Para entender un poco estos desenlaces, la Agencia encontró que antes de la pandemia (2019) las enfermedades no transmisibles representaban el 74 % de todas las muertes y durante la contingencia esta cifra aumentó al 78 %, por efecto de afecciones crónicas como cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, cáncer y demencia, entre otras, que siendo prevenibles se empeoraron y resurgieron hasta convertirse en las principales causas de decesos, echando por la borda los avances que se tenían a favor de su contención.
A lo anterior se suman la malnutrición y la desnutrición, dado que en 2022 se acumularon más de mil millones de personas mayores de cinco años que vivían con obesidad y más de 500 millones tenían un peso inferior al normal, mientras que entre los niños menores de cinco años (en el mismo periodo), 148 millones sufrían de retraso en el crecimiento, 45 millones padecían emaciación y 37 millones tenían sobrepeso; cifras que, por sí solas, configuran una alarma mayor a nivel planetario.
El panorama es más inquietante. El informe de ‘Estadísticas sanitarias mundiales’ de la OMS también destaca los desafíos enfrentados por personas con discapacidad, refugiados y migrantes. En 2021, aproximadamente 1.300 millones de personas, el 16 % de la población mundial, estaban en condición de discapacidad, afectadas por inequidades sanitarias. Por otro lado, refugiados y migrantes enfrentan barreras significativas para acceder a servicios médicos, que solo brindan la mitad de los países en los que habitaban entre 2018 y 2021, lo que, por su dimensión, arrastró hacia abajo los indicadores analizados.
El mensaje es claro: la lección que dejó la emergencia global plantea el imperativo de promover un nuevo ‘Acuerdo mundial sobre pandemias’
Como es de esperarse, existen marcadas diferencias entre regiones y países en las que las limitaciones económicas y las dependencias terminan afectando mayormente estos promedios. Lo anterior sin desconocer que, a pesar de los contratiempos causados por la pandemia, algunos avances permiten que –desde 2018– 1.500 millones de personas adicionales en el mundo hayan logrado una mejor salud y bienestar y 585 millones más tuvieran a la cobertura universal de salud.
Hay frentes en salud que deben atenderse sin demora. El mensaje es claro: la lección que dejó el covid-19 plantea el imperativo de promover un nuevo ‘Acuerdo mundial sobre pandemias’. Ello empieza por fortalecer y adecuar los sistemas de salud locales, frente a lo cual Colombia no puede agachar la cabeza y menos ahora, cuando enfrenta una crisis que de no solucionarse, como se aprecia, causará daños irreparables cuantificados en vidas y bienestar.