En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

CLUB VIVAMOS
Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Hola, bienvenido

¿Cómo está el clima en Bogotá?
¿Cómo se llama el hijo de Petro?
¿El pico y placa en Bogotá como quedaría para el 2024?

Contenido automatizado

Tenía el tobillo inflamado, pensaron que era un esguince y después le diagnosticaron una enfermedad crónica que no tiene cura

Después de meses de búsqueda, a Juana le diagnosticaron colitis indeterminada, una enfermedad crónica que afecta su sistema digestivo.

Hoy Juana tiene 24 años y está por graduarse de arquitecta.

Hoy Juana tiene 24 años y está por graduarse de arquitecta. Foto: Redes sociales

Alt thumbnail

Actualizado:

Alt thumbnail

PERIODISTAActualizado:

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon
Cuando Juana tenía solo siete años, despertó una mañana con el tobillo visiblemente inflamado. Sus padres, preocupados, la llevaron de inmediato a la guardia, convencidos de que se trataba de un golpe en el colegio. 
El diagnóstico inicial fue un esguince, y su pierna fue inmovilizada. Sin embargo, un mes más tarde, al retirar el yeso, la situación no había mejorado. La inflamación persistía, lo que inició un largo y frustrante recorrido médico para descubrir qué era lo que realmente padecía.

Un diagnóstico difícil de encontrar

“Un día decidimos llevarla a un traumatólogo de adultos en quien confiábamos, y él nos derivó a un reumatólogo, ya que lo que ella tenía no parecía ser un problema óseo”, relata Luciana Escati Peñaloza, la madre de Juana. La búsqueda de respuestas los llevó a consultar con varios reumatólogos infantiles, pero ninguno lograba dar con una solución. 
Finalmente, en el Hospital Gutiérrez, una especialista en artritis idiopática juvenil comenzó a tratarla. No obstante, al cabo de ocho meses de tratamiento, Juana presentó un nuevo síntoma alarmante: diarrea con sangre durante unas vacaciones en Brasil. Al regresar a Buenos Aires, la médica que la atendía la derivó a un gastroenterólogo, descartando el diagnóstico anterior.
La familia visitó a numerosos especialistas en gastroenterología, pero ninguno lograba identificar la enfermedad. En su desesperación, volvieron a consultar a la reumatóloga, quien les recomendó a la Dra. Marina Orsi. Luego de varios estudios exhaustivos y de analizar minuciosamente su historia clínica, llegó el diagnóstico definitivo: Colitis Indeterminada, una enfermedad inflamatoria intestinal crónica.
Juana cuando tenía 7 años.

Juana cuando tenía 7 años. Foto:La Nación

Una enfermedad que no tiene cura

Luciana recuerda con claridad el momento en que recibieron la noticia: “Más que el nombre, lo que más nos angustiaba era saber que se trataba de una enfermedad crónica que no tenía cura. Después de un año y medio buscando respuestas, enterarnos de que no podíamos curarla fue devastador”. Los médicos les explicaron que aunque no existía una cura, el tratamiento adecuado podía estabilizar la enfermedad y permitirle a Juana aspirar a una buena calidad de vida.
El principal síntoma que enfrentaba Juana era la diarrea intensa, que en situaciones de brote podía llevarla a tener más de 20 deposiciones diarias. “El baño se convirtió en su refugio”, explica su madre. Juana no fue la excepción en esta difícil rutina.

"Tenemos que devolverle la infancia a esta nena"

La primera vez que la Dra. Orsi vio a Juana, notó algo más allá de los síntomas físicos: “Juana estaba bien, seguía yendo al colegio, pero su sonrisa había desaparecido”. La doctora les explicó a los padres por qué estaba actuando tan rápido: “Tenemos que devolverle la infancia a esta nena”.
El tratamiento de Juana incluyó corticoides para controlar los brotes, antiinflamatorios localizados, inmunosupresores y medicamentos biológicos. Desde hace seis años, Juana se inyecta semanalmente uno de estos medicamentos biológicos.
Luciana aclara que, aunque muchas personas asocian la alimentación con la enfermedad, no es un desencadenante directo: “En períodos de brote, se restringen ciertos alimentos para no dañar más el intestino, pero una vez que la enfermedad entra en remisión, los pacientes pueden volver a una dieta normal”. Sin embargo, la alimentación puede convertirse en una obsesión para las familias, lo que genera aislamiento, especialmente en los niños. 

Una organización para ayudar a otros

En 2010, Luciana fundó la organización sin fines de lucro Más Vida, destinada a brindar apoyo a otras familias que, como la suya, enfrentan enfermedades inflamatorias intestinales. 
“En Argentina, la información sobre estas enfermedades era muy escasa y el a los recursos médicos estaba lleno de barreras. Por eso decidí crear la fundación, para ayudar a otros niños y familias a transitar este camino y encontrar los recursos necesarios”, cuenta Luciana.
La fundación Más Vida ofrece información, apoyo emocional, asesoramiento en el sistema de salud y sobre los derechos de los pacientes. Además, organiza charlas sobre temas relacionados con estas enfermedades. Luciana enfatiza la importancia de difundir el conocimiento sobre estas afecciones: “Es vital que la gente conozca estas enfermedades para que los diagnósticos sean más rápidos y precisos, y también para fomentar la investigación y especialización médica”.
Hoy, Juana tiene 24 años y está terminando sus estudios en Arquitectura en la Universidad de Buenos Aires. Con un tratamiento adecuado y los controles médicos necesarios, lleva una vida “normal”. Gracias a los esfuerzos de su familia y a la ayuda de los profesionales, Juana no solo recuperó su infancia, sino que también construyó un futuro lleno de posibilidades.
ALEJANDRO GORENSTEIN
La Nación (Argentina) / GDA

Más noticias en EL TIEMPO

*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Nación, y contó con la revisión de un periodista y un editor.

Sigue toda la información de Cultura en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más
Sugerencias
Alt thumbnail

BOLETINES EL TIEMPO

Regístrate en nuestros boletines y recibe noticias en tu correo según tus intereses. Mantente informado con lo que realmente te importa.

Alt thumbnail

EL TIEMPO GOOGLE NEWS

Síguenos en GOOGLE NEWS. Mantente siempre actualizado con las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en Google News.

Alt thumbnail

EL TIEMPO WHATSAPP

Únete al canal de El Tiempo en WhatsApp para estar al día con las noticias más relevantes al momento.

Alt thumbnail

EL TIEMPO APP

Mantente informado con la app de EL TIEMPO. Recibe las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en tu dispositivo.

Alt thumbnail

SUSCRÍBETE AL DIGITAL

Información confiable para ti. Suscríbete a EL TIEMPO y consulta de forma ilimitada nuestros contenidos periodísticos.