa de Nariño. 
Él fue quizá unas de las primeras personas que en Colombia entendieron que la sostenibilidad en el futuro de la sociedad dependía en buena medida de la sostenibilidad ambiental
“Queríamos que no se muriera nunca. Y pensábamos que iba a durar muchos años a pesar de que sus condiciones en sus últimos años fueron muy vulnerables, nunca nos pusimos de acuerdo y eso es hoy una cosa que yo lamento con mucho dolor”, asegura. Rafa era una persona incansable, y solía decir que en Colombia un ambientalista no puede jubilarse. 
Y así fue hasta el último día de sus 73 años de vida, cuando a las 8 de la mañana del martes 16 de agosto falleció, en su apartamento en Cartagena, en un último piso de un añoso conjunto residencial en el barrio Crespo, donde por las tardes solía mirar desde el balcón la inmensidad del mar Caribe que tanto defendió. 
Su pasión por el ambientalismo era tal que nunca dejó de participar en espacios de debate y discusión. El viernes pasado se había encontrado con la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, a pesar de que solo salir de su apartamento era para él una lucha contra la muerte. 

Hasta el último día

Rafael Vergara padecía quebrantos de salud, entre ellos un enfisema pulmonar terminal que lo obligó hasta el último día a cargar para todo lado un tanque de oxígeno. Y que era un lastre cuando debía subir y bajar desde su apartamento, ubicado en un último piso, en un edificio que por sus años carecía de ascensor. 
A pesar de que era oxígeno dependiente, Rafael Vergara nunca paró en su lucha ambiental y fue activo en debates y discusiones sobre el futuro de los recursos naturales del país.

A pesar de que era oxígeno dependiente, Rafael Vergara nunca paró en su lucha ambiental y fue activo en debates y discusiones sobre el futuro de los recursos naturales del país. Foto:Twitter @Vergaran

El ambientalista Camilo Prieto, quien lo acompañó no solo como amigo, sino como médico, asegura que ni siquiera la gran cantidad de padecimientos que cargaba le impedía entender y ver la importancia del cuidado del ambiente. En la última gran lucha que dio por proteger el ecosistema de corales de Varadero ocurrió la anécdota que más recuerda de él. 
“Él me dice, ‘¿Camilo, tú eres buzo? Necesito que bucees por mí. Que vayas y me grabes videos e imágenes y me las compartas para seguir peleando por esta causa’. Y yo le dije que cuando bajé lo había visto ahí. Y él me respondió, ‘¿cómo así?’. Esos corales que están allí sobreviven a pesar de los altos niveles de contaminación a los que están siendo expuestos, y es un fenómeno que no ha podido ser explicado y que está en investigación. Es la lucha de la vida por persistir a pesar de la adversidad. Entonces le decía a Rafa, ahí estás tú, tu lucha, porque tu vida persista a pesar de las dificultades de salud que tienes”, recuerda Prieto. 

Varadero y el agua

Vergara fue uno de los pocos ambientalistas realmente caribes, dice la ambientalista y directora de Parques Cómo Vamos, Sandra Vilardy, quien lo conoció de primera mano y con quien solía hablar con frecuencia. Según recuerda, era de las pocas voces que defendían el mar y los ecosistemas caribeños, cuando las discusiones del país estaban enfocadas mayormente en la selva amazónica o a la deforestación de montañas. 
Llegó a Santa Marta con su aparato de oxígeno, con todo el amor del mundo a acompañarnos. A decirnos aquí estoy, aquí estamos, seguimos trabajando por la ciénaga
Con Vilardy solían compartirse sus columnas, esa era su “comunicación íntima y epistolar”. De allí, de los textos que ella publica en el diario 'El Espectador' y que Vergara consignó hasta el último de sus días en el diario 'El Universal', se desprendían apasionadas y extensas discusiones que para Rafa eran inevitables. 
“El compromiso de Rafa era tan grande. Recuerdo que estando en la Universidad del Magdalena hace varios años organizamos un foro sobre la Ciénaga Grande de Santa Marta y yo siempre invitaba a Rafa a mis eventos. En ese momento estaba con su problema de enfisema pulmonar y aun así llegó a Santa Marta con su aparato de oxígeno, con todo el amor del mundo a acompañarnos. A decirnos aquí estoy, aquí estamos, seguimos trabajando por la ciénaga. Ese compromiso de Rafa fue superior a las limitaciones que le podía poner su cuerpo”, recuerda Vilardy. 
Hasta el último de sus días, Rafa Vergara siguió trabajando. Su vecina, y quizá una de las últimas personas que hablaron con él antes de que dejara este mundo, Margarita Pacheco, dice entre lágrimas y risas de nostalgia que la noche del lunes lo iba a visitar como ya era costumbre junto con la pintora cartagenera Cecilia Herrera, quien fue pareja y gran amiga de Vergara. 
Esa noche, Rafa les dijo que se sentía cansado, que mejor al día siguiente podían conversar, tal vez por esa convicción de que llevaba toda la vida escapándose de la muerte y que podría esperar un día más. 
Pacheco, junto con amigos y conocidos de Vergara, dice que espera que el país lo recuerde a través de los lugares que tanto defendió, la Ciénaga de la Virgen, el ecosistema de coral de Varadero o el Parque Lineal Urbano de 14 hectáreas, al frente del barrio Crespo, por donde solía caminar o apreciar desde su balcón, y que fue un celestino de su profunda amistad aún en los días más difíciles. 
“Si hay un lugar que debería llevar el nombre de Rafael Vergara, es este parque lineal de 14 hectáreas. Es un bosque seco tropical que nos ha costado trabajo sacar adelante. Los vecinos, incluyendo a Rafa, nos organizamos para cuidar este espacio que es para muchísimos niños de los barrios populares del pie del Cerro de la Popa que no tienen dónde recrearse y que vienen acá a disfrutar, donde con Rafa nos veíamos mucho. Caminando o yo en bicicleta. Y aun en la pandemia cuando no nos podíamos encontrar, éramos como Romeo y Julieta, Rafa en su balcón y yo abajo hablando por teléfono, pero mirándonos a los ojos. Obviamente, tenía que cuidarse muchísimo porque era oxigenodependiente desde hace varios años”, recuerda Pacheco.

Lector y poeta

Rafael Vergara fue hasta el último de sus días un asiduo escritor y amante de la poesía. Un “hombre universal”, asegura Saia, una de sus cuatro hijos cuyo nombre traduce ‘camino hacia arriba’, en chibcha. Un nombre que surgió de una de sus tantas luchas por defender los recursos naturales y las comunidades indígenas. 
Rafael Vergara recitando versos del libro de poesía de su autoría que fue publicado en 2019. El texto 'Al vuelo de sus deseo'  fue editado por su hija Saia Vergara.

Rafael Vergara recitando versos del libro de poesía de su autoría que fue publicado en 2019. El texto 'Al vuelo de sus deseo' fue editado por su hija Saia Vergara. Foto:Cortesía Saia Vergara

“Tuvimos ausencia de padre porque nuestro padre estaba dado al servicio público. Y con el tiempo logramos entender que él era un hombre universal, y no podíamos aspirar a que solo fuese nuestro padre. Y aprendimos a amar su lucha y amar el tiempo que nos dedicaba”, recuerda Saia. 
Su hija recuerda que en 2019 preparó y realizó junto con la Universidad Tecnológica de Bolívar un homenaje en vida en el que fueron proyectados sus documentales, recitadas sus poesías y se le entregó la Orden al Mérito Pedro Romero por parte de la Alcaldía de Cartagena. Hoy esperan hacerle un homenaje similar, pero como él lo quería: sin llanto, con colores, recitando poesía, contando anécdotas y sembrando ‘palos de mango’ en el Parque Espíritu del Manglar, una última petición de Rafa para hacer sombra en un Caribe acalorado y deforestado. 
El sacerdote católico John Mahoney, gran amigo de Rafa y quien lo conoció desde los años noventa, estará hoy en la ceremonia de despedida como amigo y no como representante eclesiástico pues Rafa pidió una despedida laica. Una despedida que, según Mahoney, es más un homenaje a su vida, porque para él Rafa no se irá mientras siga vivo su legado. 
“No soy amigo de hablar en pasado de los seres queridos fallecidos. Porque para mí, y en el caso de Rafa más aún, él deja tantos legados y es un amante tan grande de la vida y de las causas justas que para mí por mucho tiempo ese recuerdo y esas enseñanzas de poesía y las experiencias de compartir con Rafa son un legado que seguirá fortaleciéndose hacia el futuro. Por eso, para mí sigue en nuestros corazones, y sus procesos de lucha no han terminado”, finaliza Mahoney. 
Este 19 de agosto, a las 10 de la mañana, en una funeraria frente al castillo San Felipe de Barajas, en Cartagena, quienes conocieron a Rafael Vergara Navarro lo despiden como él mismo pidió: en una fiesta laica, entre anécdotas, con poesía. 
El mismo Presidente y decenas de ambientalistas le han dedicado sentidos mensajes a través de redes sociales, reconociendo quién fue y la importancia de sus luchas. “Ha muerto mi amigo. Rafael Vergara. Fue de la dirección nacional del M-19 y se convirtió en un líder excelso del ambientalismo cartagenero. Viste el triunfo popular, hermano. Mi alma llora”, expresó. 

Más noticias

EDWIN CAICEDO | REDACTOR MEDIOAMBIENTE

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