El director de cine que descubrió un método para ganarle a la ruleta y amasó fortunas en los casinos

Actualmente reside en Buenos Aires, es un individuo polifacético con una carrera diversa. Cuando se le pregunta cómo se definiría, él afirma: "Si hablamos de profesión, mi profesión primera es director de cine". Actualmente, está presentando siete de sus películas más recientes en el Bafici. 

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Sin embargo, a lo largo de su vida, García-Pelayo se ha dedicado a una serie de actividades, incluyendo la producción musical (se le atribuye ser el padre del rock andaluz), la conducción radial, la presentación de televisión, la escritura, la producción cinematográfica, el conocimiento de las criptomonedas y la gestión de toreros.

A pesar de sus múltiples talentos, hay un logro especial que destaca entre los demás en la vida de este inquieto sevillano. Gonzalo García-Pelayo logró alcanzar lo que parecía imposible: vencer al casino, y lo hizo en más de una ocasión.

Utilizando un sistema propio para vencer a la ruleta, él y su familia, que se convirtieron en su equipo, lograron desafiar a la banca en varias ocasiones en los principales casinos del mundo a principios de la década de 1990.
 
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Esta hazaña no solo le valió una gran cantidad de dinero, sino que también se convirtió en un fenómeno único, documentado en un libro y adaptado a una película titulada ‘The Pelayos’, estrenada en 2012.

García-Pelayo brindó una entrevista a ‘La Nación’ en su residencia en Buenos Aires. Aunque nació en España, se considera un ciudadano del mundo y actualmente se encuentra en la capital argentina debido a su carrera cinematográfica.

Esta semana, es una de las figuras destacadas en el Festival de Cine Independiente de Buenos Aires (Bafici), donde presenta sus últimas películas en la sección ‘Retrospectiva del presente’. Estas películas son el resultado de su experiencia 10 + 1, en la que produjo 10 filmes en 12 meses, una hazaña cinematográfica que ya había llevado a cabo en España anteriormente.

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Aunque García Pelayo habla sobre algunas de sus películas, como ‘Dos hermanas’, ‘Salón de uñas’ y ‘Eloísa y las niñas toman un helado’, está consciente de que la conversación inevitablemente girará en torno a su éxito en el casino con su familia, algo que él ite con sinceridad: "Películas hace mucha gente. Ganar a la ruleta, nada más hemos ganado nosotros. Sé que despierta interés porque es único".

El momento de epifanía llegó mientras García-Pelayo disfrutaba de su pasatiempo en el casino. Al analizar detenidamente las probabilidades en la ruleta, se percató de que la ventaja del casino no era insuperable. "La ventaja del casino en la ruleta es solo del 2,7 por ciento", señala el cineasta. Esta pequeña brecha fue suficiente para despertar su interés y desafiar al sistema.

“Hago la cuenta de que la ventaja del casino no es tan grande en la ruleta. Cada bola tiene una oportunidad en 37 de salir y ahí está la ganancia del casino, ya que el casino paga 36”, confesó el cineasta.

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Según García-Pelayo, el secreto radica en identificar las anomalías en el funcionamiento de la ruleta. "La ruleta no es perfecta", afirma. Basándose en esta premisa, comenzó a tomar estadísticas detalladas, observando el comportamiento de la ruleta durante miles de giros. Esta meticulosa observación reveló que ciertos números tenían una frecuencia de aparición mayor de la esperada.

“No es lo mismo tirar la bola aquí en la madera que en el mármol, rebotará distino. Todas las circunstancias físicas pueden influir. Supuse eso. Me organicé y vi que efectivamente ocurría”, afirmó García-Pelayo.

"Encontré casilleros que salían una vez de cada 28 bolas", revela García-Pelayo. Este descubrimiento significaba una reversión en la ventaja del casino. Con esta información en mano, el cineasta se organizó para capitalizar estas anomalías, acumulando así ganancias significativas en los casinos.

“Para eso hay que estar como 15 días trabajando en el casino, que es una tarea en la que requiere de seis a siete horas diarias, para seguir el ritmo. Eso te da la posibilidad de ver el alma de la ruleta, y ves que hay números que salen más de lo que le permite la suerte”, añadió.

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El método de García-Pelayo, basado en el análisis estadístico y la observación minuciosa, le otorgó una ventaja del seis por ciento neto sobre el casino. Este logro excepcional lo convirtió en una figura legendaria en el mundo de los juegos de azar.
“Si sabemos de verdad identificarlos, nos da una ventaja del seis por ciento neto. Más del doble de la que tiene el casino”, sostuvo.

Después de estudiar minuciosamente las ruletas del casino Gran Madrid en Torrelodones y analizar las estadísticas, Gonzalo estaba listo para pasar a la acción.

Confiando en su familia, reunió a sus cinco hijos, sobrinos y otros parientes, formando lo que más tarde se conocería como "los Pelayos". Así comenzó la leyenda de un hombre que desafió al azar con ingenio y determinación.

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En septiembre de 1991, el clan dio inicio a su aventura en el casino de Madrid. Para financiar su empresa, Gonzalo vendió los derechos de un documental sobre animales salvajes filmado en África, obteniendo una suma inicial de aproximadamente 2200 dólares. 

Con esta inversión, iniciaron su incursión en el mundo del juego, una cifra que pronto se multiplicaría a medida que expandían su operación a otros casinos tanto en Madrid como más allá.

El abordaje de los casinos fue meticulosamente planificado por García-Pelayo y su equipo, dirigido por su hijo mayor, Iván, y su primo Jaime. Organizados para jugar en varios casinos simultáneamente, establecieron equipos en ciudades como Madrid y Barcelona, especialmente durante eventos importantes como los Juegos Olímpicos de Barcelona.

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"Siempre hablamos de casinos grandes, que tienen seis mesas de ruleta", señala García-Pelayo, destacando la importancia de seleccionar los establecimientos adecuados para su estrategia.

El proceso de juego requería un intenso período de estudio y análisis, con un equipo dedicado a observar y recopilar datos durante quince días.

Una vez completada esta fase, el equipo se retiraba para evitar ser identificado y era reemplazado por caras nuevas. Entonces llegaba el momento de apostar.

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"El nuevo equipo se pone a jugar los números que hemos detectado como los que más salen", explica García-Pelayo. Se enfocaban en aquellos números que tenían una probabilidad de 35 o menos, distribuyendo estratégicamente las apuestas en las diferentes mesas. Las jornadas de juego eran intensas, con sesiones de seis o siete horas, seis noches a la semana.

“En cada bola se apuesta entre nueve a doce números. Cuando la ruleta está mal (bien para nosotros) tiene un desequilibrio compensado. Es decir, tiene una tercera o cuarta parte de números que son mejores”, sostuvo el director de cine.

En cuanto a la influencia del croupier en el juego, García-Pelayo inicialmente consideró que la forma en que lanzaba la bola podría tener un impacto.

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Sin embargo, su investigación lo llevó a concluir que la verdadera tendencia estaba en la propia máquina. Aunque reconoce la posibilidad de que el croupier también pueda influir en cierta medida, señala que no ha estudiado este aspecto en profundidad.

Los Pelayos llevaron su método de la ruleta a varios casinos europeos, cosechando éxitos financieros en casi todos ellos. Según revela el documental ‘Desafiando a las Vegas’ de History Channel, la familia logró acumular medio millón de dólares únicamente en el casino de Madrid utilizando su sistema.

A esto se sumaron las ganancias obtenidas en salas de juegos de ciudades como Copenhague, París, Amsterdam y Viena.

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Especialmente destacables fueron las experiencias en estas dos últimas ciudades, donde vivieron dos de las noches más espectaculares de todo su periplo de victorias.

Según García-Pelayo, "saltar la banca" era un mito vinculado a Montecarlo, utilizado para cerrar mesas y verificar posibles anomalías. Sin embargo, el clan de los Pelayos tuvo que presenciar cómo los casinos se veían obligados a reponer las fichas iniciales en más de una ocasión, especialmente en lugares como Viena.

“Si creen que hay una anomalía después de perder, ellos tienen derecho a cerrar la mesa para ver si ocurrió algo ilegal y le ponían una manta negra a la mesa”, contó Garcia-Pelayo a ‘La Nación’.

La sensación de ganarle al casino de esta manera es descrita por García-Pelayo como una experiencia de "plenitud", comparable a grandes triunfos en la vida de una persona. Sin embargo, después de unos tres o cuatro años utilizando su método, comenzaron a surgir complicaciones.

“Una vez llegamos a Rotterdam y alguien que entendía el idioma escuchó: ‘Ya están aquí'. Para contarlo está muy bonito, pero ya no nos gustaba que tuvieran tan claro quiénes éramos nosotros. En Austria, después de tener una buena noche no nos dejaron jugar más”, contó el cineasta.

Respecto al juego en Madrid, el director afirmó que legalmente no se les podía prohibir jugar, ya que “el Tribunal Superior de Justicia de España dijo no solamente que nuestro juego era limpio sino inteligente. Yo solo miro la ruleta, saco las conclusiones y las aplico. No pueden oponerse a eso”.

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La visita a Las Vegas, la meca del juego representó un desafío único para los Pelayos debido a las particularidades de las ruletas con doble cero. Aunque aprendieron a jugar póker durante una de sus estancias, reconocen las dificultades que enfrentaron en esta ciudad legendario. A pesar de ello, lograron solventar sus gastos de viaje con las ganancias obtenidas.

A pesar de sus viajes por el mundo, los Pelayos nunca incursionaron en los casinos argentinos. Aunque visitaron establecimientos en ciudades como Mar del Plata y Neuquén, nunca jugaron.

Sin embargo, reconocen el potencial de los casinos argentinos y han visitado el casino flotante en Buenos Aires como meros observadores.

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En total, las incursiones de los Pelayos en los casinos del mundo les permitieron acumular cerca de un millón y medio de dólares en ganancias, dejando un legado en la historia de los juegos de azar que perdura hasta el día de hoy.

La fascinante historia de la familia que desveló los secretos de la ruleta no pasó desapercibida para el mundo del entretenimiento. Además del aclamado documental que narra las hazañas del clan en los casinos, Gonzalo y su hijo Iván plasmaron los detalles de su epopeya en un libro titulado ‘La fabulosa historia de los Pelayos’.

Este libro inspiró también una película española dirigida por Eduardo Cortés, bajo el título ‘The Pelayos’. Según Gonzalo, la película es "85 por ciento real y 15 por ciento para dotarla de efecto dramático". En esta producción cinematográfica, Lluís Homar interpreta a Gonzalo, mientras que Daniel Brühl, conocido por su papel en ‘Good Bye Lenin’, da vida a Iván.

Según García-Pelayo, los casinos han implementado ruletas especiales, conocidas como "ruletas Antipelayos", diseñadas específicamente para dificultar el uso de su método.

Estas ruletas poseen la capacidad de girar internamente, lo que altera la disposición de los números y complica la detección de patrones. Además, para identificarlas, el director señala que los casilleros tienen un color verde uniforme en lugar del tradicional rojo y negro. Este cambio estético dificulta aún más la aplicación de su estrategia.

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“Entonces, para girar sin que haya una complicación de tipo estético ponen todos los casilleros verdes. Cuando todos los casilleros son verdes, es la ruleta Antipelayos. Y esas son las que están aquí en el barco de Buenos Aires. Son todas de fondo verde ¡Cuidado, jugadores! Y pusieron esas ruletas antes de que llegáramos nosotros. Han puesto el remedio antes de la enfermedad”, contó el director.

A pesar de los obstáculos, la familia Pelayo permanece unida y enfocada en nuevos proyectos cinematográficos. Cuatro de la familia se encuentran actualmente en Argentina para trabajar en una película junto a la cineasta Lucía Seles.

Además de las ganancias monetarias y la sensación de plenitud que les brindaron sus victorias en los casinos, García-Pelayo destaca el valor de las lecciones aprendidas durante su experiencia en la ruleta.

El director reconoce que su incursión en el mundo del juego lo llevó a profundizar en el campo de las matemáticas y las probabilidades, lo que ha transformado su perspectiva no solo sobre el juego, sino también sobre la vida en general.

“La probabilidad te lo cuenta y te lo dice, solo tengo que aplicarlo, en el juego y en cuestiones vitales que tienen que ver con eso: la suerte tiene límites”, contó a ‘La Nación Garcia-Pelayo.

Gonzalo García-Pelayo termina la conversación mientras viaja en un taxi junto a su hijo Iván, quien recientemente llegó a Buenos Aires. Se dirigen hacia el Centro Cultural San Martín, una de las sedes del Bafici, donde proyectarán una película de un amigo de Gonzalo.

Durante el trayecto, relajado como siempre, Gonzalo recuerda cuando se reunieron con los actores que trabajaron en 'The Pelayos', asegurándose de que capturaran adecuadamente los rasgos de cada miembro del clan.

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En todo momento se percibe que Gonzalo es un hombre siempre en movimiento, constantemente involucrado en diversos proyectos. Esto se refleja en las más de 30 películas que ha dirigido a lo largo de su vida y en la variedad de actividades que ha emprendido y sigue llevando a cabo.

A sus 76 años, continúa activo, saltando de un proyecto a otro con la misma energía con la que un día aprendió a descifrar el destino de la bola en la ruleta.