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Experiencia local
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Las basuras, el otro gran problema que hay detrás de las inundaciones en Bogotá
En este 2025 se han retirado 16.850 toneladas de residuos sólidos, entre ellos 335 llantas.
Operarios de Aguas de Bogotá retiran basura y escombros del canal Molinos, al norte de Bogotá Foto: Milton Díaz / EL TIEMPO
Con la llegada de una nueva temporada de lluvias en Bogotá, las calles de la ciudad vuelven a sufrir graves encharcamientos e inundaciones. Y aunque el debate se ha centrado en las grandes obras de infraestructura que hacen falta en importantes corredores, un enemigo no tan visible se convierte en uno de los grandes causantes de estas emergencias: la basura.
Para muchos bogotanos, luego de consumir un paquete de papas, un dulce o fumar un cigarrillo, es apenas normal arrojar el empaque o la colilla a la calle, pues al botar algo tan pequeño no podría pasar nada malo. No obstante, su impacto sí es realmente grande.
En muchas zonas es frecuente ver acumulación de basura. Foto:MAURICIO LEON. EL TIEMPO
Cuando llueve, el agua recorre las calles arrastrando todo lo que encuentra a su paso en dirección a las alcantarillas, para caer en el sistema pluvial de la ciudad y evitar encharcamientos en las calles. Pero esa basura que alguien dejó tirada en el suelo y que el agua se está llevando, empieza a tapar las rejillas y a impedir que la lluvia siga su camino.
De colilla en colilla y de paquete en paquete que se arrojan en la calle, se terminaron acumulando 16.850 toneladas de residuos sólidos en los canales, quebradas, ríos y humedales solo en lo corrido de este año, según datos suministrados por la empresa Aguas de Bogotá.
EL TIEMPO acompañó a esta entidad, contratista de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), que se encarga de atender todo el sistema pluvial de Bogotá, a una jornada de limpieza en algunos cuerpos de agua de la ciudad.
Recientemente, en la capital se vivió una de las jornadas de lluvias más fuertes de este año y, nuevamente, la autopista Norte amaneció inundada tras las intensas precipitaciones, imagen que recordó el panorama catastrófico que se vivió el 7 de noviembre de 2024, cuando este importante corredor también se inundó y dejó miles de personas afectadas.
Inundación en la autopista Norte el 12 de marzo. Foto:Mauricio Moreno
Inmediatamente ocurrió la emergencia, los trabajos se concentraron en retirar los elementos sólidos de los conectores de los humedales Torca y Guaymaral, entre ellos, sedimento vegetal, residuos de construcción, basura y llantas.
Días después, y con un nivel de lluvia un poco más bajo, los funcionarios de Aguas Bogotá continúan con sus trajes naranjas metidos en los canales de agua haciendo la extracción manual. Con llantas, bolsas de plástico, tubos de pvc, placas de metal y piezas de madera salen los trabajadores de las aguas de Torca y Guaymaral.
Operarios de Aguas de Bogotá retiran basura de los conectores de Torca y Guaymaral Foto:Milton Díaz / EL TIEMPO
Aunque pareciera que las labores de un día son suficientes, porque sacan miles de kilos de basura, los operarios regresan 24 horas después y encuentran más elementos.
Yanlícer Pérez, gerente general de Aguas de Bogotá, explica que más de 350 operarios realizan esta labor diaria que, en gran medida por la desobediencia ciudadana, exige no bajar la guardia en ningún momento.
“No hemos parado de sacar residuos en la autopista Norte desde el 12 de febrero. Yo mismo presencié cómo sacan muebles completos de Torca y eso lo hacemos a diario con nuestras cuadrillas. Los residuos no desaparecen por arte de magia, son personas de carne y hueso que todos los días encuentran montañas de basura”, dice Pérez.
Yanlícer Pérez, gerente general de Aguas de Bogotá Foto:Milton Díaz / EL TIEMPO
Y es que a pesar de que en las calles se vean cientos de operarios de distintas entidades de limpieza y servicios públicos recogiendo basura, siempre termina desembocando algún desecho en el sistema pluvial.
“Hemos sacado camas, armarios, salas y hasta neveras de los cuerpos de agua. Es impresionante la falta de cultura de la gente. Uno viene, limpia el canal, ve cómo el agua pasa transparente y sin basura y al otro día vuelve y está otra vez lleno de escombros, ropa y papelitos”, señaló Dora Cortés, una operaria de Aguas de Bogotá, quien realizaba una limpieza en el canal Molinos, al norte de la ciudad.
Aunque para los funcionarios fue una jornada “tranquila”, sacaron pendones de publicidad, latas de cerveza, pedazos de muebles y hasta preservativos, que, por inofensivos que le parezcan al ciudadano, que los arrojó, impactan el cauce del agua y perjudican el sistema pluvial de toda la ciudad.
Operarios de Aguas de Bogotá retiran basura y escombros del canal Molinos, al norte de Bogotá Foto:Milton Díaz / EL TIEMPO
Según la entidad, en el 2024 se atendieron 603 kilómetros de canales, quebradas y ríos, equivalente a la distancia que hay entre Bogotá y Popayán, y de los cuales se retiraron 79,623 toneladas de residuos sólidos. Entre los que más preocupan están las llantas, que tan solo este año se han sacado 335 de todo el sistema.
“Las llantas son un problema muy complejo. Son elementos que truncan el debido recorrido del agua, tienen la particularidad de que tapan los conductos y generan esas inundaciones tan graves, pero también son generadoras de vectores. La sumatoria de llantas, agua y aumento de la temperatura, resulta en la aparición de zancudos, lo que representa ahora un problema de salud pública”, señala el gerente.
Este problema, según el funcionario, se deriva de un comportamiento cada vez más común entre la comunidad y es contratar carretilleros, recicladores o habitantes de calle para deshacerse de las llantas.
Limpieza de redes en los humedales de Torca y Guaymaral Foto:Acueducto de Bogotá
“Desafortunadamente, pasa que las personas utilizan servicios con personas no autorizadas, como zorreros, y estas personas no llevan esos elementos a un sitio de disposición adecuada. Usted lo entrega en su casa y a unas cuadras lo disponen donde sea”, detalló Pérez.
La misma situación ocurre con los residuos de demolición y construcción que, en muchos casos, son encargados a personas no autorizadas, quienes ven la facilidad de arrojarlos a los cuerpos de agua. En lo que va de 2025 se han retirado 12 toneladas de estos escombros de los 17 humedales de la ciudad.
De hecho, en la jornada de limpieza en el humedal Torca, más de una llanta salió de uno de los cuerpos de agua. La máquina que las retira se conoce como anfibia, una especie de retroexcavadora que avanza sobre flotadores y que ingresa al agua para sacar sedimentos vegetales, desechos sólidos y retirar tierra para aumentar la capacidad del estanque en caso de lluvias.
Máquina anfibia retirando elementos sólidos de los conectores de Torca y Guaymaral Foto:Milton Díaz / EL TIEMPO
Aunque aún no se sabe si los grandes proyectos de infraestructura tendrán futuro en la autopista Norte, lo cierto es que operarios de entidades como Aguas de Bogotá siguen en un Puesto de Mando Unificado (PMU) permanente al menos por la temporada de lluvias.
No obstante, para las autoridades, la solución a corto plazo está en manos de la ciudadanía con un claro mensaje a la cultura y correcta disposición de la basura.
“Todos tenemos una responsabilidad con el agua. Hacemos un llamado contundente a evitar a toda costa el arrojo de este tipo de materiales a nuestros canales. Hacer uso de alternativas no autorizadas termina generando este tipo de inconvenientes. Al final, cuando la ciudad tiene inundaciones y encharcamientos, todos terminamos afectados: desde el estudiante en la ruta escolar hasta el trabajador que regresa a su casa”, aseguró el gerente.