Un ángel rotario

La primera vez que tuve o con los rotarios fue en los años 80, cuando dicté una clase de cocina italiana para un grupo de señoras simpatiquísimas en la sede del Rotary, pegada al cerro de San Felipe.

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Después de esto nos llegó a la sede de la Fundación Corazón Contento un verdadero ángel rotario, Tania Hall, una canadiense que llegó al salón de los niños con un solo compromiso, pintar todo el salón, con un oficio y un profesionalismo casi minucioso.

Luego de esta primera experiencia volvió con el proyecto de un cobertizo, que nos cotizaron en 22 millones de pesos, pero cuando fuimos a pedir permiso, los funcionarios nos avisaron de unas fallas en la cotización y del peligro que corríamos. Así que, de acuerdo con Tania y los directivos del Rotary, parte del dinero del cobertizo se invirtió en reparaciones urgentes del techo de la cocina y organizar un media center con un televisor y un equipo de sonido para seguir las clases de inglés y como ayuda didáctica.

Otros dineros hemos gastado en una computadora para la oficina y para restaurar la huerta. También utilizaremos una pequeña suma para la organización de la fiesta de Navidad, para regalos y, básicamente, útiles escolares.

Cuando digo que un ángel nos ha visitado en esta Navidad es porque la llegada de Tania me resolvió el problema de liquidez para organizar la fiesta. Son 400 niños, que gracias a ella van a tener cena de Navidad, regalos y calor humano. Gracias, Tania. Tú eres la nueva participante en la junta directiva de Corazón Contento.

Seguro que cada centavo que tú nos has enviado ha sido gastado religiosamente en la infraestructura de la sede. En la implementación de una panadería que se vuelva una entrada, para que la fundación produzca para comprar otros alimentos.

Estamos buscando el "emprendimiento", queremos diseñar, lanzar y istrar un nuevo negocio que comienza con una pequeña empresa emergente, ofreciendo un producto con el fin de generar ganancias.

Así que la donación del Club Rotario de Florida va a ayudar a la fundación Corazón Contento a desarrollar su proyecto de alimentación escolar y sus clases de materias no tradicionales como música, inglés, manualidades, pintura, teatro, lectura y comprensión.

Espero que el buen ejemplo de esta canadiense angelical lo sigan los cartageneros, que en realidad ya son muy generosos con esta fundación.