General (r) Torres dice que es responsable de 'falsos positivos' pero que no los ordenó

El general en retiro Henry Torres Escalante, excomandante de la Brigada 16 del del Ejército Nacional, reconoció este miércoles su participación en casos de ejecuciones extrajudiciales o 'falsos positivos' que realizó la unidad que lideró entre el 10 de diciembre de 2005 hasta el 8 de junio de 2007.

En audiencia realizada a instancias de la Jurisdicción Especial para la Paz y en presencia de las familias de las víctimas, el oficial dijo que los crímenes fueron resultado de las presiones que él hizo.

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"Asumo con vergüenza el señalamiento de máximo responsable", dijo Torres Escalante al indicar que hizo presiones "permanentes" y que dio prelación a las muertes en combate por sobre las capturas.

Torres fue señalado por la JEP de haber impulsado el plan criminal, a partir de las órdenes que emitió, así como de las condiciones que generó, en virtud de lo cual fueron asesinadas ilegítimamente y presentadas como muertas en combate 196 víctimas en 141 eventos de resultados operacionales.

De estas víctimas, 138 fueron presentadas como no identificadas, entre el 15 de diciembre de 2005 y el 27 de mayo de 2007, por todas las unidades bajo su mando e incluso pasando las fronteras geográficas de la jurisdicción asignada a la Brigada XVI.

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Entre estas víctimas se encuentran cinco mujeres y 186 hombres, cinco adolescentes, dos adultos mayores y dos personas en situación de vulnerabilidad por discapacidad.

De estos 141 eventos, 15 fueron reportados por los grupos especiales, que se encontraban bajo su control y mando directo. 

"Asumo la responsabilidad por todos los señalamientos que me han hecho, por estos delitos que fueron cometidos bajo mi mando por mi mi exigencia. Mi reconocimiento se fundamenta por las presiones permanentes que realizaba", dijo.

El general (r) Torres Escalante dijo que las presiones venían desde arriba, tanto del general Mario Montoya; como del comandante de la División, general Guiillermo Quiñones, quien era muy exigente sobre los resultados y quien elevó en un diez por ciento los resultados, sin razón aparente.

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"Las presiones venían desde el comandante del Ejército, general Mario Montoya; de la IV División....Esas presiones nos encaminaron a lograr objetivos operacionales a toda costa, despreciando el carácter humano de las víctimas", señaló.

Igualmente, dijo que para Montoya eran más importante las bajas en combate. "No puedo negar que la prelación era siempre sobre muertes en combate", señaló.

Torres indicó que supuestamente no tuvo conocimiento de cómo se hicieron las muertes, pero dijo que eso no lo libra de responsabilidad y reconoció que "caí en la irresponsabilidad" de hacer comparaciones entre unidades sobre sus resultados.

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Indicó que se hacían llamados de atención a esas unidades y que se amenazaba incluso con la pérdida del mando, lo cual para un militar en esa posición podía implicar la pérdida de la carrera militar.

En la diligencia realizada en Yopal, el general en retiro aseguró que el uso del lenguaje indirecto y poco claro como expresiones del tipo "usted ya sabe lo que tiene que hacer", llevaron a que se asesinaran y desaparecieran civiles inocentes. Y que se les hacían reclamos verbales a los uniformados como decir: 'se están robando el sueldo'.

"Por mi soberbia nunca me detuve a medir la magnitud del efecto que pudo producir en un subalterno una frase o una palabra ambigua, generando vacíos en las órdenes. Mi actitud irresponsable, sin duda, generó que los controles previos, durante y posterior a las operaciones, se volvieran mecánicas", dijo.

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El general (r) Torres dijo que para el 2007 la 'amenaza' de los grupos ilegales estaba parcialmente neutralizada, las Autodefensas se habían desmovilizado, "las cuadrillas de las Farc y el Eln estaba muy debilitadas, parcialmente derrotadas".

Aún así, dijo, "ni el comandante de la División, mayor general Guillermo Quiñones, quien aumentó las penas para cumplir, ni yo como comandante de la Brigada, tuvimos en cuenta esa situación. Por el contrario, me limité a ordenar el cumplimiento de esa orden, incrementando las metas a mis unidades subalternas".

El excomandante de la Brigada 16 del EJército reconoció que entregó  45 millones de pesos a un teniente subalterno suyo, sabiendo que estaba cometiendo un acto ilegal, para favorecerlo en las declaraciones ante la justicia, cuando empezó a ser vinculado por estos crímenes.

"La intención mía no fue que el teniente mintiera, sino que el teniente dijera la verdad de los hechos y lo disfracé como si fuera una ayuda a la grave situación que me había manifestado el teniente. No me detuve a medir la consecuencia de mis actos", dijo.

Torres Escalante también se pronunció sobre un concepto que el Ejército Nacional usó mucho en ese periodo de tiempo y después, llamado la "guerra jurídica" para hacer referencia a las denuncias que llegaban y restarles mérito.

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"La 'guerra jurídica' fue un fantasma direccionado desde el Comando del Ejército. Las instrucciones eran claras: no permitir que esas falsas acusaciones (que así las creían) mermaran el ímpetu de las operaciones militares, generando así las condiciones para que se siguieran generando cometiendo esa serie de asesinatos y garantizando el aparato criminal presentado en la Brigada 16", aseguró.

El general (r) Torres indicó que, además, la llamada 'guerra jurídica' llevó a que se "restara importancia y atención a las quejas por violaciones de derechos humanos que se recibían en la brigada".

El general (r) Torres Escalante reconoció que las víctimas fueron estigmatizadas por las tropas, así como los desmovilizados de las Autodefensas. Y reconoció que como comandante de Brigada permitió movimientos militares para que se alterara la evidencia de las escenas, y señaló que se hicieron coordinaciones con Orlando Rivas, exfuncionario del DAS en Casanare, quien daba informaciones de inteligencia.

Y señaló que hubo premios al personal como medallas, cursos y felicitaciones públicas por los resultados falsos.

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"Debo reconocer con vergüenza que todos estos crímenes que se cometieron bajo mi mando para esa época, yo fui uno de los más beneficiados porque posicionaron a la Brigada como una de las mejores a nivel nacional. Por todos esos resultados operacionales, muchos de ellos ilegítimos, que informé al Comando superior, fui muy bien evaluado y calificado", señaló.

Ante la pregunta de la magistratura sobre las responsabilidades de las autoridades civiles de la época, el general (r) Torres Escalante dijo:

"Desde el Ministerio de Defensa se emitieron una serie de directivas sobre estímulos, de premios para estimular a las tropas, unas directivas de pago de recompensas también para pagar a las personas que dieran información sobre cabecillas, por entrega de armamento, y había una serie de tarifas de acuerdo a la calidad y cantidad de información", señaló.

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"Y desde la Presidencia de la República estaba el plan de Seguridad Democrática. Tuvimos varias veces en la jurisdicción de la Brigada la visita del señor Presidente Álvaro Uribe, donde estaba la población allá, las autoridades, y pues las personas empezaban a quejarse de seguridad, de seguridad. Y él daba instrucciones de forma dura también hacia los comandantes de Policía, de Ejército y del Das".

Torres aseguró que el entonces Presidente Uribe "decía que si no podíamos con el cargo, avisáramos para que pues él pudiera gestionar un relevo. Era presión también por ese cumplimiento. Era bien complicada la situación de tantas personas quejándose".

En la audiencia, las víctimas le reclamaron al general Torres, recordando que él estaba en un proceso en la justicia ordinaria, por lo que optó entrar a la JEP. 

"Usted no está aquí por voluntad propia. Me siento realmente ofendida que usted se pare ahí a decir que no dio la orden de asesinar a mi padre y a mi hermano cuando usted dijo al señor Fabián (que) llevara las armas. Y ¿usted viene acá a decirle que no dio la orden? Usted tenía conocimiento de que mi hermano había sido testigo de dos asesinatos", dijo la hermana e hija de dos víctimas de 'falsos positivos'.

"Usted para mí, es una asesino y un peligro para nosotras las víctimas", agregó Johana Torres.

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Torres le respondió: "respeto lo que está diciendo Johana. Yo en su posición haría lo mismo. Vengo a reconocer no solo la de su señor padre y su hermano, sino más de 300 víctimas. No tengo la posibilidad de darle ninguna explicación, sino que vendrán otros procesos y que Dios quiera que la verdad, que es lo que usted necesita, salga a flote".

Luego, cuando una familiar de un 'falso positivo' le mostró una foto de su padre asesinado y le preguntó: "¿por qué dio la orden? ¿por qué tenía que ser mi padre", Torres Escalante no supo dar respuesta.  

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"¿Por qué dijo que era un bandido? Él no era ningún bandido, más bandido eres tú", agregó la mujer. Y Torres respondió: "sí, señora".

El general Torres dijo que su actitud y otras actuaciones generaron lo que la JEP llamó una "organización criminal, porque me convertí en el líder de esa organización, sin tener en cuenta la protección de los civiles a quienes tenía la responsabilidad de brindar seguridad como garante de sus vidas".

Ahora, preguntando sobre si él sabía que estaban asesinando a personas, el oficial retirado dijo primero que "debió saber", luego dijo que presionó, que 'más valía un guerrillero muerto que uno vivo', y que no revisó las circunstancias en que se cometieron los crímenes.

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"Soy el responsable, no porque me lo hubieran dicho, ninguno de los que está acá me informaron que habían asesinado a una persona", señaló. Y como fue imputado por la JEP por acción, y no por omisión, ante la pregunta de la magistrada Catalina Díaz, el general Torres Escalante dijo:

"Facilité porque di todos los medios disponibles, obstruí la justicia porque extrajimos los cadáveres del área de operaciones, fue alcahueta en las investigaciones. Recuerdo que hubo muertes en combate y en el momento de los levantamientos me manifestaban que no aparecían las armas y al hacerlo, ya tenían, y nunca dije nada".

Preguntado por la magistrada Catalina Díaz sobre si él sabía que se asesinaban personas y que se desaparecían personas, el general Torres Escalante dudó al responder.

"Asumiendo la responsabilidad de todo lo que pasó, no puedo decir que conocía, pero sí fui el patrocinador y el que lo generó", dijo. Ante eso, las víctimas protestaron y la magistrada Díaz aseguró que habría una contradicción porque si sus tropas estaban actuando bien, entonces que era lo que en ese momento estaba permitiendo.

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"Eso fue lo que alcahuetié, muertes de personas inocentes", dijo. Y ante la insistencia de la magistrada y los reparos de las víctimas, el general Torres dijo que fue soberbio, que en ese momento se sentía orgulloso de todo lo que hacían en la Brigada. Ante el, fue increpado nuevamente por los familiares de las víctimas que le exigieron decir la verdad.

"Reconocer una situación en donde tenía yo el mando directo de los grupos especiales, del Gaula, del Birno que quedaba retirada.... que se estuvieran cometiendo toda esa cantidad de crímenes....no señora, pero sí tenía indicios de que se podrían estar cometiendo algunos", respondió.

Y preguntando sobre en qué caso sí supo que eran ejecuciones extrajudiciales, el general Torres dijo que no podía decirlo sobre alguno en especial. "Pero el solo hecho de que me reportaban que una persona había sido asesinada y que no tenía un arma pues era un indicio. No lo vi la trascendencia en ese momento, pero no le puedo dar ni el sitio, ni la hora, ni la muerte específica", señaló.

En la audiencia, el general Torres dijo que no quiere que esta situación se vea como una ausencia de reconocimiento, ante las preguntas y los reparos de las víctimas.

"Creo que estar reconociendo ante todos ustedes y decirles que soy el responsable de todas estas muertes, más no porque las haya ordenado, es una de las responsabilidades grandes que yo tengo".

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