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Entrevista
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‘Parece que el Gobierno no entiende la carrera diplomática’: Carlos García, presidente de la Asociación Diplomática y Consular de Colombia
En entrevista con EL TIEMPO, el presidente de Asodiplo explica por qué rechazaron recientes nombramientos provisionales en el Ministerio y habla de los cambios para acceder a la carrera diplomática.
El pasado viernes, la Asociación Diplomática y Consular de Colombia (Asodiplo), que representa a los diplomáticos de carrera en el país, rechazó algunos nombramientos provisionales en cargos de carrera diplomática de personas que, en ocasiones previas, han visto sus nombramientos declarados nulos por decisiones judiciales.
Sobre este tema y los cambios que propone la actual istración en el concurso para acceder a la carrera diplomática, habló el presidente de Asodiplo, Carlos García.
Dice que estas prácticas -que llevan muchos gobiernos instaladas en la Cancillería- tienen consecuencias graves para la prestación del servicio en el exterior y para el erario público.
Además, expresa que si bien el diálogo con el gobierno Petro es bueno, no hay una correcta interpretación desde el Ejecutivo de lo que es la carrera diplomática.
Recientemente, Asodiplo rechazó algunos nombramientos provisionales en cargos de carrera diplomática durante esta istración. ¿Qué está pasando?
La asociación se encarga del fortalecimiento del servicio exterior, sobre todo, de la carrera diplomática. Tiene muchos campos de acción y uno de ellos es que cuando se realizan nombramientos que no cumplen con las leyes, nosotros accedemos acciones de nulidad electoral. Recientemente, tuvimos dos nombramientos declarados nulos por no cumplir los requisitos por no ser legales y después de que se cayeran los nombramientos volvieron a nombrar a estas personas en los mismos cargos, por lo que nos parece preocupante.
Carlos García, presidente de Asodiplo. Foto:Cortesía
¿De qué nombramientos estamos hablando?
En particular, los cargos de Ricardo Alfredo Montenegro en Brasilia y Aixa Carolina Kronfly en Sevilla.
Si ya el Consejo de Estado había declarado nulos sus nombramientos, ¿por qué vuelven a ser nombrados para los mismos cargos?
Esa es nuestra gran pregunta. Ahora bien, el nombramiento de cargos provisionales tiende a ser inevitable porque no tenemos suficientes diplomáticos de carrera para cubrir todos los cargos. Comprendemos eso, pero la forma en que se realiza debe seguir la Ley y la Ley establece, por ejemplo, que solamente se puede nombrar en provisionalidad cuando específicamente se ha comprobado que no hay un diplomático de carrera para cubrir esos cargos. Cuando se demuestra que no se tuvo en cuenta los diplomáticos de carrera, sino que se dio prioridad a los nombramientos de dedo, el Consejo de Estado declara nulo esos nombramientos. Si ya se demostró que ese nombramiento no seguía la legalidad, ¿por qué se está volviendo a hacer? De ahí nuestro rechazo y nuestra preocupación.
Muchísimos. El asunto realmente con este tipo de nombramientos es que, si bien el cargo de Embajador específicamente es de libre nombramiento y remoción, y por lo tanto hay espacio para la discrecionalidad del señor Presidente, con ciertos márgenes específicos, estamos en un país democrático y se deben respetar que la Corte Constitucional estableció. Se estableció un equilibrio que se entendería como 50% de carreras y 50% de nombramientos discrecionales. Se suele hablar del cargo de Embajador, cuando en el resto del cuerpo diplomático también se están haciendo nombramientos discrecionales, pero estos no pueden ser de libre nombramiento y remoción. Tenemos estos nombramientos a nivel de Segundo Secretario y en todo el cuerpo diplomático que acompaña a un embajador y esto legalmente no debe existir.
Es un problema que arrastra la Cancillería desde hace años...
No es solamente de este Gobierno. Ha pasado toda la vida. Siempre ha ocurrido. Asodiplo lleva 43 años luchando contra esta desnaturalización de la diplomacia. Nuestra labor siempre ha sido hacer que se respete la institucionalidad y la diplomacia de carrera.
Imágenes de la Cancillería de Colombia en su interior. Foto:MAURICIO MORENO EL TIEMPO
¿Cuánto puede durar una persona en estos cargos provisionales?
Ese es uno de los problemas. Nosotros tenemos establecido legalmente nuestras funciones, nuestros tiempos, y un diplomático de carrera no está más de cuatro años en un cargo. Estos nombramientos a dedo son los que a veces se perpetúan de gobierno en gobierno, incluso cambian los gobiernos y siguen allá. Pueden durar tranquilamente 10 o 20 años. Cuando estos nombramientos se declaran nulos, el problema está en el tiempo que dura esta gente, porque esto no ocurre de la noche a la mañana, se hace nombramiento y se inicia el proceso de declarar la nulidad electoral y puede pasar un año. En ese año, se les pagó sueldo a estas personas, viáticos, homenaje para trasladarse, un montón de dinero que sale del bolsillo al contribuyente. Después de un año se declara la nulidad y tienen que regresar, pero el daño al erario público ya está hecho.
¿Tienen claro cuánto le cuesta esto al país?
Puede variar mucho. Depende del rango en que son nombrados y también del país. Nosotros tenemos en el servicio exterior unas primas que cambian de país en país, pero pongámosle, por ejemplo, que alguien nombrado en un nivel de Consejero recibe 9.000 o 10.000 dólares. Durante un año ya son 120.000, más sus gastos de viáticos tranquilamente puede llegar a los 150.000 dólares. Esto puede llegar de 600 millones de pesos para arriba y tranquilamente puede llegar a 2.000 millones de pesos. Esto le cuesta un nombramiento irregular al bolsillo de los colombianos.
¿Qué tanto afecta esto al Ministerio a nivel de funcionamiento?
Esto es problemático no solamente por el tema del erario público, sino en general por la prestación de servicio. No solamente cumplimos las funciones de representación del Estado, sino también nos encargamos de cuidar a los colombianos que están fuera de Colombia y este es un trabajo sumamente técnico. Nos enfrentamos a guerras, migraciones, a todos los problemas que viven los colombianos en el exterior y eso requiere una preparación rigurosa y además requiere un proceso de selección y tener gente que está comprometida específicamente con esta labor, independientemente de su color político. El sábado aprovechando la coyuntura hicimos una comparación: es como si en la Selección Colombia comenzáramos a nombrar a jugadores que son amigos del presidente, o porque en campaña le ayudaron con los tuits, etc. Ese no es el criterio. No quitamos mérito por haber sido destacados líderes sociales o activistas, pero es que esta es una función diferente. No estamos haciendo activismo. Estamos haciendo es una labor consular que es sumamente técnica y por lo tanto si nombramos futbolistas a dedo, pues la Selección va a ir a ningún lado; si nombramos diplomáticos a dedo, es gente que será experto en su campo, pero van a cometer errores en este campo que le cuestan al país. Genera muchos traumatismos a nuestra institucionalidad.
Imágenes de la Cancillería de Colombia en su interior. Foto:MAURICIO MORENO EL TIEMPO
¿Han recibido alguna respuesta a este llamado de atención?
Hasta el momento no recibimos. Frente a la preocupación que expresamos por el nombramiento en Madrid del general Ospina, el canciller dijo que se iba a evaluar, ese nombramiento, lo cual me parece oportuno.
¿Cómo es el diálogo con esta istración?
Tenemos buen diálogo con esta Cancillería. Por supuesto, siempre hay algunos puntos de desacuerdo, pero hay que reconocer que ha sido una Cancillería muy abierta y dispuesta al diálogo.
El presidente Petro ha reiterado que se debe cambiar el concepto de la diplomacia e incluso se atrevió a decir que hay una diplomacia conservadora. ¿Cómo ven estas declaraciones?
Nosotros apoyamos eso. Llevamos décadas en esa lucha. La Asociación Diplomática ha hecho un esfuerzo grandísimo por democratizar la diplomacia, por diversificarla. Qué bueno que este gobierno se sume a esa lucha por cambiar esta diplomacia que a veces también es utilizada para favorecer ciertas élites. Esto por supuesto ha ocurrido. Nosotros no lo negamos, somos las primeras personas enteradas que han sufrido ese tipo de situaciones. Destacamos mucho las promesas de campaña de que se iba a dar una prioridad a la carrera diplomática para que deje de ser esto de nombramiento a dedo.
A dos años de mandato en esta istración, ¿cómo han visto el cumplimiento de estas promesas?
El canciller Luis Gilberto Murillo. Foto:Cancillería
Ha sido irregular. Hemos tenido dos cancilleres y en la primera parte (Álvaro Leyva) realmente no lo vimos. Simplemente no ocurrió. No había prioridad para los diplomáticos de carrera, era sumamente discrecional, estuvimos demandando un montón de nombramientos por su irregularidad. Ahora con Murillo hay que decir que ha mejorado un poco, pero esto no es solamente algo de Cancillería sino del Gobierno Nacional. Falta mucho para avanzar, tenemos solamente un 28% de embajadores de carrera diplomática, tenemos todavía muchísimos nombramientos en provisionalidad en donde no se está dando prioridad la carrera, entonces yo considero que se ha visto un avance con esa istración, pero nos falta mucho. Más allá de la Cancillería, falta que el Gobierno Nacional entienda la carrera diplomática, porque parece que no la entendieran. Todo el tiempo uno escucha que hablan del mérito como si el mérito fue que trabajé en la campaña del presidente y no. El mérito es que yo, independiente del gobierno, me presento, me preparo estudio, me esfuerzo y sin tener ninguna palanca política, me vuelvo diplomático. Pareciera que no entienden muy bien el concepto y nos preocupa.
La Asodiplo levantó la mano cuando se conoció un borrador de resolución en el que se flexibilizan requisitos para el concurso de ingresos a la carrera diplomática. ¿Cuáles fueron los principales reclamos?
El primer estandarte de la carrera diplomática es su concurso ingreso, que siempre ha sido sumamente transparente, eficiente y por tanto su calidad es incuestionable. Nosotros entendemos el deseo del gobierno de ampliar la diversidad, lo que la asociación lleva años luchando, pero la forma en que se hace puede terminar comprometiendo la calidad y eso se ve reflejado en la calidad de los diplomáticos que tendremos prestación servicios a los ciudadanos. El llamado es a que miremos cuáles son los mecanismos de exclusión socioeconómica, qué es lo que está impidiendo que la gente acceda a la carrera diplomática. Uno es la divulgación. Necesitamos llegar a todo el país. Pero nos preocupa disminuir los estándares de calidad del concurso. No podemos disminuir la calidad de los diplomáticos, un error en diplomacia puede comprometer el presupuesto y el nombre del país.
Desde el punto de vista personal es un poco ofensivo decir que para que ingresemos a la carrera debemos bajar los estándares. No hay que bajar los estándares, nosotros tenemos las capacidades, si no entra más gente no es porque le falta incapacidades, es porque, no nos enteramos de la carrera diplomática, porque no tenemos dinero para venirnos hasta Bogotá a estudiar durante un año.
Nos preocupa la defensa del concurso porque sabemos que, si se toman medidas desde la inexperiencia, desde el desconocimiento de cómo funciona el servicio público, puede llegar a alguien a demandar el concurso y tumbarlo. Para nosotros sería gravísimo porque significaría que ese año no entran nuevos diplomáticos de carrera. Entonces, si el concurso no está legalmente blindado, si no es absolutamente coherente en lo jurídico, existe un riesgo de que ese concurso se caiga y para nosotros como cuerpo diplomático de carrera sería desastroso. Entonces estamos muy vigilantes de que no haya absolutamente nada que pueda hacer interpretado como que va contra los principios del concurso que son el mérito, la idoneidad y la igualdad.
Este diario conoció que después de la polémica que esto generó se sentaron a dialogar. ¿A qué acuerdos llegaron?
Por suerte hicimos estas observaciones, nos hemos reunido con la istración, entendemos su interés —nuestro durante décadas— y hemos dialogado para que avancemos un concurso más abierto, más incluyente, que facilite más el de la diversidad de Colombia sin romper la legalidad del concurso. Esperamos que este martes tengamos una nueva versión de la resolución de concurso, sabemos que algunas cosas ya han cambiado, ya no vamos a tener en porcentajes acumulables en las medidas de las acciones afirmativas, sabemos que se han eliminado algunos elementos sumamente discrecionales que nos preocupaban como esto de los criterios de desempate asignados casi a dedo. Como te digo la istración ha estado muy abierta al diálogo y esperamos tener ahorita un nuevo concurso mucho más institucional y transparente.
¿Se seguirá exigiendo un nivel de inglés B1 para inscribirse al concurso?
Este año para la inscripción se va a requerir únicamente nivel B1, pero con una condición muy clara que es importante que todos los colombianos sepan: uno puede inscribirse con B1 pero al finalizar el curso de formación, si fue elegido, tiene que acreditar el nivel B2.