Un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad Federal de Viçosa, en Minas Gerais, Brasil, encontró que el té negro de kombucha contiene 145 compuestos fenólicos, compuestos que incluyen flavonoides en un 81 % y ácidos fenólicos en un 19 %, los cuales pueden favorecer el crecimiento de bacterias intestinales beneficiosas.
Esta investigación evaluó durante ocho semanas el impacto del consumo de kombucha sobre la microbiota intestinal en personas con diferentes índices de masa corporal.
La kombucha se originó en China hace más de dos mil años y se conoce como el 'elixir de la vida'. Foto:iStock
Diseño y participantes del estudio
El análisis contó inicialmente con 46 participantes, divididos en dos grupos según su peso: personas con peso normal y personas con obesidad, de las cuales 38 completaron el estudio.
Los sujetos incluidos tenían edades entre 18 y 45 años, un índice de masa corporal mínimo de 18,5 kg/m² y no presentaban enfermedades crónicas, salvo obesidad.
Además, se establecieron criterios estrictos de exclusión para evitar que factores externos influyeran en los resultados.
Entre estos, se excluyeron quienes consumían kombucha regularmente, utilizaban medicamentos antiinflamatorios, corticosteroides, suplementos antioxidantes o vitamínicos, habían tomado antibióticos recientemente, tenían infecciones recientes, estaban en dietas para perder peso, o fumaban, entre otros aspectos.
Los resultados mostraron que el consumo habitual de kombucha impulsó el crecimiento de bacterias comensales como Bacteroidota y Akkermanciaceae, con una respuesta más pronunciada en personas con obesidad.
En particular, el grupo con obesidad experimentó un aumento en la bacteria Subdoligranulum, conocida por producir butirato, un ácido graso beneficioso para la salud intestinal.
El consumo regular de kombucha aumentó la bacteria productora de butirato Subdoligranulum. Foto:iStock
Al mismo tiempo, se observó una reducción en géneros bacterianos como Ruminococcus y Dorea, que están relacionados con la obesidad.
Esta modulación bacteriana indica que el té negro de kombucha puede tener un efecto positivo en la composición de la microbiota intestinal, especialmente en individuos con sobrepeso o obesidad, quienes presentaron mayores cambios en comparación con aquellos con peso normal.
Implicaciones y próximos pasos
Los autores del estudio resaltan que, aunque estos resultados son prometedores, "se necesitan más investigaciones con períodos de estudio más largos para confirmar estos hallazgos y explorar sus posibles impactos clínicos".
Por lo tanto, aún falta evaluar si el consumo frecuente de kombucha puede traducirse en beneficios concretos para la pérdida de peso o el control de la obesidad a largo plazo.
* Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en la información publicada por O Globo (GDA), y contó con la revisión de la periodista y un editor.
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