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El uso de vapeadores amenaza el terreno ganado al tabaco en el continente americano
En Colombia, unos 1,1 millones de personas han usado estos dispositivos alguna vez en la vida.
Muchos utilizan los vapeadores como reemplazo de los cigarrillos. Foto: iStock
Los vapeadores han logrado sacar del tabaquismo a más de 42 millones de personas en el mundo, según señala la Asociación Colombiana de Vapeadores (Asovape). Desde su aparición en China en el año 2003 han irrumpido en el mercado global con una fuerza excepcional. Su consumo es cada día más frecuente, sobre todo, entre personas jóvenes. No obstante, las consecuencias que tienen estos productos para la salud ha hecho evidente que están muy lejos de cumplir con su propósito original.
Y es que los vapeadores, también conocidos como cigarrillos electrónicos o e-cigs, se crearon con el objetivo inicial de proporcionar una alternativa a los efectos perjudiciales del tabaquismo convencional. Estos dispositivos no queman tabaco. En cambio, tienen cartuchos llenos de nicotina, THC, aceite de cannabinoides (CBD), sabores, y otras sustancias químicas que se convierten en vapor y así pueden inhalarse.
En efecto, muchos estudios sugieren que el vapeo de nicotina puede ser menos dañino que los cigarrillos tradicionales cuando las personas que fuman regularmente cambian a ellos como un reemplazo completo. Sin embargo, “el uso constante de estos productos puede provocar problemas de salud como cáncer, riesgos cardiovasculares, enfermedades respiratorias agudas, adicción a la nicotina, entre otras condiciones que continúan en estudio”, explica Juan Eduardo Guerrero Espinel, Presidente de la Asociación Colombiana de Salud Pública.
La investigación sobre los efectos colaterales de este tipo de dispositivos avanza, pero su uso en países como Colombia hasta hace muy poco empezó a regularse. Quizás lo que más preocupa a los expertos de este escenario es que el vapeo ahora es más popular entre los adolescentes y adultos jóvenes que en otros segmentos de la población.
Tan solo en Colombia, específicamente, el consumo de cigarrillos electrónicos o vapeadores con nicotina fue de 5 por ciento en 2019, lo que se traduce en que unos 1,1 millones de personas los han usado alguna vez en la vida. Los resultados de la Encuesta nacional de consumo de sustancias psicoactivas (ENCSPA), revelan que estos dispositivos son la tercera sustancia legal más consumida en el país y que el porcentaje más alto de consumo está entre personas de 18 a 24 años.
. Foto:DANE
“Los niños y los adolescentes que no son fumadores, pero que utilizan vapeadores como si no tuvieran riesgo, no saben que estos dispositivos también generan adicciones. Esta es la gran advertencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) porque los jóvenes no saben cuál es la consecuencia que están asumiendo”, explica Guerrero Espinel.
Todavía no son claras las repercusiones totales o definitivas que tendría el uso de estos productos para la salud a largo plazo, pero distintos análisis revelan que las consecuencias para el organismo en quienes empiezan a usarlos sin necesidad podrían llegar a ser enormes.
“Los cigarrillos electrónicos y la información engañosa que la industria tabacalera diseña sobre todo para el consumo juvenil amenazan el terreno ganado al tabaco en el continente americano”, advirtieron las Naciones Unidas (ONU) en vísperas de la jornada mundial dedicada a combatir el tabaquismo.
De acuerdo con la entidad, la lucha contra el tabaco en la región había avanzado a pasos de gigante: el 96 por ciento de la población de 35 países del territorio está protegida por al menos una de las seis medidas de control del tabaco recomendadas por OMS.
Componentes podrían contribuir a la salud, según creadores. Foto:iStock
En 2020, Suramérica se convirtió en la primera subregión 100 por ciento libre de humo de tabaco, gracias a la prohibición total de fumar en lugares públicos y de trabajo cerrados, al igual que en el transporte público. México también adoptó ambientes 100 por ciento libres de humo a finales de 2021, y prohibió todas las formas de publicidad, promoción y patrocinio del tabaco. Como resultado, el 63 por ciento de la población de América, o más de 600 millones de personas, están ahora protegidas de la exposición a este humo.
No sucede lo mismo con la regulación de los dispositivos electrónicos. A pesar de que en Colombia, por ejemplo, se han establecido medidas para controlar su uso y distribución, algunos expertos en salud creen que estas políticas no son suficientes y que se necesitan acciones adicionales para proteger la salud pública.
Para Guerrero Espinel, una de las formas más eficaces de solventar la incidencia en el uso de vapeadores, empieza por “educar a la población y mostrarle a las personas con evidencia científica el daño que supone el uso de estos productos. Hay estudios muy bien hechos de investigadores que están trabajando este tema y sus primeros resultados no son los mejores”, advierte.
El Informe sobre el control del tabaco para la Región de las Américas 2022, resalta que siete países de América prohíben la venta de sistemas electrónicos de istración de nicotina. Cinco de esas naciones y otras trece adoptaron medidas parciales para prohibir su uso, limitar su publicidad, promoción y patrocinio o exigieron advertencias en su empaquetado. Por el contrario, quince no imponen ningún tipo de marco regulador.
No obstante, el camino en el desarrollo de políticas públicas para el control de consumo de estos artefactos, apenas empieza.