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Noticia
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Desafío de sembrar robusta en Colombia, uno de los productores de café suave del mundo
Agrosavia avanza en pruebas para cultivar esta variedad en la Orinoquia, el Pacífico y el Caribe.
Se recomienda consumir hasta cuatro tazas al día Foto: iStock
Pese a que Colombia produjo el año pasado 11,3 millones de sacos de café, lo más probable es que el tinto que se toma cada día en las mañanas no tenga origen nacional. Puede ser que provenga de Brasil, Perú, Ecuador o Vietnam y que tampoco tenga el sabor suave y dulce que caracteriza a la variedad arábica que se cultiva en las zonas cafeteras sino que sepa más amargo.
¿La razón? Casi todo el café que se produce en Colombia se exporta, por lo que el país se ve obligado a importar una variedad casi siempre de menor calidad, principalmente robusta o pasilla, para poder cubrir la demanda local.
El 70% de la superficie de Santuario está cultivada con café. Foto:Camilo Estrada
Si bien en el 2020 las compras de café al exterior fueron de 0,9 millones de sacos, el año pasado ya estaban por los 2 millones, es decir, 1,1 millones de sacos más. Este es un grano más económico que el colombiano (el cual goza de una prima de calidad) debido a que tiene un menor costo de producción, pues puede cultivarse en plantaciones a menor altitud y de forma más industrial.
En medio de las dificultades que atraviesa el sector por la caída de los precios internacionales, reto que se suma a los tradicionales problemas como el cambio climático y la falta de mano de obra, suena cada vez con más fuerza la idea de poder sembrar en Colombia café robusta en zonas que no son tradicionalmente cafeteras, como los Llanos Orientales, para poder disminuir las importaciones y diversificar el portafolio.
En medio de esta coyuntura y con el objetivo de proteger a la industria nacional, el año pasado surgió la petición de representantes de Quindío, Risaralda, Tolima, Valle, Santander, Cauca y Nariño de imponer un arancel temporal del 70 por ciento a todo lo que entre al país para recuperar el mercado interno. Esta petición todavía la está estudiando el Ministerio de Comercio.
Avance de pruebas
En 2017, el Gobierno Nacional encargó a Agrosavia llevar a cabo investigaciones relacionadas con la adaptación de café canéfora o más conocido como café robusta. Hasta el momento, se ha venido avanzando en dos ejes en coordinación con el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA). De un lado, la introducción, cuarentena y evaluación de genotipos y, de otro lado, un estudio de zonificación para identificar cuáles son las áreas más adecuadas para este cultivo, diferentes a las tradicionales cafeteras. Hay que recordar que Huila, Antioquia, Tolima y Cauca son los departamentos con mayor producción del país.
El director ejecutivo de la entidad, Jorge Mario Díaz Luengas, cuenta que ya tienen 17 genotipos de café canéfora ingresados a Colombia. Estos se encuentran establecidos en parcelas de observación y ensayos en sus centros de investigación ubicados en la Orinoquía, el Pacífico y el Caribe. En concreto, las estaciones experimentales se encuentran en el departamento del Meta, en Montería y Tumaco y actualmente se están analizando las condiciones de productividad y manejo agronómico.
Foto:Camilo Estrada
“Se espera tener en el mediano plazo datos de por lo menos tres cosechas en cada una de estas localidades, lo cual permitirá analizar de manera responsable si es posible iniciar un proceso de validación participativo a mayor escala para la obtención de información encaminada al registro de materiales con características de productividad y rentabilidad promisorias, y a la generación de recomendaciones de manejo y zonas de aptitud para su siembra”, dijo.
Una vez se cuente con los resultados, Agrosavia los entregará al Gobierno y al gremio cafetero para su análisis y toma de decisiones frente a la implementación de este tipo de caficultura en Colombia. Precisamente, el gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Germán Bahamón, ha expresado que hay que conocer con exactitud qué tan bueno podría ser sembrar café robusta en el país.
“Robusta sí, pero no así, es decir, lo que no me parece responsable es que incitemos a sembrar una variedad sin saber si se ajusta o no a las condiciones climatológicas y de terreno. Queremos ser partícipes y líderes de la posibilidad de generar robusta en Colombia, pero que no vayamos a usar a nuestros caficultores como conejillos de Indias. Tenemos que tener la certeza de recomendarles algo que va a ser bueno para las 548.000 familias cafeteras”, aseguró.
¿Sería rentable?
Ya hace una década que se conocieron los resultados de la Misión de Estudios para la Competitividad de la Caficultura, liderada por Juan José Echavarría, en la que se recomendó contemplar la producción de otro tipo de cafés en Colombia. Lo que cuenta el experto Guillermo Trujillo es que con el paso de los años en el país cada vez hay menos pasilla para dejarla en el terreno local, lo que hace que se traiga de fuera. “Esta situación ha hecho que la industria importe cada vez más. Se trata de una diversificación, pues la siembra de una y de otra variedad se realizaría en diferentes departamentos”, señaló.
Según la Asociación Nacional de Exportadores de Café de Colombia (Asoexport), el café robusta representaría una alternativa sostenible para los productores localizados en alturas entre 0 y 900 metros sobre el nivel del mar y permitiría la diversificación del portafolio cafetero del país, en línea con lo recomendado por la Misión.
“Colombia cuenta con un área potencial para el cultivo de café robusta que asciende a las 80.000 hectáreas, aproximadamente un 10 por ciento de las totales sembradas en el país actualmente de café arábica. Con un estimado de un rendimiento consolidado de alrededor de 40 sacos de café por hectárea, la producción potencial de robusta podría alcanzar los 3,2 millones de sacos, por un valor potencial de 475 millones de dólares”, dijo Gustavo Gómez, el presidente de Asoexport.
El café estimula el cerebro. Foto:iStock
¿Conveniencia o no?
Según la ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica, la producción de café robusta en Colombia es una oportunidad para las regiones de zonas planas en donde como Gobierno se puede apoyar y articular entidades y programas para reemplazar los cultivos de uso ilícito. Se buscaría algo similar al anuncio de hace unos días de que Nutresa comprará 10.000 hectáreas de cacao a productores de territorios que están haciendo una transición hacia las economías legales.
“Se considera que existe una alternativa que se puede aprovechar en el país y que puede representar la sustitución de un porcentaje significativo de las importaciones de café proveniente de países como Brasil, Vietnam, Ecuador y Perú, de calidades inferiores a la producción nacional”, opinó la ministra.
La ministra de Agricultura, Jhenifier Mojica, y el gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Germán Bahamón. Foto:Fedecafé
Mojica piensa que vale la pena aclarar que esta variedad no se sembraría en las mismas regiones en donde se cuenta hoy en día con la arábica. “El objetivo es tener cerca de estos cultivos la infraestructura necesaria para poder transformarlo y comercializarlo como un producto terminado. De esta manera, podemos controlar que no haya mezclas entre robustas y arábigos, lo cual permitirá garantizar la calidad del café arábigo, que es la mayor producción y tiene certificado y reconocimiento de calidad en el mercado internacional”, dijo.
Y sobre los planes de producción concretos aseguró que no hay una meta definida; no obstante, aseguró que la prioridad sería suplir el consumo interno para no tener la necesidad de importar.