Desde que el Servicio Geológico Colombiano (SGC) cambió el nivel de actividad de amarillo a naranja del volcán Nevado del Ruiz, se ha hablado de la influencia y la actividad del magma en la falla La Palestina, donde se ubica el coloso helado.
Se trata de un sistema de fallas geológicas que juegan un papel clave en la circulación del magma que hoy tiene bajo amenaza de erupción al Ruiz, y genera preocupación en los municipios cercanos.
La falla Palestina y el volcán Nevado del Ruiz: ¿qué tienen que ver?
Su coincidencia geográfica provoca una particularidad en el comportamiento de ambos: a pesar de que La Palestina no es un falla con alto nivel sísmico en comparación a otras fallas en Colombia, el volcán Nevado del Ruiz, lo utiliza como tránsito de su magma.
Las cámaras magmáticas son las bolsas donde se acumula ese material para luego fluir por zonas débiles de la corteza terrestre que se encuentren fracturadas como es la serie de fallas La Palestina.
De no existir ese sistema, el fluido magmático se acumularía dentro del volcán. "Es imaginarse la tierra como un huevo: la parte interior está la yema y la clara, la cascara es la corteza. Si se calienta por dentro y la cascara se encuentra intacta, no pasaría nada pero, si tuviera fallas, saldría el material caliente; así sucede con las cámaras y La Palestina", explica Germán Prieto, geólogo y profesor asociado del programa de Geociencias de la Universidad Nacional.
El volcán de Tolima o de Santa Isabel también se alinean a la falla, ahí su importancia de mantener en observación su actividad sísmica.
Hay otras fallas que son cercanas a La Palestina como la de Villamaría-Termales, Santa Rosa, Nereidas, Ríoclaro, entre otras.
Más de La Palestina
Prieto dice que para entender el sistema de fallas La Palestina, hay que imaginarse vidrio quebrado: de una línea se ramifican otras más pequeñas.
La longitud de La Palestina es de aproximadamente 350 kilómetros, "por eso es complejo definir donde empieza y termina", explica. No obstante, se estima que inicia en la parte sur de la zona volcánica entre el Nevado del Ruiz y Tolima, y termina en la serranía de San Lucas ubicada en Antioquía y Bolívar. Es decir, sigue, más o menos, el trazo de la Cordillera Central colombiana.
En lugares tropicales como Colombia, es difícil visualizar las fallas a causa de la densidad del cubrimiento vegetal por lo que se describió, por primera vez, en 1970 por Tomas Feininger en el documento técnico 'The Palestina Fault, Colombia' de la Sociedad Geológica de Estados Unidos.
En documentos de geología hechos por la Universidad Industrial de Santander, se recogió información de que la falla se formó en el Terciario, o sea, hace unos 65 millones de años porque las placas Nazca (del océano Pacífico), Sudamericana y Caribe colisionaron.
En la actualidad, esas placas se mantienen en movimiento; por eso, ocurren "terremotos grandes en Tumaco, como el de 1906 o 1979", agrega Prieto.
¿Volcanes conectados?
Actualmente el Servicio Geológico Colombiano (SGC) cuenta con tres observatorios vulcanológicos ubicados en Manizales, Pasto y Popayán, desde donde los especialistas les hacen seguimiento a los 21 volcanes activos que se conocen en el país, ubicados principalmente en la zona central.
Desde Manizales, además de monitorear por estos días la actividad del volcán Nevado del Ruiz, también se sigue el comportamiento de volcanes vecinos como el cerro Bravo, cerro Machín o el Nevado de Santa Isabel.
Debido a la cercanía de estas estructuras geológicas, existe la creencia popular de que estas pueden estar conectadas y que la erupción de una de ellas puede llevar eventualmente a que otras se activen.
Sin embargo, desde el SGC los expertos han explicado en repetidas ocasiones que se trata solo de un mito. “Cada volcán tiene su propio sistema magmático, es decir, tienen sus propios reservorios o cámaras que son alimentadas por unas fuentes mucho más profundas”, explicó Jhon Makario Londoño, director técnico de Geoamenazas del Servicio Geológico.
Cada volcán tiene su propio sistema magmático, es decir, tienen sus propios reservorios o cámaras que son alimentadas por unas fuentes mucho más profundas
Sin embargo, reconoce que en dichas fuentes que se encuentran en las profundidades de la Tierra, a más de 30 kilómetros, sí podría ser compartida por muchos volcanes, pero este vínculo no implica que se dé una relación en su actividad.
“En este caso estamos hablando de los edificios volcánicos que son máximo los 6 o 7 kilómetros más superficiales de la corteza; ahí el Nevado del Ruiz es un elemento totalmente independiente del volcán cerro Machín, de manera que ese mito que se tiene de que si el Nevado del Ruiz se activa lo hacen también otros volcanes, como el del Tolima, el cerro Bravo y otros, es totalmente falso”, dice el experto.
MARÍA ISABELA DURÁN SAN JUAN
Escuela de Periodismo Multimedia EL TIEMPO
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