¿Alguna vez has reflexionado sobre cómo las personas a tu alrededor influyen en tus decisiones, tu estado de ánimo e incluso en el camino que intentas recorrer? A menudo, sin darnos cuenta, nos rodeamos de comportamientos y actitudes que nos drenan, bloquean nuestro crecimiento y nos hacen dudar de nosotros mismos. Pero, ¿realmente estamos a merced del entorno o tenemos el poder de transformar nuestra relación con él? En esta columna, te invito a reflexionar sobre la influencia de las personas tóxicas en nuestras vidas y, principalmente, sobre cómo asumir el control para vivir con más ligereza y autenticidad.
Es curioso cómo cada persona que lee mis columnas siempre tiene una favorita. Esta semana, tomé un café con Laura, y ella me comentó:
"Rebeca, de todas tus columnas, la que más me gusta es la que habla sobre personas tóxicas. Tengo muchos problemas para lidiar con ellas. Siento que las encuentro tanto en mi familia, donde muchas veces no me dejan evolucionar, como en mi trabajo. De hecho, de esa lista que diste en tu artículo sobre personas tóxicas, pude identificar a algunas en mi entorno. Rebeca, siento que todo esto me bloquea y no puedo seguir adelante. Me siento presionada por todo este contexto. ¿Qué crees que puedo hacer para cambiar esto?".
Le respondí: "Laura, querida amiga, tengo algunas noticias que pueden no parecer tan buenas a primera vista. La primera es que no puedes cambiar tu entorno y, especialmente, a las personas. La segunda es que todo lo que crees que es posible o imposible será tu verdad. Y la última: te estás colocando como víctima de los demás. Con este pensamiento, es natural pensar que quienes deben cambiar son ellos, no tú, lo que te mantiene en el mismo ciclo eterno de frustración, pues no cambias y repites patrones".
"Pero, Rebeca, tú misma escribiste que existen personas tóxicas y que pueden absorber nuestra energía", cuestionó Laura.
"Exactamente, Laura, pueden absorber nuestra energía si lo permitimos. Quien da o quita poder a esas personas eres tú misma. Esto sucede cuando alcanzas el autoconocimiento. Cuando sabes quién eres y comienzas a silenciar esas voces internas que refuerzan creencias limitantes, todo cambia. Muchas veces, esperas validación externa cuando, en realidad, esa validación debe venir de dentro. El verdadero amor es el amor propio. Y no hablo del ego, que es otro capítulo aparte, sino de reconocerte con todas tus cualidades y defectos, acoger tu humanidad y decirte a ti misma: 'Ok, soy luz y sombra, pero acepto eso y busco lo mejor de mí. Trabajaré diariamente para convertirme en mi mejor versión, sin competir con el exterior, sino evolucionando.' Este ya es un paso para dejar de preocuparte tanto por la opinión de los demás. Esto quita el poder y la responsabilidad que delegas en ellos, esperando que llenen un vacío que solo tú puedes llenar".
Laura continuó: "Rebeca, estoy pasando por un momento difícil, lleno de dolor. Estoy perdida y no sé cómo empezar".
"Laura, estás en el momento perfecto. El dolor es un gran maestro, pues señala que algo no está bien. Es el punto donde puedes tomar una decisión definitiva para hacer un cambio real. La forma en que estás viviendo no está funcionando y está generando ese dolor. Aquí está tu oportunidad de decidir cambiar el juego. Cuando comienzas a actuar y a cambiar los patrones que te mantienen en el mismo ciclo, todo tu entorno comenzará a cooperar. Pero el primer paso, la primera acción, debe ser tuya. Observa qué patrón de repetición está generando ese sufrimiento y sigue en la dirección contraria. Recuerda: acciones iguales generan resultados iguales; acciones diferentes generan resultados diferentes".
Ella preguntó: "Pero, Rebeca, ¿cómo podré identificar cuál acción es la correcta?".
El dolor es un gran maestro, pues señala que algo no está bien. Es el punto donde puedes tomar una decisión definitiva para hacer un cambio real. La forma en que estás viviendo no está funcionando y está generando ese dolor
"A veces, no lo sabemos exactamente, pero necesitamos comenzar. Evalúa y monitorea los resultados, es una buena forma de crear un mapa es entender tu definición personal de éxito y felicidad. También entender que estos conceptos varían de persona a persona e incluso cambian con el tiempo. Silencia los ruidos externos que te impiden escuchar tus voces internas. Y recuerda: no controlas todo. De hecho, apenas podemos controlarnos a nosotros mismos. Esa obsesión por el control roba tu paz y aumenta el ruido que te aleja de tu camino. Además, no intentes imponer tus ideas a los demás. Vive de acuerdo con tus términos y permite que los demás tomen sus propias decisiones. Esto aliviará el peso en tus hombros y te permitirá seguir hacia tus sueños. En resumen: no necesitas demostrar nada a nadie. Solo sigue tu camino de crecimiento, aceptando las diferencias y buscando equilibrio en las relaciones".
Laura reflexionó: "Rebeca, tienes razón en muchas cosas. ¡Parece que puedes leer más allá de lo que estoy diciendo!".
"Laura, quiero complementar: la felicidad no es un destino, es una elección diaria. Es una decisión que tomamos y, después de eso, se transforma en un estilo de vida. El éxito no es solo material. Recientemente, leí un libro que habla de las ocho formas de riqueza, del mismo autor de 'El monje que vendió su Ferrari', Robin Sharma. Él explica que el dinero es solo una de las riquezas, pero existen otras, como la paz interior, la salud y las relaciones significativas, que también son indispensables. Y recuerda: tus errores no son fracasos, sino aprendizajes necesarios para crecer.
Descubre tu propósito, algo que haga latir tu corazón, algo por lo que te gustaría ser recordada. Cuando encuentres eso, ponte en acción y alinea tu vida con él".
Laura finalizó: "Rebeca, me diste mucha información. ¿Cómo organizo todo esto?".
Le respondí: "Laura, ve por partes. Respeta tu proceso y ten amor por ti misma para perdonarte o acogerte en los días más difíciles. Lo más importante es que sigas adelante, con coraje y valentía, para vivir la vida que deseas. Recuerda: eres la autora de tu historia y tienes el poder de transformarla".
"Gracias, Rebeca, quedó claro, seguiré estos pasos y avanzaré".
Así, terminamos nuestro café y volvimos al trabajo.
Recuerda, el camino hacia una vida más equilibrada comienza con un paso: mirar hacia adentro y reconocer nuestro poder de elección. No podemos cambiar a los demás, pero podemos transformar cómo reaccionamos al mundo que nos rodea. El dolor y los desafíos no son nuestros enemigos; son maestros que nos muestran lo que necesita ser ajustado. El secreto está en alinear nuestras acciones con nuestros valores y seguir adelante con coraje. Al final, como autora de tu propia historia, eres la única capaz de escribir un nuevo final, más ligero y lleno de propósito.
REBECA MACEDO DUARTE
Mentora de Inteligencia Emocional, CEO de Divinamente Speakers USA