Más de 6 millones de niños colombianos que asisten al colegio presencialmente, ahora dependen de este plan que casi siempre es entregado a comerciantes sin corazón que piensan solo en su lucro y la falta de caridad de los burócratas que suspenden la entrega, sin pensar que a veces, muchas veces, los niños asisten al colegio para tener por lo menos un almuerzo en el día.
Hace más de dos años, gracias a las donaciones de ciudadanos de bien estamos entregando en tres comedores sociales en barrios de Cartagena más de 500 almuerzos diarios. Esa es la labor de “Corazón Contento”. Con la colaboración de la comunidad, unas madres se ocupan de la manipulación de alimentos y de la cocina, y nunca hemos tenido una suspensión por ninguna causa. Por eso me da ira santa cada vez que leo que han suspendido la distribución de la ración debida ordenada por un decreto ley que obliga al Estado a alimentar a sus hijos para asegurar un desarrollo físico y cognitivo de los que hipócritamente llamamos el futuro del país, un futuro plagado de hambre y de mercaderes del hambre que a veces distribuyen comida podrida y raciones diezmadas.
Las instituciones educativas raramente están dotadas de cocinas, ni de comedores, ni de locales para almacenamiento ni un lugar para refrigerar los alimentos. La Ración Industrializada es una modalidad que permite suministrar un complemento alimentario listo para consumo, compuesto por alimentos no procesados (frutas) y alimentos procesados. Es decir, que no se les da a los niños un almuerzo caliente. Por esto me estoy proponiendo, sin cobrar, implementar unos comedores sociales cerca de los colegios de Colombia. Hay unas casas particulares y yo me comprometo a organizar, ayudado por las madres de Revivir de Los Campanos, un esfuerzo para lograr que se entregue todos los días un plato caliente a los estudiantes del colegio del barrio.
Ayudado por la Arquidiócesis de Cartagena y los Bancos de Alimentos de Colombia, estamos contribuyendo en esta guerra total contra el hambre. Recuerden que en Cartagena más de la mitad de la población no consume las tres comidas al día, muchos ni las dos, o ni una. Así, cuando leo que se ha suspendido el PAE y no leo una condena a estos mercaderes del hambre me da una gran rabia interior que afortunadamente se vuelve creatividad, porque esta idea de los comedores escolares es maravillosa y factible. ¡Con la ayuda de Dios!
SALVO BASILE