Mujer cortó su pie con una copa de vino por accidente y casi pierde la vida, esta es la advertencia que hace: ‘Actúen de inmediato’

Susan Sztybel, de 67 años y residente en Stourport-on-Severn, Inglaterra, sufrió un accidente que podría parecer menor pero que casi le cuesta la vida. 

Mientras sacaba dos copas de vino de un armario para compartir con su pareja, una de las copas se cayó y se rompió, provocándole un corte de unos centímetros en el pie derecho, cerca del tobillo.

La mujer decidió colocar un apósito sobre la herida y no le dio mayor importancia, confiando en que no sería nada grave. 

“Solo iba a tomar una copa de vino con mi pareja para celebrar que llegaba el fin de semana. Fue una copa de vino la que se rompió. Mi pareja limpió los vidrios y yo me limpié el corte de una pulgada en el pie, me puse una tirita y no le di más importancia”, contó Susan al diario británico The Sun.

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Apenas un día después del incidente, la situación empeoró rápidamente. Susan comenzó a experimentar fiebre, mientras que la herida empezó a sangrar y a supurar pus, signos claros de infección. A pesar del dolor creciente, la mujer continuó trabajando como cuidadora interna, aunque ya sospechaba que algo no estaba bien en su tobillo.

“Continué con mi turno de trabajo como cuidadora interna. Ya en ese momento sabía que algo le pasaba a mi tobillo porque me dolía un poco. Pensé que solo tenía un virus y jamás imaginé que tenía algo que ver con el corte”, aseguró.

Al acudir al hospital, los médicos diagnosticaron una infección severa causada por una bacteria que estaba destruyendo el tejido de su pierna, extendiéndose desde el tobillo hasta la ingle. Los profesionales advirtieron que sus probabilidades de supervivencia eran bajas.

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Susan describió el estado crítico en el que se encontraba: “Estaba supurando y salía mucha sangre y pus. Sentía que el pie me palpitaba. En 48 horas la infección ya se había extendido por mi pierna y fue entonces cuando los médicos dijeron que tendrían que operarme y que no sabían si iba a sobrevivir. Lo único que les decía era por favor, sálvenme, no me importaba si perdía la pierna”.

Fue internada de inmediato y sometida a varias cirugías para eliminar la infección. Además, la conectaron a una máquina de vacío que ayudaba a extraer la bacteria de la piel afectada. Durante ese tiempo, tuvo que mantener la pierna elevada durante 23 horas al día y solo podía sentarse para comer.

Tras permanecer más de un mes en el hospital, Susan fue trasladada al Hospital Queen Elizabeth en Birmingham para una cirugía plástica que le permitiera reconstruir su tobillo, afectado gravemente por la bacteria que destruyó masa muscular.

La mujer recordó la gravedad de su situación: “Dicen que ves las puertas del cielo y yo vi esas puertas. Tenía alucinaciones. Era una bacteria come carne que estaba arrasando mi piel y mi pierna, y yo luchaba por mantenerme con vida”. Aunque su pie probablemente no recupere su aspecto original, los médicos le aseguraron que no tendrá secuelas a largo plazo.

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Con ocho nietos y una experiencia que marcó su vida, Susan desea advertir a las personas sobre los riesgos que pueden tener incluso los cortes pequeños si no se atienden a tiempo. “Un pequeño corte de apenas una pulgada, que parecía limpio y solo necesitaba un apósito, se convirtió en algo enorme”, lamentó.

Su mensaje es claro: “Yo les diría a las personas que actúen de inmediato. Yo no lo hice porque al principio no pensé que fuera nada de qué preocuparse. Si esto evita que otras personas pasen por lo que yo pasé y les salva sus extremidades o sus vidas, habrá valido la pena”.

La Nación (Argentina) / GDA.