Desde Necoclí, Antioquia, la Defensoría del Pueblo alertó sobre los graves riesgos que hay para los niños migrantes que cruzan solos la selva del Darién hacia Panamá, con la esperanza de seguir a Estados Unidos.
De acuerdo con el organismo, solo en mayo salieron desde Necoclí 169 niños y niñas de 0 a 12 años, y 41 adolescentes entre los 13 y 17 años.
El paso por el tapón del Darién es considerado uno de los más difíciles por las condiciones geográficas y climáticas y por el riesgo de grupos criminales que roban, atacan o abusan sexualmente de los migrantes.
Por ese motivo, la Defensoría llamó la atención sobre los graves riesgos a la vida, seguridad e integridad que enfrentan los menores de edad que transitan por Apartadó y Necoclí, en Antioquia, y el corregimiento de Capurganá, en Acandí, Chocó, en los límites entre Colombia y Panamá.
En los últimos meses, señaló el organismo, ha aumentado la población transcontinental y del Caribe que usa el paso por la selva del Darién hacia Centro y Norteamérica; además, el perfil migratorio ha cambiado pues mientras en 2021 predominaban los migrantes haitianos, en 2022 la mayoría son provenientes de Venezuela, también viajando con niños, niñas y adolescentes, dijo la Defensoría.
Este organismo y la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) tienen identificado que hay una mayor presencia de familias que viajan con niños, niñas y adolescentes y como tienen menor capacidad económica, los migrantes se ven obligados a permanecer en lugares públicos y en la calle, y deben estar más tiempo en Colombia, realizando actividades económicas informales, para reunir los recursos para el viaje.
Los menores de edad están mucho más expuestos para ser instrumentalizados por parte de los grupos armados ilegales y las organizaciones criminales: Carlos Camargo
Así mismo, las entidades han observado un incremento de niñez no acompañada que llega a Panamá, por lo que el defensor del pueblo, Carlos Camargo, señaló que “los menores de edad están mucho más expuestos para ser instrumentalizados por parte de los grupos armados ilegales y las organizaciones criminales, que buscan aprovecharse de esta situación y cometen reclutamiento, violencia sexual, explotación sexual, violencias basadas en género y trata de personas”.
A lo anterior se suman vacíos de protección para niños, niñas y adolescentes en los territorios, pues, advirtió la Defensoría, no existen mecanismos claros para la verificación de parentesco, faltan sistemas de información pública con enfoque en niñez, y hay debilidad en el registro en la entrada por la frontera entre Colombia y Ecuador, lo que aumenta las vulnerabilidades de los niños.
Por ello, para la Defensoría es necesaria la articulación de información que permita establecer el destino y necesidades de los niños que pasan por la zona del Darién.
La entidad hizo un llamado a las instituciones para fortalecer su presencia en las zonas fronterizas entre Colombia, Ecuador y Panamá, especialmente en los departamentos y municipios de la región del Urabá antioqueño y chocoano, para impulsar programas de prevención y mitigación de las situaciones que afectan a la niñez.
"Recomendamos la articulación armónica y solidaria entre todas las instituciones que hacen parte del Estado colombiano y en especial a las relacionadas con el Sistema Nacional de Bienestar Familiar, hacia la construcción de entornos seguros para la niñez refugiada y migrante, junto con las comunidades de tránsito y acogida en nuestro país”, concluyó el Defensor del Pueblo.
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