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El complejo de Jonás: qué es, cómo identificarlo y cómo afecta nuestro bienestar emocional

Entre quienes lo padecen, predomina el miedo a triunfar, a sobresalir, a convertirse en un referente o a destacarse.

Es importante realizar un análisis de las creencias colectivas que influyen en este tipo de comportamientos. Foto: iStock.

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¿Se ha experimentado alguna vez el miedo al éxito por no sentirse capaz o por temor al qué dirán, al juicio de la sociedad o del entorno más cercano, o incluso al distanciamiento de las personas? 
Este fenómeno, cada vez más presente entre la población latinoamericana, se conoce como el complejo de Jonás, una denominación acuñada por el psicólogo estadounidense Abraham Maslow. 
Está inspirado en el pasaje bíblico donde Jesús solicita a Jonás predicar sobre él y sus poderes, pero Jonás, por temor y falta de confianza en sí mismo, no lo hace. Este complejo es un motivo frecuente de consulta. 
Entre quienes lo padecen, predomina el miedo a triunfar, a sobresalir, a convertirse en un referente o a destacarse. Algunos incluso llegan a autosabotearse, creando obstáculos que les impiden alcanzar el éxito o cumplir con sus objetivos.

¿Cómo identificar el complejo de Jonas?

Para identificar el complejo de Jonás, es común observar en quienes lo padecen una autopercepción de incapacidad, viéndose como personas no capaces o poco inteligentes. 

En el plano psicológico, este temor puede generar ansiedad patológica, facilitando la aparición de trastornos como ataques de pánico. Foto:iStock.

Se manifiesta mediante pensamientos negativos relacionados con sus habilidades y desempeño, tanto intelectual como general, y está vinculado con la creencia de no poder sostener el ritmo que conlleva el éxito. 
Además, estas personas suelen tener creencias limitantes, como: "No voy a poder", "Ser exitoso no es para mí", "Es mejor ser de bajo perfil" o "Prefiero ser uno más del montón"
También presentan una dependencia extrema del reconocimiento y afecto de su entorno, lo que se traduce en una dependencia emocional global y una autoestima baja y desajustada.
Otro rasgo característico es la sensación de no merecer el éxito, junto con temores a la presión social, al rechazo de sus seres queridos y a la envidia que su éxito puede generar en su círculo cercano.

Diferencias y consecuencias 

Es importante diferenciar entre el miedo al fracaso y el temor al éxito. Mientras que el primero está asociado a una creencia de incapacidad o ineptitud, que paraliza a la persona y la impide actuar por temor al error, el miedo al éxito no implica necesariamente inacción. 
Este se relaciona más con el autosabotaje, es decir, la creación de situaciones adversas que impiden alcanzar los objetivos trazados.
Las secuelas del miedo al éxito pueden ser variadas. En el plano psicológico, este temor puede generar ansiedad patológica, facilitando la aparición de trastornos como ataques de pánico, fobias específicas, trastorno obsesivo-compulsivo, ideas obsesivas, estrés crónico negativo e incluso trastornos del estado de ánimo como tristeza profunda o depresión clínica. 
A nivel global, las consecuencias incluyen estancamiento, conformismo y mediocridad, impidiendo a la persona avanzar, asumir nuevos desafíos, proyectos o emprendimientos. En el ámbito laboral o académico, puede traducirse en la imposibilidad de ascender, cambiar de rol o asumir nuevas responsabilidades.

Consejos para tratar el complejo de Jonas

El apoyo del entorno cercano es crucial para que quienes sufren del complejo de Jonás puedan salir de ese estado y movilizarse. Un entorno que castiga el éxito reafirma este complejo, transformándolo en una característica persistente en la personalidad de la persona afectada.
En el plano sociocultural, existe una dualidad al evaluar el éxito ajeno. Puede ser visto como algo irable y una meta a alcanzar, o, por el contrario, puede generar rechazo, envidia y rivalidad hacia quien ha logrado destacarse. 
Es importante realizar un análisis de las creencias colectivas que influyen en este tipo de comportamientos. Estas creencias pueden ser propias o aprendidas del entorno familiar o social. 

Las consecuencias incluyen estancamiento, conformismo y mediocridad, impidiendo a la persona avanzar. Foto:istock

Evaluar si los preconceptos y creencias limitantes son genuinos o impuestos por una construcción sociocultural puede ayudar a comprender mejor el origen de estas barreras.
Finalmente, es recomendable revisar la autoestima: analizar cuán ajustada y equilibrada se encuentra, cuánto se valora, respeta y reconoce a sí mismo, así como los logros, habilidades y fortalezas personales. 
Es vital permitir el despliegue pleno del potencial y disfrutar del éxito, ya que siempre es posible generar un cambio y evolucionar hacia la mejor versión de uno mismo.
SABINA ALCARRAZ.
EL PAÍS URUGUAY / GDA.

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*Este contenido fue hecho con la asistencia de la inteligencia artificial, basado en información de El País Uruguay (GDA). Contó con la revisión del periodista y un editor.

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