La
anemia es la ausencia de suficientes glóbulos rojos sanos en el cuerpo para que transporten un nivel específico y adecuado de oxígeno a los diferentes tejidos del cuerpo.
Esta enfermedad también puede afectar a los niños, pues muchos de ellos tienen deficiencias en su alimentación, específicamente en el hierro, un elemento muy presente en la carne.
Es por eso que los niños con familias de escasos recursos son una de las poblaciones más vulnerables a este lío.
La anemia también es considerada como un trastorno de la sangre debido a los niveles bajos de la hemoglobina, que es la molécula que se encuentra dentro de los glóbulos rojos y que se encarga de transportar el oxígeno que llega al resto del cuerpo, “esto es de suma importancia ya que al faltarle al niño esta molécula se empieza a sentir muy cansado, fatigado o sin ánimo”, afirmó la doctora Linda Milena Araujo, hematóloga oncóloga de ACHOP.
Es importante recalcar que el hierro no se produce por sí solo en el cuerpo, sino que al obtenerse de los alimentos que se ingieren, por lo que alimentación es determinante desde las primeras etapas de la vida.
Además, la anemia también se puede presentar por un tema hereditario, ya que esta se puede llegar a transmitir desde la madre, por lo que se puede identificar en los bebés.
Los síntomas de la anemia en niños
Las células en los músculos y órganos del niño necesitan oxígeno para sobrevivir, y una disminución en la cantidad de glóbulos rojos puede causar estrés en el organismo, como describe la Academia Americana de Pediatría.
Por eso, algunos de los síntomas son los siguientes:
- Piel pálida o cetrina (amarilla)
- Mejillas y labios pálidos
- El interior de los párpados y lecho ungueal (uña) tiene un color rosado más pálido de lo normal
- Irritabilidad
- Debilidad
- Se cansa con facilidad,
- Toma siestas con más frecuencia
- Ictericia (color amarillo de la piel o de los ojos) y tener orina del color del té o cola.
- Menos apetito
La anemia en bebés y niños tiene algunas diferencias clave. Los bebés son más susceptibles a la anemia por deficiencia de hierro, ya que sus reservas de hierro son limitadas.
Mientras que los niños mayores pueden desarrollar anemia por deficiencia de hierro debido a una dieta insuficiente o a una pérdida de sangre.
¿Qué hacer tras el diagnóstico?
Ya sea la anemia por deficiencia del hierro y la anemia nutricional pueden prevenirse asegurándose de que su niño consume una dieta bien equilibrada.
Lo importante es hablar con el pediatra para que le indique cuáles son las restricciones y los suplementos necesarios para combatir la deficiencia.
El diagnóstico de la anemia en bebés y niños se realiza mediante un análisis de sangre. El análisis de sangre puede determinar el número de glóbulos rojos y la cantidad de hemoglobina en la sangre.
El tratamiento de la anemia en bebés y niños depende de la causa subyacente. La anemia por deficiencia de hierro se trata generalmente con suplementos de hierro.
Sin embargo, entre los tratamientos usuales:
- Ofrecer a su bebé leche materna o fórmula fortificada con hierro.
- Introduzca alimentos ricos en hierro en la dieta de su bebé a partir de los seis meses
- No le dé leche de vaca a su bebé hasta que tenga más de un año de edad.
- Ofrecer a su hijo una variedad de alimentos ricos en hierro, como carnes rojas, aves, pescado, legumbres, verduras de hoja verde y cereales fortificados.
- Hable con su médico sobre la suplementación con hierro si su hijo está en riesgo de anemia.
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO
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