América Latina ha sido una de las regiones más golpeadas por el doble impacto provocado por la pandemia. De un lado, el sanitario, con un alto número de muertes; del otro, el económico, con la mayor caída del PIB de la historia y aumentos significativos de la pobreza y el desempleo.
Sin embargo, unos países supieron responder mejor que otros en el inicio de la crisis.
Según un informe de la Universidad de Antioquia y la Cámara de Aseguramiento de la Andi, los que tenían coberturas de salud más altas y un mayor financiamiento público les fue mejor porque las familias no tuvieron que echar tanta mano de su bolsillo, por ejemplo, para la elaboración de pruebas de covid-19, la adquisición de medicamentos o consultas externas, entre otros gastos médicos.
En ese sentido, el documento ‘Gasto en salud durante la pandemia por covid-19 en países de Latinoamérica’ destaca la experiencia de Costa Rica, Uruguay y, en parte, Colombia, pues estos registran una atención de los pacientes prácticamente de 100 por ciento a cargo del sistema de salud o del presupuesto público.
Esta investigación se encargó de evaluar el comportamiento de los sistemas de salud desde el inicio de la pandemia hasta finales de 2021, haciendo especial énfasis en el gasto. El trabajo repasó las principales acciones para atender la emergencia de Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, México, Panamá, Perú y Uruguay.
En concreto, en el caso de los hogares colombianos dice que estos no tuvieron que incurrir en altos gastos de bolsillo para la atención del covid-19. Esto gracias al mayor esfuerzo fiscal para la salud que generó más cobertura y protección.
En contraste, señala que los países de la región que presentan un alto gasto privado y sistemas fragmentados de atención de salud han tenido una menor cobertura y una mayor presión sobre el gasto de bolsillo de las familias, como Perú, Ecuador, México y Brasil.
“Mientras que Uruguay, Costa Rica, Colombia y Argentina han destacado por evitar que los ciudadanos incurran en gastos catastróficos por cuenta de las atenciones en salud; otros países como México, Perú, Ecuador y Brasil han registrado casos de hogares forzados a vender sus pertenencias o gastar dinero de su bolsillo para costear las hospitalizaciones”, señaló Carlos Daguer, director de la Cámara de Aseguramiento de la Andi.
Por ejemplo, dice que en México, algunos segmentos de la población aún no tienen regular a la atención médica, y los limitados presupuestos y servicios públicos provocan que los gastos de bolsillo sigan siendo altos. En concreto, según los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, se habría producido un incremento del 40,5 por ciento entre 2018 y 2020, debido principalmente al mayor gasto en medicamentos.
En el caso de Brasil, debido a la falta de disponibilidad de camas y asistencia en la red pública, muchas personas recurren a servicios privados, lo que genera altos gastos y deudas. O en el de Ecuador, por ejemplo, el estudio dice que allí se presentaba una disminución del presupuesto para la salud desde el 2019, por lo que los hogares estuvieron sometidos a mayores gastos de bolsillo. “Se encontraron reportes de prensa donde se manifestaba que independientemente de que el paciente superara o no la enfermedad, a los familiares se les emitían facturas que fácilmente superaban los 100.000 dólares”, se indica.
Mayor esfuerzo fiscal
Con la llegada del covid-19, los gobiernos realizaron inversiones para fortalecer y aumentar la capacidad instalada de los sistemas de salud. Los mayores recursos fueron para la disponibilidad y aumento de las camas UCI, la adquisición de pruebas rápidas, la compra de equipos médicos como ventiladores mecánicos, medicamentos, dispositivos médicos, equipo de protección personal o contratación de profesionales de la salud, entre otros.
En el estudio se indica que el Fondo Monetario Internacional reunió información con las medidas fiscales que los gobiernos de 187 países habían anunciado o tomado en respuesta a la pandemia. Estos recursos habrían sido asignados o planificados desde enero de 2020 para las vigencias 2020, 2021 y posteriores, así que no se precisa el momento de su ejecución.
Con base en esta información, se puede observar el comportamiento del gasto público adicional que dispusieron los 10 países analizados en el estudio, diferenciando los recursos para el sector salud y para los demás sectores o propósitos, especialmente las transferencias a las familias y a las empresas.
Según esa información, los países que hicieron los mayores esfuerzos, con recursos adicionales para el sector salud, fueron Panamá (1,7 por ciento adicional), Brasil (1,5 por ciento), Colombia (1,4 por ciento) y Perú (1,4 por ciento). Ver gráfico.
En un nivel intermedio están Uruguay (0,8 por ciento), Argentina (0,7 por ciento) y Chile (0,6 por ciento), y los que tuvieron menos recursos adicionales fueron México (0,4 por ciento), Costa Rica (0,3 por ciento) y Ecuador (0,3 por ciento).
El caso de Colombia
Sobre Colombia, el estudio concluye que fue uno de los países que más recursos asignaron a la atención de la pandemia, con 15,89 billones de pesos para la ampliación de la oferta de servicios, aseguramiento, estrategia PRASS (Pruebas, Rastreo y Aislamiento Selectivo Sostenible), vacunas y recursos para el sector salud. Además, se pudo inferir que los hogares colombianos no han tenido que incurrir en altos gastos de bolsillo para la atención del covid-19.
“El país destina el 7,6 por ciento del PIB a salud según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En su composición, el gasto público representa la mayoría de los recursos, con el 71,6 por ciento del total, y la participación del sector privado representa el 28,4 por ciento restante. Es notorio el bajo gasto de bolsillo (15,1 por ciento), uno de los más bajos de la región y similar al de los países más desarrollados. Así mismo, el porcentaje que destinan los hogares a servicios de salud representan el 1,7 por ciento del gasto total según la encuesta de nacional de presupuestos de los hogares (ENPH)”, puntualizan los investigadores.
Sin embargo, el estudio destaca que, en medio de la pandemia, en Colombia se identificaron casos de corrupción dentro del sistema de salud, en el pago por disponibilidad de camas UCI y pagos por atención en clínicas y hospitales.
ECONOMÍA Y NEGOCIOS
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