Un informe de la organización Pro rivera río Magdalena con la Aeronaval identificó 19 vertederos o basureros a cielo abierto en Barranquilla y el área metropolitana, que no solo ponen en riesgo la seguridad aérea, sino que contaminan el cuerpo de agua.
De acuerdo con el documento al que tuvo EL TIEMPO, estos puntos están ubicados dentro de los 13 kilómetros a la redonda del aeropuerto Ernesto Cortissoz, donde “se presentan condiciones antropogénicas generadoras de peligro aviario”.
Al estar en estas rutas de despegue y de aterrizaje del aeropuerto, las aves de carroña impactan los panorámicos
Luego de un sobrevuelo por el área mencionada, contabilizaron cuatro focos contaminantes en la capital del Atlántico, cuatro en el municipio de Malambo, y 11 en Soledad. En Palermo (Magdalena) también localizaron otro.
“Tenemos un problema gravísimo con la seguridad aérea del aeropuerto internacional, por todos estos puntos donde hay presencia de aves de carroña, que se ven atraídas por animales muertos y desechos”, dijo a este medio el director de Pro rivera, Alfredo Gravini.
En el informe, señalan que, si se considera su ubicación respecto a las Superficies Limitadoras de Obstáculos del aeródromo, siete se ubican en la superficie de aproximación de aeronaves muy crítica para las operaciones aéreas, siete en la superficie horizontal interna y uno en la superficie cónica.
“Al estar en estas rutas de despegue y de aterrizaje del aeropuerto, las aves de carroña impactan los panorámicos de los aviones e impactan las turbinas de los artefactos aéreos, accidentes que ya se han presentado”, recordó el abogado.
El documento muestra, con fotografías y descripciones, cada uno de los 19 puntos que afectan el tráfico aéreo de esta terminal localizada en Soledad.
El grupo Pro rivera planea continuar con las limpiezas periódicamente. Foto:Vanexa Romero /EL TIEMPO
Prefiero mojarme con las goteras por las obras inconclusas, antes de que se caiga el artefacto
Algunos de estos son: vertimiento de una empresa de pollos, el matadero, el vertimiento en el intercambiador vial La Virgencita, la vía Cabica, a la altura del arroyo El Salao y el botadero La Concepción, entre otros de este último municipio.
“A menos de un kilómetro del río Magdalena está el vertedero de basura más grande que tiene el Atlántico a cielo abierto, que es La Concepción, comprendido por más de 15 kilómetros con siete metros de altura, con unos 45 años. Tiene presencia de gas metano y lixiviados que van al río Magdalena”, explicó Gravini.
Mientras que en Barranquilla, identificaron botaderos en las glorietas de la Avenida del Río, en el arroyo de Rebolo y en el caño de la Ahuyama, contigua a la plaza de mercado. Aunque hacen la salvedad de que los cuerpos de agua se encuentran limpios, hay “pequeñas acumulaciones de residuos”.
“Es un S.O.S. tanto por la contaminación ambiental como por la seguridad aérea. Si bien se están investigando las inversiones hechas al aeropuerto, las condiciones logísticas no son tan graves como lo es la seguridad aérea. Si me preguntan, prefiero mojarme con las goteras por las obras inconclusas, antes de que se caiga el artefacto aéreo en el que voy viajando”, expresó.
Ante esta crítica situación, la organización Pro rivera río Magdalena ha convocado a ciudadanos voluntarios que sean dolientes del planeta. La última jornada se llevó a cabo el pasado 18 de septiembre, en el marco del Día Mundial de la Limpieza, en Soledad.
“Participaron 35 voluntarios y se recolectaron 2,5 toneladas de manera manual, pero se requiere maquinaria, porque la cantidad de basuras es considerable. Sabíamos que lo que hacemos manualmente no es lo que se requiere, pero hemos querido mandar un mensaje para que las autoridades ambientales tengan presencia en estos sectores”, aseguró Gravini.
El director de la organización indicó que el llamado no solo va a las autoridades, sino a la conciencia ciudadana, pues si bien el Estado tiene responsabilidades, los habitantes también la tienen por falta de cultura en el ejercicio de depositar los residuos.
“De manera continua lo vamos a implementar (las jornadas de limpieza), como parte integral de nuestro comportamiento ante la sociedad”, concluyó.
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