Dos personas que deberían estar rindiendo cuentas a la Justicia, incluso condenadas, ocupan los ministerios insignia del gabinete: el de Interior y la Cancillería. ¿Cómo llegamos a eso? La historia está a la vista: ambos saben demasiado y el presidente Gustavo Petro no puede echarlos a la calle, como lo sugiere lo que ellos han dicho, en mensajes de audio del mininterior, Armando Benedetti, a la canciller Sarabia y en citas de esta última con la Fiscalía. Con un agregado: los escritos en la red X de un testigo de excepción, el excanciller Álvaro Leyva.
Hace más de dos años, ‘Semana’ reveló los audios que, en mensajes de WhatsApp, le envió Benedetti –recién salido de la embajada en Caracas– a Sarabia –entonces jefa de gabinete–. En ellos amenazaba con revelar la identidad de los aportantes de 15.000 millones de pesos que él decía haber conseguido para la campaña de Petro y que nunca fueron registrados en la contabilidad. “No son ningunos emprendedores”, sugería, con veneno, Benedetti. Si él habla, “... nos hundimos todos, nos vamos presos”, decía.
Este martes, el turno fue para Sarabia. Ángela Benedetti, hermana del mininterior, la acusó en la red X de dirigir una trama asociada con escándalos de corrupción en poderosas entidades del Estado como la Dian, la SAE y Fiduprevisora. Dos horas después, la Canciller respondió: “En mi última declaración a la Fiscalía entregué audios y conversaciones con Armando Benedetti, incluso audios que no han sido conocidos por la opinión pública. Le he pedido a la Fiscalía escucharme en los próximos días para ampliar la investigación”.
Ambos saben demasiado y el Presidente no puede echarlos a la calle, como lo sugiere lo que ellos han dicho, en mensajes de audio de Armando Benedetti, a la canciller Sarabia y en citas de esta última con la Fiscalía
Esa cita judicial –que no es la primera– será el 30 de abril. Blu Radio reveló uno de esos audios, también de 2023. En él, Benedetti se jacta de sus supuestas influencias en la Fiscalía e incluso en la Corte Suprema para atajar las investigaciones en su contra, que, por cierto, han avanzado de manera lentísima. Interrogado el miércoles, Benedetti respondió: “... no me importa lo que ella haga o diga”. En ese tono de boleteo y ‘vendetta’ hablan los dos ministros de mayor rango de Petro.
Esta garrotera no es nueva: en 2023, Sarabia estaba convencida de que Benedetti había movido los hilos de la denuncia de Marelbys Mesa, la niñera de la hoy Canciller, quien fue ilegalmente interrogada y sometida a detector de mentiras por oficiales al servicio de la Casa de Nariño donde mandaba Sarabia, quien, por demás, no ha respondido judicialmente por eso.
La ñapa la ha puesto el antecesor de Sarabia, el excanciller Álvaro Leyva, que la detesta a ella tanto como a Benedetti. En tiempos de los audios revelados por ‘Semana’, Leyva le quitó credibilidad al hoy mininterior porque –declaró a los periodistas– “él mismo dice: ‘Yo soy un drogadicto’ ”. Y la ñapa de Leyva tiene que ver con adicciones, pero no solo del ministro sino de alguien más arriba.
El 1.º de abril, Leyva escribió en X: “... me pregunto con suma preocupación sobre los efectos dañinos de los estupefacientes y el alcohol, tratándose de la persona que lidera la cima del Estado, y de algún estrechísimo colaborador suyo”. ¡Bonita familia! ¿Leyva también chantajea? Porque si no es chantaje, su obligación es contar lo que sabe: eso puede configurar la “indignidad por mala conducta” del Presidente de que habla el artículo 175 de la Constitución, y que es causal para un juicio político como también lo es dejarse chantajear.
En un video, Julio Sánchez Cristo amplió el jueves la lista de boleteos e incluyó, entre otros, a “... Adelina, Ángela, Verónica, Eva, los catalanes, Nicolasito (...) Bolívar, el exministro Reyes... Todos ellos tienen un papelito, todos tienen un chat, todos tienen una grabación”. Y remató: “Señor Presidente, dígales que hagan lo que quieran, pero usted no puede seguir prisionero...”. Para liberarse, debe botar a Benedetti y a Sarabia. Una fuente de Palacio me dijo el jueves que lo estaba pensando. ¿Se atreverá?
MAURICIO VARGAS
IG: @mvargaslinares