SEÑOR DIRECTOR:
El país debe estar por encima de los escándalos del Gobierno. En Perú, donde en los últimos diez años han gobernado seis presidentes, la economía no se ha visto afectada por las trapisondas gubernamentales. Colombia no se merece el mal momento que estamos viviendo.
A pesar de las dificultades, y en medio de las nefastas consecuencias relacionadas con la pandemia y el estallido social, las cifras macroeconómicas al cierre del año 2022 eran aceptables. Ahora sentimos que por todos los problemas que enfrenta el primer mandatario, el país está en pausa y los colombianos angustiados porque no sabemos qué va a pasar. Los proyectos del Gobierno, independientemente de si son convenientes o no, sufrirán retrasos.
Increíble que lo que comenzó con un caso de “baranda” terminara en un escándalo de proporciones similares a las del mal recordado proceso 8.000.
Mario Patiño Morris
Atascamiento en el aeropuerto
SEÑOR DIRECTOR:
El caos de tránsito vehicular en Bogotá aumenta cada día no solo por las obras en ejecución, sino por el incumplimiento de las normas y la falta de autoridad.
La avenida hacia el aeropuerto El Dorado, después del puente sobre la avenida Ciudad de Cali, tanto en el carril central como en el derecho, se ha convertido en estacionamiento de carros que ocupan la vía, sin que ningún ente distrital intervenga. Además, para recoger a los viajeros se debe disponer de por lo menos 20 o 30 minutos más, porque los vehículos se parquean sobre la curva de salida del aeropuerto y no dejan circular a los demás.
Ojalá la señora alcaldesa disponga personal de policía de tránsito para que este desorden se acabe en nuestro terminal aéreo para facilitarnos la vida.
Amparo Ardila
Recordando la carrera 13
SEÑOR DIRECTOR:
Aproveché una tarde soleada para pasear por la carrera 13 del querido barrio Chapinero y recordar en cada esquina los bonitos negocios que otrora nos llenaban de placer, como los cines Aladino, La Comedia, Imperio, Libertador, Royal Plaza, entre otros; restaurantes con muy buena comida como El Maizal, Paz del Río, Yanuba, Taberna Alemana, Cream Helado, La Piñata, Robin Hood, entre muchos más; y cafeterías-bizcocherías como Cyrano, El Cometa, San Fermín, Monte Blanco, y una muy especial, querida y longeva llamada La Castreña, de propiedad de un emigrante andaluz, que hoy es de las últimas que siguen ofreciendo el mismo menú de hace 80 años, pero en instalaciones modernas y confortables, con algunas de las mismas queridas meseras de siempre, que nos atienden cariñosamente porque son tan viejas como nosotros y nos conocen desde el siglo pasado. Al punto de que saben de nuestra afición por los churritos con chocolate, las empanaditas y los inigualables pinchos morunos.
Este paseo reconfortante para el alma nos devuelve a tiempos bellos de nuestra juventud, cuando la zona era el paseo de postín, pese a que nos entristece constatar el desorden que hoy presenta la querida carrera 13.
Pero no importa, visiten el barrio para rememorar tiempos pretéritos y degustar sus ricas viandas.
Héctor-Bruno Fernández Gómez