La artrosis, también conocida como osteoartrosis y artritis degenerativa, es una enfermedad crónica que causa alteraciones progresivas en los cartílagos articulares y sus tejidos circundantes.
Esta condición, según el portal de salud ‘Manual MSD’, es muy común con el envejecimiento, y causa dolor, rigidez, y, a largo plazo, pérdida de la funcionalidad de la articulación.
Además, los síntomas habituales son hinchazón y el excesivo crecimiento óseo, así como la sensación de rigidez en la articulación al despertarse, por períodos que, en una etapa temprana, no sobrepasan los 30 minutos.
Explica ‘Manual MSD’ que hay dos tipos de artrosis: la primera es la primaria, o idiopática, cuya causa es desconocida, y puede afectar solo una o varias articulaciones. Esta es la más común.
El otro tipo es la artrosis secundaria, y es la que es causada por otra enfermedad o afectación a la salud, como una infección, una lesión, un trastorno metabólico o una anomalía articular congénita.
Afortunadamente, la artrosis se puede tratar una vez ha sido diagnosticada. Lo más común es tratarla con medidas físicas, como fisioterapia y terapia ocupacional, protección de las articulaciones o pérdida de peso adecuada. Cuando el caso es más grave, es posible tratarla con medicamentos o inclusive con cirugía.
Este tratamiento busca principalmente aliviar el dolor de los pacientes, mantener la flexibilidad articular y optimizar la función articular general.
Es raro que la enfermedad se cure, pues la parte degenerada de la articulación es muy complicada de regenerar. Sin embargo, el tratamiento busca ayudarle a los pacientes a sobrellevar la condición. Lo ideal es que el proceso degenerativo se detenga.
ALEJANDRO VICTORIA TOBÓN
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO
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