En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
‘Todo lo que quieres está al otro lado del miedo’ / De tu lado con Álex
Lo que no nos deja ser plenos es la incredulidad de nuestro potencial.
“El amor es con lo que nacimos, el miedo es lo que aprendimos”. Esta frase tan poderosa es de Marrianne Williamson, de su libro El retorno al amor. Este escrito tiene más de veinte años y para mí es cada día más relevante. En él, ella afirma que como seres humanos lo que más nos frena en la vida no es que fracasemos ni que seamos inadecuados sino, por el contrario, nuestro miedo más profundo es ser lo que nacimos para ser, poderosos, brillantes y fantásticos.
Lo que realmente nos aterra es vivir una vida llena de toda la luz interior con la cual nacimos. Lo que no nos deja ser plenos es la incredulidad de nuestro potencial.
El miedo. Una palabra tan chiquita pero tan poderosa. Los niños no la conocen hasta que nosotros los adultos se la enseñamos. El miedo a amar, el miedo a fracasar, el miedo al qué dirán y, en últimas, el gran miedo a ser feliz.
Parecemos zombis reaccionando ante todo lo que pasa a nuestro alrededor, echándoles la culpa a nuestros papás, a la falta de oportunidades, al país, a nuestras parejas o exparejas, cuando lo que realmente estamos es tratando de cubrir ese pánico interno que hemos ido aprendiendo.
En nuestra carrera de evolución laboral y personal debemos tener en cuenta y valorar a las personas que nos rodean. Foto:iStock
Nos es mucho más fácil andar bravos contra el mundo que itir que estamos paralizados ante la posibilidad de tener la vida maravillosa que verdaderamente nos merecemos. Nos saboteamos con parejas maltratadoras, nos rendimos antes de empezar, nos enfrascamos en peleas con el tráfico, con el clima, con los vecinos o con cualquiera que nos dé eco a nuestra rabia interna en vez de preguntarnos: “A qué le tengo tanto miedo”.
Qué pasaría si le creemos al autor Jack Canfield cuando nos dice que “todo lo que quieres está al otro lado del miedo”. ¿Qué pasaría si abrimos el corazón completamente y nos arriesgamos a amar sin importar el resultado? ¿Qué pasaría si nos lanzamos a soñar en grande sin límites ni barreras?
¿Qué pasaría si no escuchamos la voz de adulto sino la voz de ese niño que no tienen ni idea de que el miedo existe?
Es el momento para que soltemos las expectativas de todo lo que podría pasar mal y las reemplacemos con la ilusión de todo lo que podría pasar bien y recordemos que el miedo es una reacción; en cambio, la valentía es una decisión.