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¿Qué decía el fallecido papa Francisco sobre los migrantes? Estas eran las reflexiones del sumo pontífice
● Para abordar de forma integral la cuestión migratoria, definió las acciones acoger, proteger, promover e integrar
● En sus visitas por el mundo, visibilizó, de primera mano, el sufrimiento de los refugiados y lanzó un llamado.
El anunció esta mañana del lunes 21 de abril de 2025 sobre la muerte del papa Francisco, ocurrida a las 7:35 (hora de Roma), tiene al mundo consternado.
“Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar la muerte de nuestro santo Padre Francisco”, comunicó el cardenal estadounidense Kevin Farrell, camarlengo de la Santa Sede.
A lo largo de su pontificado, que comenzó en 2013 y estuvo profundamente marcado por su cercanía a los pobres y excluido, el papa Francisco se convirtió en una de las voces más firmes en defensa de los migrantes y refugiados.
Sus mensajes, homilías, encíclicas y discursos públicos incluyeron un llamado constante a ver en los migrantes no una amenaza, sino un rostro humano que interpela la conciencia cristiana y global.
Durante su trayectoria como pontífice habló de la migración. Foto:AFP
Francisco invitó en distintas ocasiones a vencer el miedo al extranjero mediante la empatía y la memoria histórica.
En un discurso ante el Congreso de Estados Unidos en 2015, él mismo hijo de inmigrantes, recordó que “nosotros, pertenecientes a este continente, no nos asustamos de los extranjeros, porque muchos de nosotros hace tiempo fuimos extranjeros”.
Acoger, proteger, promover e integrar
A lo largo de su pontificado, Francisco desarrolló una hoja de ruta pastoral sintetizada en cuatro verbos: acoger, proteger, promover e integrar. En su mensaje para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2018, subrayó que “nuestra respuesta común se podría articular en torno a cuatro verbos: acoger, proteger, promover e integrar”
Con “acoger”, explicó, se trata de ampliar vías legales y seguras de entrada; con “proteger”, defender sus derechos y dignidad; con “promover”, garantizar oportunidades de desarrollo; e “integrar” implica incluirlos plenamente en la sociedad respetando su identidad.
Esta visión integral, inspirada en la exhortación bíblica “el forastero que reside entre ustedes será para ustedes como el nativo”, nace de una convicción espiritual profunda: “Cada forastero que llama a nuestra puerta es una ocasión de encuentro con Jesucristo, que se identifica con el extranjero acogido o rechazado”.
En 2019, el Papa resumió otro eje de su pensamiento con la frase “No se trata solo de migrantes”, tema de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado de ese año. Francisco explicó que la actitud hacia los migrantes es emblemática de cómo tratamos a todos los excluidos de la sociedad.
“Las personas migrantes, refugiadas, desplazadas y las víctimas de la trata se han convertido en emblema de la exclusión”, escribió, “porque, con frecuencia son objeto de juicios negativos, se las considera responsables de los males sociales”.
Advirtió que nuestra actitud ante ellos “constituye una señal de alarma, que nos advierte de la decadencia moral a la que nos enfrentamos si seguimos dando espacio a la cultura del descarte".
papa Francisco. Foto:AFP
Fraternidad universal y dignidad inalienable
La encíclica social Fratelli tutti 2020 reúne muchas de las reflexiones de Francisco sobre migración dentro de una visión más amplia de fraternidad sin fronteras.
El Papa dedica todo un capítulo a “un corazón abierto al mundo entero”, en el que afirmó sin ambigüedades la igual dignidad de nacionales y extranjeros. Frente a tendencias xenófobas y populismos que siembran temor, Francisco proclamó que “los migrantes tienen la misma dignidad intrínseca de cualquier persona”, y alerta que con frecuencia “nunca se dirá que no son humanos pero, en la práctica, se los considera menos valiosos, menos importantes, menos humanos”.
En Fratelli tutti, el Papa denunció la “mentalidad xenófoba” que ve en los migrantes una amenaza, cuando en realidad detrás de cada migración hay sufrimientos, sueños y “vidas que se desgarran” buscando un futuro mejor
A la vez, sostuvo el derecho a no emigrar, es decir, el deber de las naciones de crear condiciones para que nadie se vea forzado a huir de su tierra.
En sus discursos, rechazó la xenofobia y el miedo al extranjero como incompatibles. Foto:AFP
Llamados a la solidaridad y gestos concretos
Las palabras del papa Francisco sobre los migrantes siempre estuvieron acompañadas por llamados a la acción concreta de la Iglesia y la sociedad.
Un ejemplo memorable fue su llamamiento en septiembre de 2015, ante la dramática crisis de refugiados de Oriente Medio, para que cada comunidad cristiana de Europa abriera sus puertas: “Hago un llamamiento a las parroquias, a las comunidades religiosas, a los monasterios y a los santuarios de toda Europa para que, acojan a una familia de refugiados”.
Este gesto mostró su deseo de ver hecho práctica viva de hospitalidad. Igualmente, Francisco agradeció y animó a quienes trabajan en el rescate y la atención de migrantes.
En su momento, reconoció que los “buenos samaritanos” de hoy —individuos, organizaciones y países de acogida— que “no se resignan a la lógica insensible” y salen al encuentro del herido en el camino.
El papa Francisco unió la causa migratoria a su visión de fraternidad universal. Foto:AFP
En Lesbos (Grecia), adonde acudió tanto en 2016 como en 2021, compartió tiempo con refugiados para “mirarlos a los ojos” y asegurarles que “el mundo no los ha olvidado”.
Tras ver de cerca el dolor en esos campamentos, Francisco lanzó una de sus exhortaciones más fuertes: “¡Les suplico: detengamos este naufragio de civilización!".
Sus citas y enseñanzas conforman una llamada urgente a acoger sin miedo, derribar muros de indiferencia y construir puentes de fraternidad.
Las reformas a la iglesia que promovió el papa Francisco, antes de morir
*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información del Vaticano, y contó con la revisión de un periodista y un editor.