Condolencias

Colombia, país de migrantes

Pienso en la grandeza de Colombia, que acoge no a centenares sino a millones de migrantes de todas partes.

Actor y productor de cine y televisiónActualizado:
Tranquilos, que no voy a hablar de política. Cuando Roberto Pombo me aceptó en su página editorial me pidió columnas de cine, recuerdos napolitanos, nada de política, y yo cruzando los dedos lo prometí. Claro que cuando le contamos a García Márquez, él le dijo a Roberto que no pasarían cinco columnas sin que yo me metiera en política, y pensándolo bien, voy a incumplir la promesa una vez más. Estoy preocupado por mi prima hermana italovenezolana que está metida ahora en semejante berenjenal. Ellos, que fueron los productores de comerciales más famosos de Caracas, con agencia creativa y todo, cuando se instauró el chavismo tuvieron que cerrar, vender los equipos y perderlo todo.
Pero el título de esta columna se refiere es a las multitudes de venezolanos que se reunieron en Bogotá, Cartagena, Barranquilla, Bucaramanga, Cali, decenas de millares de chamos manifestando en contra de la maniobra electoral del régimen chavismadurista. Aunque también pienso en la grandeza de Colombia, que acoge no a centenares sino a millones de migrantes de todas partes.
Pienso en los europeos que confinan los migrantes en guetos mal amoblados versus los millones de venezolanos que tienen en Colombia una posibilidad hasta de trabajar.
Pienso enviar estos videos a monsieur Macron, que cierra las fronteras pero se gasta millones de dólares en su prepotente inauguración de las Olimpiadas, con un espectáculo pirotécnico que justifica el famoso dicho “gastar pólvora en gallinazos”. Y también pienso en la primera ministra de Italia, la famosa Meloni, que junto con la Liga Norte trata a los migrantes como números y se refiere a ellos como un estorbo.
El tema de la inmigración sigue dando que hablar en estos días, en medio de feroces polémicas y acusaciones mutuas que los diferentes partidos políticos siguen intercambiando. Y con la Unión Europea,que, como de costumbre, de palabra se solidariza con Italia ante el aumento de los desembarcos, pero que en la práctica acaba despreocupándose por ello, sin tender nunca la mano. Para explicar el cómo y el porqué en esta historia, “el dinero tiene mucho que ver”: Lo primero que hacen los italianos cuando reciben un barco de migrantes es regalar un kit de primera entrada, por valor de 150 euros para cada persona. Calcule. Mientras que aquí, según la Organización Internacional de las Migraciones, somos el país que más migrantes venezolanos ha acogido, con 2,8 millones hasta enero de 2024.

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