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Combustión espontánea: la explicación de investigadores a esta agónica muerte
Al parecer, su cuerpo podría quemarse en cualquier momento de forma inexplicable. ¿Por qué?
Varios investigadores han intentado describir el fenómeno. Foto: iStock
Imagínese llegar a casa después de un día duro de trabajo. Su jefe lo regañó, las deudas están en las nubes y el tráfico no fue su mejor aliado. Es por esto que decide abrir una botella de whisky y sentarse en su sillón favorito, mientras que reflexiona mirando al vacío sobre cómo puede mejorar a la mañana siguiente.
Pero, de la nada, un fuerte calor emana de su cuerpo y comienza a arder en llamas (en el sentido más estricto de la palabra). Aunque cueste creerlo, este fenómeno llamado ‘combustión espontánea humana’ le ha pasado a cientos de personas a lo largo de la historia.
De hecho, según lo recopilado en el libro ‘Spontaneous human combustion’, de Jenny Randels y Peter Hough, se han podido documentar más de 200 casos en los últimos 300 años.
Los casos se han podido documentar desde 1644. Foto:iStock
Según los registros forenses, las personas que han fallecido de esta manera comienzan a arder en llamas sin una explicación aparente. Sus cuerpos simplemente se incendian y, en la mayoría de los casos, lo único que queda de ellos son sus extremidades y zapatos.
El novelista británico fue reconocido por sus grandes obras. Foto:iStock
Pero esto no es lo único extraño en este relato. Las cosas que están alrededor de la persona en cuestión, por más inflamables que sean, suelen permanecer intactas, sin presentar quemaduras o daños.
Aun así, esto puede seguir sonando como una historia de ciencia ficción y puede que, de cierta forma, los relatos alrededor del fenómeno estén alimentados de fantasía y mucha imaginación. De hecho, las muertes tan repentinas han inspirado grandes obras como la novela ‘Casa desolada’, de Charles Dickens, o ‘Redburn y dead souls’, de Herman Melville y Nikolay Gogol.
En ambas historias se utiliza este pretexto para forjar a los personajes -o sacarlos- de las novelas, mientras se sigue la sórdida trama del libro.
Sin embargo, dicen que la ficción está inspirada en la realidad y por ello le explicaremos lo que la comunidad científica tiene que decir con respecto a este extraño fenómeno.
Un colchón de paja, una lámpara de aceite y el caso perdido del FBI
En un artículo publicado por la revista científica ‘NewScientist’ se relata cómo -en el año 1664- el físico, científico y matemático Thomas Bartholin (reconocido principalmente por descubrir el sistema linfático) describió la muerte súbita de una mujer en París, Francia.
Según sus apuntes, una joven había muerto incinerada mientras dormía sobre un colchón de paja, el cual quedó intacto después de la tragedia. El fenómeno fue simplemente inexplicable para ese entonces y se documentó como una anomalía.
No obstante, este no fue el único caso en la historia. Entre los más icónicos se encuentra también el de la condesa italiana Cornelia Zangheri, quien falleció en extrañas circunstancias.
Normalmente en los incendios todo termina incinerado, pero en estos casos ocurre todo lo contrario. Foto:iStock
Al parecer, la mujer, que murió el 21 de marzo de 1731, se había retirado a su posada después de una empalagosa cena. Todo iba bien, hasta que al otro día una de sus asistentes fue a despertarla. El horror fue inmediato cuando se encontró solo con la cabeza de la mujer y algunas de sus extremidades.
Ahora bien, según lo recogido en el prefacio del libro ‘Casa desolada’, al lado de la mujer había una lámpara de aceite vacía, lo que podría indicar que tal vez se levantó en la noche y al querer tomarla, se quemó con ella.
Pero este no fue el más impactante. Ya en una época reciente, uno de los casos más sonados fue el de Mary Reeser, una mujer viuda de 67 años que residía en Florida cuando, el 2 de julio de 1951, fue encontrada incinerada en su casa.
El caso fue tan extraño que incluso el FBI cerró la investigación después de concluir que había sido por culpa de un cigarrillo, debido a que, según los testimonios de la familia, la mujer de tercera edad tomaba medicamentos para dormir y también fumaba constantemente.
Lo más probable, según las autoridades, es que se hubiese dormido mientras fumaba un cigarrillo, haciendo que este cayera en su ropa y ocasionara una gran tragedia.
El patrón clave
La mayoría de las personas que se han visto envueltas en esta situación tienen ciertos antecedentes que podrían haber ayudado en las situaciones en las que su cuerpo se ve incinerado.
La antropóloga Angi M. Christensen de la Universidad de Tennessee, en Estados Unidos, explica que las víctimas suelen tener problemas de movilidad que les impiden poder escapar de las llamas en medio de los sucesos.
Se deben promover modelos estéticos asociados a la salud y que motiven a la gente a estar sana. Foto:iStock
Por otro lado, muchas de ellas han tenido problemas cardíacos o de obesidad antes del deceso, lo que aumenta la posibilidad de que previamente hayan sufrido un infarto.
Incluso, según su historial clínico y los testimonios de los familiares, generalmente tienen problemas de alcoholismo o son fumadores frecuentes, lo que aumenta el riesgo de estar expuestos a objetos inflamantes.
El efecto mecha
En un artículo publicado en la revista científica ‘Ciencias Forenses, Medicina y Patología’ por Roger Byard, patólogo y filósofo de la Universidad de Adelaida, se explica que esto realmente no es algo aleatorio o un suceso espontáneo.
Por el contrario, tendría una explicación científica y, debido a los patrones que se presentan en los sujetos afectados, se puede afirmar que de alguna forma siempre hay un factor externo capaz de producir el fuego.
Los cigarrillos mal a pagados podrían generar incendios. Foto:iStock
De acuerdo con el artículo, en todos los casos ha existido un objeto capaz de provocar un incendio, tales como lo son los cigarrillos o las velas. Lo que sucede es que, cuando estos entran en o con algo inflamable, pueden generar estragos.
Ahora bien, la teoría apunta a que, probablemente, la ropa de las personas que han muerto de esta manera ha tenido algún o con este tipo de objetos detonantes.
Pero, ¿por qué se queman solo ellos y no lo que está a su alrededor?, ¿por qué se genera un incendio así?
Cada dedo debía tener una vela encima, a modo de candelabro. Foto:iStock
Pues bien, se supone que esto es por el ‘efecto mecha’, en el cual la grasa corporal de las víctimas actúa como si fuera la cera de una vela, prolongando la combustión. Así, la ropa como tal sería la mecha de una vela, mientras que el cuerpo se convierte en el combustible.
En cuanto a la expansión del incendio, se explica que si se acaba la cera en una vela, se apaga porque no tiene cómo arder. Se supone que esto también sucede con el cuerpo humano, ya que, al no haber más grasa corporal, comienza a apagarse.
No obstante, cabe resaltar que, de los casos de combustión espontánea humana registrados, nadie ha estado del todo presente para poder verlos o tomar los registros. Además, se han hecho muy pocos experimentos para poder comprobar el efecto mecha y verificar si realmente un ser humano puede quemarse de la nada.
De hecho, el único procedimiento reconocido fue realizado en 1998, cuando unos científicos del Reino Unido envolvieron a un cerdo muerto en una manta y le prendieron fuego con el fin de comprobar el fenómeno.
Finalmente, en efecto, el animal terminó incinerado y solo quedaron las patas, las cuales tienen una menor cantidad de grasa corporal con respecto al resto del cuerpo.