Hombre de 93 años fue agredido por dos agentes de policía en un hogar geriátrico de Inglaterra

En junio de 2022, un hombre discapacitado de 93 años, identificado como Donald Burgess, fue agredido por dos agentes de policía que irrumpieron en su habitación en la residencia para personas mayores de St Leonards-on-Sea, East Sussex, Inglaterra.

De acuerdo con el relato del sujeto ante el Tribunal de la Corona de Southwark, los funcionarios ingresaron al lugar y le rociaron gas pimienta sintético en la cara, luego le dispararon con un taser y finalmente le propinaron varios golpes en el cuerpo con un bastón.

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En ese sentido, los fiscales a cargo del caso han argumentado que los uniformados emplearon acciones ilegales y fuerza injustificada en contra del ciudadano, quien estaba sentado en una silla de ruedas mientras sostenía un arma cortopunzante.

Dentro de la información suministrada por la entidad para algunos medios locales, los policías actuaron una vez ingresaron a la habitación del hombre, es decir, en menos de un minuto y 23 segundos, tras ser alertados por el personal del hogar.

A pesar de que el hecho fue evidenciado por una de las cámaras corporales de los agentes, uno de los acusados decidió negar los cargos relacionados al gas y los golpes con la porra, mientras que su compañero niega haber disparado con el taser.

Además, han declarado que funcionarios del centro realizaron una llamada de emergencia luego de que Burgess le lanzará la comida a una de sus cuidadoras y presuntamente la agrediera en el estómago con un cuchillo.

También informaron que tras el incidente con la empleada, el paciente fue trasladado a su habitación en una camilla, donde otras personas intentaron calmarlo para quitarle el arma blanca, pero al no obtener ningún resultado reportaron la situación a las autoridades.

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Ante las afirmaciones de los agentes, el fiscal Paul Jarvis KC, explicó que durante el procedimiento, en lugar de hablar con el hombre para persuadirlo, los uniformados prefirieron amenazarlo con rociar gas pimienta o aplicarle una descarga eléctrica para que dejara la navaja.

En ese sentido, las imágenes expuestas en el tribunal demostraron que uno de los policías no le dio tiempo a Burgess de reaccionar y directamente le descargó el aerosol en la cara pese a los gritos de dolor de la víctima.

Segundos después, su compañero sacó el bastón que tenía para golpear varias veces al hombre y luego activó su taser hasta que el cuchillo cayó al piso entre lamentos. En vista de esto, el jurado consideró que el sujeto no representaba un peligro para nadie, debido a que no había una persona cerca, y quedaba claro que tampoco podía moverse. 

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STEPHANY GUZMÁN AYALA

REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL