Los médicos pensaron que se le había desprendido la retina, pero en realidad tenía cáncer en el ojo

La llegada de un hijo suele ser un motivo de felicidad para cualquier familia, pero para Gemma Small, de 33 años, residente en Horwich, Gran Manchester (Inglaterra), el nacimiento de su hijo Samuel en febrero de 2024 fue seguido por una dura noticia médica. 

Semanas después del parto, los médicos le informaron que el cáncer con el que había luchado dos años antes había regresado y era incurable.

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Gemma fue diagnosticada con melanoma uveal en 2022, un tipo de cáncer raro que afecta la parte posterior del ojo. 

En un principio, los profesionales de la salud creyeron que trataban un desprendimiento de retina, pero tras realizar más estudios, descubrieron que lo que había en su ojo era un tumor. 

A pesar de que el melanoma uveal generalmente afecta a personas mayores, Gemma se sometió a un tratamiento con rayos de protones, que parecía haber logrado erradicar la enfermedad.

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“Nunca se puede estar 100 por ciento seguro, pero los médicos creyeron que el tratamiento había funcionado”, explicó Ciaren Hughes, compañero de Gemma, en una entrevista con la filial del Manchester Evening News, del Mirror. Como medida preventiva, la familia decidió que Gemma se realizara exámenes cada seis meses, ya que el hígado es uno de los órganos más comunes para la metástasis de este tipo de tumor. 

Durante su embarazo, las pruebas no indicaron ningún signo de recurrencia del cáncer. “Gemma se hizo una ecografía entre que descubrió que estaba embarazada y el nacimiento de Samuel, y no había ninguna señal de nada”, añadió Ciaren.

Sin embargo, poco tiempo después del nacimiento de Samuel, las pruebas de seguimiento revelaron una sombra en el hígado de Gemma. “Pensábamos que no sería nada, incluso fue sola al hospital”, recordó Ciaren. “Pero cuando se encuentra algo en el hígado de un hombre de 33 años, normalmente no son buenas noticias”.

La familia fue derivada al Centro Oncológico Clatterbridge en Liverpool, donde se confirmó lo peor: el cáncer se había propagado y no era posible curarlo. La recomendación fue centrarse en tratamientos paliativos para mejorar la calidad de vida y ganar más tiempo con la familia.

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El NHS no pudo ofrecer opciones viables para Gemma debido a las complicaciones que le ocasiona el lupus, una condición preexistente. Como única alternativa, la familia consideró el tratamiento privado en el hospital oncológico The Christie, en Manchester. El costo por cada sesión es de £46.000 (aproximadamente más de $257 millones de pesos colombianos), y se necesitan al menos cuatro. Ante esta situación, decidieron lanzar una campaña GoFundMe con el objetivo de recaudar 200.000 libras esterlinas.

“Me siento robado”, expresó Ciaren. “Sabemos que esto no va a desaparecer. Solo queremos pasar el mayor tiempo posible juntos y crear recuerdos con nuestro hijo. Pedir ayuda no es fácil. Pero estamos profundamente agradecidos por cada contribución. Es lo que le dará a Gemma la oportunidad de ver crecer a nuestro hijo”, concluyó.

O Globo (Brasil) / GDA