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Análisis
Por paranoia, este país construyó numerosos búnkeres en su territorio para evitar una supuesta invasión que nunca llegó
A lo largo del territorio, existen varios contenedores que son de público.
Por el lado que mire, Albania tiene una ciudad repleta de búnkeres que muchos de ellos son de público. La construcción de estos artefactos les hizo ganar el apodo del "país con más paranoia en el mundo", pues pasaron décadas y nunca tuvieron que usarlos.
Un dictador paranoico
Durante la época de la Guerra Fría, fueron construidos entre 1968 y 1983 miles de búnkeres a lo largo del país en respuesta a las peticiones del antiguo líder de la República Popular Socialista de Albania, Enver Hoxha, quien no logró recuperar el sueño en varias noches, porque estaba seguro de que una inminente invasión se avecinaba.
Su paranoia lo hizo dudar de todos, incluso de sus aliados, y abrazó una política aislacionista. De este modo, garantizaría que su nación siempre estuviera a salvo. De acuerdo con cifras de la revista 'Vice', construyó en total 750.000 artefactos.
Su idea fue edificar estas estructuras por cada cuatro habitantes y, así, logró que todo un país se llenara de búnkeres hechos de hormigón con un único y sólido objetivo: proteger a su pueblo en caso de una invasión o un ataque.
Sus diseños fueron hechos en forma de iglúes de dos personas. Sin embargo, había unos más complejos que otros y podían resguardar a un equipo de defensa militar de aproximadamente diez personas.
Entre otras características, se ubicaron de forma subterránea, pero otros se mantuvieron en zonas visibles, como una forma de "despistar a los atacantes".
Así se ven hoy en día los búnkeres de Albania. Foto:iStock
El tiempo pasó y el supuesto ataque nunca llegó
A pesar de que su objetivo era proteger, Hoxha se gastó miles de millones en su sueño de “bunkerizar" y solo consiguió que los trabajadores de la obra tuvieran pésimas condiciones, explicó irina Peçi, periodista e historiadora local a 'National Geographic'.
Varios son usados para apoyar el arte y la historia de Albania. Foto:iStock
Además, a la lista de afectaciones, Albania tuvo una crisis económica y la hambruna se tomó a la población.
"La historia ha demostrado que el riesgo real de ataques era cero", subrayó Peçi.
En la actualidad, quedan cientos de búnkeres convertidos en tiendas locales, museos o, simplemente, fueron abandonados. Muchos turistas viajan al país para conocer las estructuras de hormigón.
La mayoría son de al público y, por cualquier lado que la persona camine, se encuentra con uno de ellos, unos en mejor estado que otros.
Por ejemplo, el Bunk’Art, un búnker convertido en museo, se encuentra con videos, artefactos y obras de arte contemporáneo, las cuales profundizan en la historia de la Albania del siglo XX.
"Los únicos restos del comunismo eran los miles de búnkeres repartidos por todo el país como setas de hormigón", dijo Carlo Bollino, periodista nacido en Italia pero afincado en Albania a 'National Geographic'.
Estos espacios se llenaron de cultura y varios habitantes promueven su conservación para mantener viva su memoria histórica.