Los siameses más longevos revelaron cómo era el guayabo con sus cuerpos pegados

Un intenso dolor de cabeza y el malestar generalizado del cuerpo caracterizan la resaca que una persona tiene en el día posterior a una noche de excesos. No obstante, no es para todas las personas igual, y la curiosidad aumenta con relación al caso de los hermanos siameses.

Con vidas completamente distintas y gustos individuales, pese a estar unidos en gran parte del lóbulo frontal de la cabeza, George Schappell señaló en una entrevista con el medio The Sun cómo era el guayabo cuando uno de los dos bebía en exceso. 

"Yo no bebo, pero a Lori le encanta el vodka y la naranja de vez en cuando. Puede sentirse terrible con resaca y yo me sentiré absolutamente bien, ya que nuestros cuerpos están completamente separados", comentó entonces.

El caso de Lori y George es particular, debido a que no tenían ninguna parte de su cuerpo unida más allá de la cabeza. En ese sentido, los siameses, que diferían en muchos aspectos de su personalidad y disfrutaban de un modo distinto del tiempo de ocio uno del otro, llevaban una vida amorosa independientemente sin problemas.

Por otro lado, contaron que compartir gran parte de su cabeza no era un obstáculo que le impedía tener citas a los hermanos, quienes se ingeniaban un plan para no interferir. 

"Cuando tenía citas, George traía libros para leer y como no nos enfrentamos podía ignorar cualquier beso. No veo por qué ser un gemelo unido debería impedirme tener una vida amorosa y sentirme como una mujer", explicó Lori, que se había comprometido en 2006, pero su pareja falleció tras ser atropellado por un hombre que conducía bajo los efectos del alcohol.

Tras rehacer su vida luego de las dificultades que enfrentó con el duelo, Lori comenzó a salir con un hombre. "Bueno, él sería como un cuñado para mí, eso es todo", comentó George al respecto. Dos días atrás, el Hospital de la Universidad de Pensilvania comunicó el fallecimiento de los hermanos siameses a sus 62 años, sin revelar las causas concretas.