El conflicto armado colombiano se ha nutrido de violencias estructurales que vienen de herencias coloniales que no han desaparecido, y la narración que se ha hecho de la guerra ha excluido muchas veces las perspectivas sobre las desproporcionadas violencias que han padecido a lo largo de décadas los pueblos étnicos.
Esta es una de las conclusiones generales del capítulo 'Resistir no es aguantar' del informe final de la Comisión de la Verdad, que fue publicado este martes.
"Colombia ha sido construida sobre relaciones basadas en el trato colonial y en un racismo estructural que buscan justificar el despojo, el exterminio y la negación de la existencia de los pueblos étnicos como colectivo y como pueblos. Un modelo de Estado, sociedad y economía, caracterizado por la violencia continua, que actúa como una pedagogía violenta que somete a relaciones de subordinación a los de los pueblos étnicos y posibilita una nación excluyente para cuerpos, comunidades y territorios", se lee en el texto, de 663 páginas.
Este capítulo busca precisamente dar cuenta de las heridas que los pueblos étnicos llevan en sus cuerpos y en su memoria colectiva por las múltiples violencias que siguen padeciendo.
Para su elaboración se hicieron 3.849 entrevistas con pueblos étnicos: 1.693 con población indígena; 2.105 con el pueblo negro, afrocolombiano, raizal y palenquero; y 51 con población rrom. También se recibieron 247 informes de interés étnico, de los cuales 89 analizan contextos, victimizaciones y patrones de violencia a escala territorial y nacional contra los pueblos indígenas, 105 se refieren al pueblo negro, afrocolombiano, raizal y palenquero; 5, al pueblo rrom o gitano y 48 son de carácter interétnico.
En la escucha y el análisis de toda la información, la Comisión identificó 17 macroterritorios étnicos afectados por las estrategias de poder de los grupos armados, y señaló que todos los grupos, legales e ilegales, han victimizado a indígenas, afrocolombianos y rrom en el marco del conflicto armado.
Por ejemplo, al hablar de las guerrillas, la Comisión señala, entre otras cosas, que incorporaron patrones racistas a sus formas de hacer presencia en los
territorios de los pueblos étnicos.
Así mismo, los grupos paramilitares consideraron que los territorios de las comunidades étnicas debían ser sometidos a dinámicas para "debilitar y sacar a la guerrilla de los territorios, involucrando a los pueblos étnicos por considerarlos su base social, y establecer el control total de las economías ilegales como el narcotráfico, los aprovechamientos forestales y el contrabando de petróleo, y de las economías legales como la agroindustria y el extractivismo, sumando los territorios a la lógica de acumulación por desposesión".
Es por esto que la Comisión seala que los territorios de los pueblos étnicos fueron convertidos en epicentro de la confrontación armada precisamente por la ocupación permanente por parte de los grupos armados guerrilleros, los paramilitares y la Fuerza Pública.
Además, se hace hincapié en que el Estado también tiene responsabilidad como agresor directo "cuando ha actuado en contra de los pueblos étnicos y de la garantía de sus derechos fundamentales y étnicos", y por la omisión de sus deberes como garante de la seguridad y protección de los pueblos étnicos.
Pero hay responsabilidades individuales de agentes estatales que "en connivencia o complicidad con grupos paramilitares y actores económicos involucrados en la promoción del despojo de tierras y del desplazamiento de pueblos étnicos de sus territorios.
El capítulo completo y sus anexos ya están disponibles para consulta en la página web de la Comisión de la Verdad en https://www.comisiondelaverdad.co/resistir-no-es-aguantar
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