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Efecto invernadero: estas son las principales causas y lo que podemos hacer
La principal causa del efecto invernadero es la quema de combustibles fósiles.
Las actividades humanas han incrementado la cantidad de gases de efecto invernadero. Foto: EFE. Archivo
Términos como cambio climático, emisiones, deforestación, entre otros, ya hacen parte del glosario con el que frecuentemente se habla sobre el estado crítico del medio ambiente.
Pero no siempre tenemos claridad de lo que significan. Por ejemplo, los gases de efecto invernadero.
De acuerdo con la definición de las Naciones Unidas, "los gases de efecto invernadero (GEI) se producen de manera natural y son esenciales para la supervivencia de los seres humanos y de millones de otros seres vivos, ya que, al impedir que parte del calor del sol se propague hacia el espacio, hacen la Tierra habitable".
Lo que sucede es que después de más de un siglo y medio de industrialización, deforestación y agricultura a gran escala, las cantidades de gases de efecto invernadero en la atmósfera se han incrementado en niveles nunca antes vistos en tres millones de años, apunta la ONU.
"Con el tiempo, las temperaturas más cálidas están cambiando los patrones climáticos y alterando el equilibrio normal de la naturaleza. Esto plantea muchos riesgos para los seres humanos y todas las demás formas de vida de la Tierra", señala la organización.
Las causas de los gases de efecto invernadero
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, en sus siglas en inglés), internacional que asesora a la ONU, estima que el sector primario -agrícola y ganadero- es responsable de cerca de un 23 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
Por encima, se sitúa el energético, con aproximadamente un 35 % de las emisiones, y le siguen la industria con el 18 % y el transporte el 14 %.
Según la Unión Europea (UE), por el contrario, los últimos datos oficiales de 2016 apuntan a la agricultura emite el 11,5 % de estos gases, con 511 millones de toneladas de CO2 equivalente, frente a los 1.280 millones de la energía, los 931 del transporte, los 849 de la industria y los 575 de la actividad residencial y comercial.
Las alternativas que proponen expertos como Jeffrey D. Sachs, profesor de Desarrollo Sustentable en Columbia University es el traslado a energías limpias descarbonizadas, como la solar y la eólica, y "el sistema alimentario debe pasar de la producción de granos para forraje y ganado a otros productos más sanos y nutritivos", afirma.
Y señala que lo preocupante es que el calentamiento ya llegó a 1,1 °C, y la temperatura global aumenta alrededor de 0,2 °C cada década.
"Por eso, el mundo debe llegar a un nivel nulo de emisión neta a más tardar en 2050. La adopción de la energía limpia evitaría cientos de miles de muertes al año derivadas de la contaminación del aire, mientras que el paso a una dieta sana y ambientalmente sostenible podría evitar alrededor de diez millones de muertes al año".